"Si tuviera más riñones en mi cuerpo, no dudaría en donarlos también"

Ariolfo salvó la vida de su mujer tras cederle uno de sus órganos. Las donaciones en vivo representan ya el 10,7% de los trasplantes renales.

Ariolfo vive con un solo riñón. “No tengo ningún problema. De hecho, hago exactamente las mismas cosas que antes”, sostiene. Y es que su carencia no se debe a un problema de nacimiento, sino a un acto altruista que permitió salvar la vida de su mujer. Este ecuatoriano no se lo pensó ni un segundo cuando los médicos, tras hacerle las pruebas pertinentes, le comunicaron que podría donar uno de sus riñones a Rosario, a la que le diagnosticaron una insuficiencia renal crónica hace cinco años. “Estuve nueve meses en diálisis y no podía ni sostenerme. No era capaz ni de levantarme de la cama”, recuerda esta mujer, a la que pronto su enfermedad le cambió por completo el tono de la piel y le impidió ni tan siquiera hablar sin fatigarse.
La única solución era un trasplante. Un consuelo que podría demorarse durante meses por el colapso de las listas de espera. Ariolfo, entonces, lo tuvo claro. “A mis amigos e, incluso, a mi mujer no les gustó la idea. Les daba miedo que enfermera yo también por cederle el riñón a mi mujer”, cuenta.
La operación se produjo el pasado mes de febrero, y ahora ambos hacen una vida plenamente normal. Su experiencia sirvió la semana pasada, durante la celebración del Foro con Vida, para informar a los familiares de enfermos renales sobre la seguridad de las donaciones en vivo.
Según datos de la Organización Nacional de Trasplantes, más de un 10% de los trasplantes renales se realizan ya gracias a una donación de una persona viva. Una cifra que se ha multiplicado por 10 en los últimos ocho años. Según Ariolfo, muchas de las negativas familiares que se reciben a la hora de donar en vida se deben simplemente a la “desinformación”. “No hay que tener miedo. Yo, si tuviera más riñones en mi cuerpo, no dudaría en donarlos también”, expresa.
El descenso de las víctimas mortales en los accidentes de tráfico empieza a hacer mella en las listas de espera de trasplantes. “Esto plantea un nuevo reto, ya que el 65% de los donantes de cadáver supera los 60 años de edad, lo que conlleva más riesgos para el receptor”, señala el presidente de la Asociación Española de Urología, el doctor Humberto Villavicencio, que insiste en la necesidad de potenciar las donaciones en vivo.

http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/si-tuviera-mas-rinones-cuerpo-no-dudaria-donarlos-tambien-20110403