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lunes, 4 de abril de 2011

Arranca la tricefalia

Arranca la tricefalia

Zapatero, Chacón y Rubalcaba arrancaron ayer la campaña electoral socialista: los tres fueron recibidos al grito de «presidente/presidenta». Sólo un día después de la renuncia del líder, los candidatos se disputaban ya el sillón vacío
MURCIA- El presidente del Gobierno y los dos ministros llamados a luchar por la sucesión inauguraron ayer la tricefalia que vivirá el PSOE hasta las primarias con tres mítines. Ya antes de que Ro-dríguez Zapatero anunciara el sábado su adiós definitivo, el Comité Electoral había establecido un calendario de apariciones en la campaña preelectoral (hasta el 30 de abril) cuidado al milímetro, tal y como publicó este periódico, para que no haya interpretaciones malintencionadas. Mientras Al-fredo Pérez Rubalcaba participará en cinco mítines,  Carme Chacón hará cuatro apariciones públicas.  Todo bien medido.

Zapatero abrió fuego en el pabellón Príncipe de Asturias de Murcia, un territorio hostil en el que el socialismo lleva sin gobernar 16 años. Más de 6.000 simpatizantes lo recibieron poco después del mediodía entre vítores, aplausos y al grito de «¡Presidente, presidente no se vaya!». Con semblante tranquilo y palabra sosegada, posiblemente por el alivio de haber despejado la gran incógnita, advirtió al PP que le ha llegado el momento de actuar. «Se tendrán que poner a trabajar en un proyecto, pues hasta el momento lo único que han hecho ha sido atacarme», aseguró.

A lo largo de todo su discurso, Zapatero repasó su «buen hacer» en los últimos siete años y se mostró orgulloso de que, «a pesar de la grave crisis que empezamos a superar, hemos mantenido unas señas de identidad, como los derechos en educación, gracias a que existía un Gobierno socialista». En esta suerte de tricefalia, en la que Chacón y Rubalcaba harán campaña para el partido al tiempo que se aseguran el máximo apoyo para la suya propia, el jefe del Ejecutivo ha comenzado a despedirse de su militancia.

Y mientras unos van, otros vienen. Si a Zapatero lo ovacionaron en Murcia, tanto el titular de Interior como la de Defensa fueron recibidos con gritos de «¡Presidente, presidente!» en sus respectivos mítines. Los dos aprovecharon su primera aparición como aspirantes oficiosos a ocupar el sillón de Zapatero para ponderar al líder, si bien ninguno mencionó su intención de sucederle.

Visiblemente emocionada en Elche (Alicante), Chacón dijo sentirse «orgullosa» de haber compartido doce años de trabajo con el presidente del Gobierno.   «Ayer, Zapatero antepuso los intereses de España por encima de los suyos y dio una lección de coherencia, la misma que ha marcado su trabajo», manifestó.  La única licencia que se permitió Chacón fue comparar su partido con el PP, porque en el PSOE «todos eligen a uno» mientras en el PP «uno elige a todos».

Más tranquilo que Chacón, Rubalcaba pidió «calma» en Palma de Mallorca ante los que le jaleaban como «presidente». Ante un auditorio repleto, el vicepresidente primero dijo que el sábado, ante el Comité Federal del PSOE, salió «el mejor Zapatero» y remarcó que hizo su anuncio de forma «natural, transparente» y apelando a la democracia.

Rubalcaba

Vicepresidente primero

El aspirante mejor situado a suceder a Zapatero dijo en Palma de Mallorca que el presidente anunció su decisión de no presentarse de «forma natural, transparente, apelando a los principios y convocando a la democracia». «Lo hizo como es él, el mejor Zapatero», destacó ante 2.000 simpatizantes.
Chacón

Ministra de Defensa

 «El presidente es Zapatero y le queda todavía un año en el que seguirá trabajando para luchar contra la crisis», declaró Carme Chacón en Elche. La ministra indicó que Zapatero, «después de estar años al frente de un país, ayer, con pena de muchos», anunció que no repetiría y dio una «triple lección».
Zapatero

Presidente del Gobierno

El jefe del Ejecutivo recibió los aplausos de los más de 6.000 asistentes al acto de Murcia, donde dijo que su renuncia obligará al líder del PP a ponerse a trabajar, porque ya no va a poder seguir echándole la culpa de todo. Zapatero  apeló a la «humildad» y al «orgullo» para dar la vuelta a los sondeos.

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