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domingo, 9 de octubre de 2011

El Nobel de Medicina premia por error a un muerto

El Nobel de Medicina premia por error a un muerto

Bruce Beutler, Ralph Steinman y Jules Hoffmann lograron descubrimientos fundamentales en el campo de la inmunología y, con sus trabajos, revolucionaron la comprensión del sistema inmune al identificar principios fundamentales para su activación. Sus hallazgos revelaron cómo se activan las distintas fases de la respuesta inmune, tanto la innata como la adaptativa, y por lo tanto proporcionaron nuevos conocimientos sobre los mecanismos de la enfermedad. Su trabajo ha abierto nuevas vías para el desarrollo de la prevención y tratamiento de infecciones, el cáncer y enfermedades inflamatorias, como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn y la psoriasis.

Técnicamente vivo

Sin embargo, este año se recordará más por ser el primero en el que un galardón recae en una persona fallecida, algo que no está previsto en los estatutos de los Nobel. Estos señalan explícitamente que, a no ser que el fallecimiento se produzca después del anuncio de premio, no se puede conceder el galardón a título póstumo, como es el caso Steinman.
La decisión de otorgar el galardón a Steinman se mantiene. Según la academia sueca, Steinman, murió el 30 de septiembre. La información del óbito llegó a la Fundación Nobel a las 14.30 el 3 de octubre de 2011 y, ese mismo día, a las 11.30, la Asamblea del Nobel ya había anunciado premiados sin conocer la muerte de Steinman. Así que, técnicamente, seguía vivo para la Academia Sueca y esta actúo de buena fe. Los acontecimientos, reconocen, «son únicos». Y, aunque los estatutos establecen que el premiado debe estar «vivo», especifican que si una persona ha sido galardonada y ha muerto antes de recibirlo, el premio es «válido». La Academia quiere recalcar que el premio no se da a «título póstumo». De hecho, el importe del galardón será transferido a la familia del fallecido.
Descubrir cómo responde el sistema inmune frente a una infección no le sirvió a Steinman a evitar su muerte a causa de un cáncer. Los investigadores Marjorie Pion y Rafael Correa, del Hospital Gregorio Marañón, colaboraron con Steinman en un estudio desarrollado en Suiza y recalcan la relevancia de sus trabajos en las células dendríticas, que sentaron las bases de las vacunas del futuro y que constituyen una de las herramientas más prometedoras para estimular o dirigir las respuestas inmunitarias de forma específica frente a cualquier patógeno. De hecho, recuerdan, «el mismo Steinman consiguió prolongar su esperanza de vida al tratar su cáncer de páncreas con una terapia que utilizaba células dendríticas dirigidas a estimular las respuestas inmunes contra el tumor».
Desde el Nobel de Medicina de 1901 otorgado a Emil von Behring, hasta el descubrimiento por Doherty y Zinkernagel de linfocitos T capaces de destruir células propias infectadas por virus (Nobel de Medicina 1996), han sido varios los Nobel otorgados a hallazgos inmunológicos. «¿Hasta qué punto es importante la Inmunología como para merecer un Nobel en Fisiología o Medicina?», se pregunta María Ángeles Muñoz, directora del laboratorio InmunoBiología Molecular, del Hospital Universitario Gregorio Marañón (Madrid).
El sistema inmunitario es el encargado de defender el organismo frente a patógenos externos, explica, «pero también constituye uno de los actores principales en escenarios como las alergias, enfermedades autoinmunes, rechazo a trasplantes, cáncer, etc. Dado el amplio repertorio de respuestas en las que el sistema inmune juega un papel clave, los descubrimientos en este campo siempre han tenido una gran relevancia en la medicina, y la aplicación de estos hallazgos ha mejorado nuestra calidad de vida».

http://www.abc.es/hemeroteca/TRASPLANTES+SEPTIEMBRE+2011

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