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sábado, 15 de octubre de 2011

Los rechazos en trasplante de hígado, cerca de desaparecer

Los rechazos en trasplante de hígado, cerca de desaparecer
El rechazo en trasplante hepático es casi inexistente, siempre que se cumplan los procedimientos anteriores y posteriores a la intervención. Así lo ha señalado Juan del Río, del Hospital Mount Sinaí, en el I Congreso de la SET.
Las principales novedades en el trasplante hepático y las connotaciones éticas que proporciona esta modalidad en los pacientes han sido protagonistas en el I Congreso de la Sociedad Española de Trasplante (SET), que se ha llevado a cabo en Sevilla. En una de las sesiones plenarias ha participado Juan del Río, cirujano general del departamento de Trasplantes del Hospital Mount Sinai, de Nueva York.
El rechazo del órgano ha dejado de ser una preocupación, “al menos en el trasplante hepático”. Se trata de una situación “prácticamente inestimable en la actualidad en estos casos, siempre que se cumplan los procedimientos anteriores y posteriores establecidos en la intervención”. Ha afirmado que sólo se produce en casos de un tratamiento pobre o de un paciente que no toma la medicación.
Aún así, ha añadido que la aspiración es llegar a la tolerancia plena, al punto en que el paciente no necesite un tratamiento tras el trasplante. Desde el punto de vista quirúrgico, ese objetivo depende de la mejora de la calidad de los órganos utilizados en el trasplante, “que cada vez es peor”, pues la mayor parte de los órganos procedían antes de personas jóvenes y sanas, y ahora vienen de personas mayores con accidentes cardiovasculares. Del Río cree que el especialista “no puede modificar el número de donantes, pero sí cambiar la técnica quirúrgica y hacer que el hígado sufra menos en el trance de la operación, donde pueden ocurrir los daños a largo plazo”.
También se ha referido al trasplante celular, que ha demostrado ser útil en el caso de tejidos celulares hepáticos para casos agudos. Se trata de mantener con vida al paciente para que el propio hígado no degenere: “En el caso de la hepatopatía crónica su utilización resulta muy difícil, porque el hígado se encuentra demasiado dañado y no resulta posible modificar la estructura”.
El cirujano tiende siempre a proteger al paciente al máximo, ha dicho Del Río: “Una vez aceptado, lo más importante del donante vivo es cuál es el conocimiento del paciente trasplantado; éste debe saber todo lo relacionado con su donación”. Y ha explicado que “hay que evitar toda coacción emocional, económica y de otros tipos”. A su entender, es necesario un análisis psiquiátrico previo al trasplante.http://www.setrasplante.org/modules.php?name=news&lang=ES&d_op=newsdetail&idnew=37

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