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lunes, 17 de octubre de 2011

Cuando la Muerte llega

Cuando la Muerte llega

Cuenta la leyenda que ávidos de conocer el futuro, los cíclopes decidieron hacer un pacto con el diablo, a cambio de sus pretensiones de videncia les ofrecieron los cíclopes al maligno un ojo, pero como era de esperar el innombrable les engañó, aceptó el ojo de cada uno de ellos pero a cambio solo les permitió conocer la fecha del día de su muerte, es por esto que los cíclopes son seres con un solo ojo y tristes, por que cada uno de ellos conoce el momento en el que morirá Las experiencias cercanas a la muerte podrían ser explicadas como parte de reacciones incontroladas del cerebro ante la falta de riego sanguíneo, sin embargo otras, hasta el momento siguen sin explicación, las cuales son desacreditadas por la medicina y caen en el olvido.Afortunadamente no son pocos los investigadores y científicos que se han interesado por estas experiencias.

Pero leyendas aparte, la muerte es el “final” o tal vez no, pero sin duda es el precio que todos los seres humanos pagaremos en algún momento, como bien decía Manel Seral, ocultista y amigo que ya cruzó el río de la muerte, “ni te espero, ni te temo” La muerte tan bien representada en la lámina número trece del Tarot, sega la vida material a todos por igual, sin distinción de plebeyos ni reyes, ni clérigos, ni campesinos.Todas las culturas desde los más remotos inicios de la humanidad han rendido homenaje a la innombrable, todas las religiones y gran parte de creencias esotéricas nos hablan de vida más allá de esta, de hecho una de las bases, tal vez la que más, el empuje por lo que muchos nos adentramos en el mundo del misterio y la parapsicología es precisamente por intentar descubrir si existe un más allá. Matemáticamente calculadas existen al menos once dimensiones, sin embargo nosotros nos movemos en un mundo tridimensional, el alto, el ancho, el fondo y el tiempo agrupan nuestras dimensiones conocidas, y nuestra vida material no sale de ellas, aunque bajo determinadas circunstancias y en determinadas ocasiones, pudiera ser que lográsemos el contacto con “alguna otra dimensión”.

Para los más escépticos o por decirlo de otra manera, para los menos creyentes la muerte es el final de todo, después de ella ni nuestro cuerpo ni nuestra esencia perdura, para los más creyentes no hay duda de la existencia de un más allá, pero ¿es este el reino de los muertos? Si estuviésemos tan seguros de que tras la muerte se abre una vida nueva y mejor que la que dejamos atrás, ¿Por qué la tememos? Nuestro principal miedo es sin duda más allá de dejar nuestras posesiones materiales, el temor a perder nuestro yo, el temor a perder nuestra propia identidad y en muy numerosas ocasiones lloramos a los seres queridos que parten por puro egoísmo, por que ya no estarán en nuestra vida, pero después de su partida irremediablemente deberá llegar la resignación para los que se quedan.
El cerebro, el procesador de información.En nuestra memoria se almacena hasta el “sabor de nuestra primera papilla”Según estudios realizados por cinéticos afines a la mediumnidad, la glándula hipófisis tendría mucho que ver con los mensajes que se reciben “desde el otro lado”
El cerebro no muere a la par del corazón y es capaz de vivir unos minutos más.
 La parapsicología nos muestra evidencias de la posibilidad de otras realidades, las psicofonías nos transmiten en forma de voz mensajes, palabras e incluso insultos, pero sea cual sea lo que estas voces nos comuniquen, incluso el mensaje más grotesco da a muchos la esperanza de vida después de la muerte, una gran parte de estos mensajes hacen referencia a ese reino de los muertos, por tan solo citar un ejemplo, el investigador italiano Marcelo Bacchi registró una psicofonía que decía “La morte es un passagio” que traducida al castellano nos dice que la muerte es un pasaje, que después de nuestra vida, el camino de nuestra existencia continua.
La mediumnidad es totalmente directa y nos habla de la realidad del mundo de los espíritus y de la supervivencia de nuestro yo a la muerte, los mediums aseguran entrar en contacto con los difuntos y estos mensajes son recibidos a través de la glándula pineal situada en el techo del di encéfalo.Sistemas de alteración de nuestros estados de conciencia aseguran la entrada de una forma mental  en el mundo de los muertos.
 Chamanes, videntes, esotéricos, magos y religiosos aseguran la existencia del mundo de los espíritus, pero lo cierto es que ninguna de estas mancias han logrado probar la existencia del más allá, del reino de los muertos de una forma concluyente y el presente artículo no trata de desacreditar ni a  la mediumnidad en la que personalmente creo, ni a ninguna otra mancia, de hecho todo aquello que cree esperanza, es bueno.La carta número XIII del tarot “La innombrable” nos muestra que la muerte lo siega todo, sin embargo las interpretaciones de esta lámina admiten que se trata del cambio, de una muerte para un posterior renacer.

Personalmente estoy convencido de la existencia de ese “otro mundo” tras cruzar el río de la muerte, pero está claro, que una cosa es lo que creo y otra muy distinta lo que puedo probar.
Toda religión está basada en la inmortalidad del alma y en la fe que lo único no es esta vida material.

Las experiencias cercanas a la muerte

Son muy numerosos los casos de personas que han vivido experiencias esperanzadoras en los límites de la muerte, en muchos casos las personas que han estado a punto de fallecer, al ser reanimadas cuentan haber visto un túnel de luz y al otro lado de este ver personas afines a ellas o familiares a la espera del reencuentro, por otra parte en estos momentos en los que el corazón se detiene y parece que llega el fin de la existencia, parece como si esos últimos segundos se ralentizan y los momentos de la vida pasan por delante de la persona como en una especie de auto juicio en donde uno mismo ejerce de juez de sus actos.
 ¿Pero son reales estas experiencias, o fruto de algún cóctel químico generado en nuestro cerebro? Hay que tener en cuenta que en los últimos momentos y en estas experiencias en realidad se llaman cercanas a la muerte precisamente por que no llega la muerte completa, es decir la actividad eléctrica del cerebro aún continua después de la parada del corazón, pero detengámonos un momento en esta situación y analicemos lo que posiblemente suceda, ante el paro del corazón, este deja de bombear sangre al cerebro, hay que tener en cuenta que aunque no seamos conscientes de ello, nuestra mente almacena  todo el registro de nuestra vida en la memoria, a veces determinados estímulos exteriores como pueden ser una visión o un olor determinado hacen que determinados recuerdos afloren, recuerdos que por otra parte parecían olvidados del todo, así pues ante la falta de riego sanguíneo no sabemos como reacciona nuestro cerebro, la vida de este se estima en unos siete minutos sin el riego del flujo vital, tras este tiempo el cerebro quedaría dañado de forma irreparable, pero es posible que como si de un estímulo exterior se tratase, en estos momentos en que sobrevive el cerebro la memoria se desboque y quede sin control, por lo que en esos momentos pasaríamos a ver gran parte de los recuerdos de nuestra vida y vuelvo a insistir en que nuestra mente almacena en la memoria hasta el sabor de nuestra primera papilla.

La famosa serie televisiva muestra la realidad de los médiums, personas capaces de ver a los muertos y de comunicarse con ellos, muchos de los mensajes recibidos por estas personas psíquicas van mucho más allá de la “simple esperanza” y han dado datos que han podido corroborarse. El famoso túnel de luz que aseguran ver en estos momentos muchas personas, también pudiera ser fruto de la falta de sangre, la dilatación de las pupilas en estos momentos podría parecer una ilusión óptica como de un túnel de luz, hay que tener en cuenta que la pupila se contrae o dilata no solo en función de la cantidad de luz, si no de la actividad química del cerebro, ante esta mal función de nuestras pupilas podría dar la sensación de ver sombras o personas que el cerebro interpretase como seres fallecidos o conocidos o desconocidos, ya que la actividad química en estos momentos se descontrolaría siendo impredecible el como actúa el cerebro y como interpreta los estímulos.Es muy común que en los últimos momentos de las personas que están en fase Terminal, los médicos para hablar de su situación con los familiares les hagan abandonar la habitación, por que no se sabe hasta que punto el enfermo aun encontrándose inconsciente puede percibir estímulos de visión y oído e interpretar esa información.Un grabado en un edificio de Barcelona, nos muestra la arquetípica representación de la muerte como camino a otra vida. Pero existen otros casos, otras experiencias cercanas a la muerte muy distintas, y son aquellas en que quienes las han sufrido aseguran haberse visto a sí mismas por ejemplo en la mesa de operaciones, pudiendo después contar como procedieron los médicos, cuanta gente había presente e incluso saber lo que estos comentaron, estas situaciones son muy difíciles de explicar y la mayoría de los casos se corre sobre ellas un velo y caen en el olvido por una razón muy obvia, por que la medicina no lo puede explicar, afortunadamente los tiempos cambian y hoy en día ya se han realizado y contabilizado muchos de estos casos, habiendo estudios muy serios al respecto.

En un artículo sobre la muerte y lo que sucede en los últimos instantes de nuestra vida no debería faltar nunca como deberíamos comportarnos ante la partida de algún ser querido o ante la partida de cualquier persona. Como anteriormente he expuesto, el cerebro no muere a la par del corazón, una vez que nuestra bomba sanguínea se detiene, hay unos momentos en los que aun el cuerpo puede ser reanimado, pero cuando esta posibilidad no existe y el final es irremediable hay que tener muy en cuenta que aunque el corazón esté detenido y el cuerpo inmóvil, los oídos de la persona y los ojos siguen enviando información al cerebro y este la procesa aunque la persona no pueda moverse ni articular palabra, por lo que se sigue sintiendo, es muy habitual que en estos últimos momentos los familiares desbrocen llantos y gritos, pero hemos de ser concientes y no egoístas, tener en cuenta que durante unos minutos la persona que acaba de fallecer sigue sintiendo, por lo que hay que guardar la serenidad, se que esto es difícil, yo mismo he vivido esta situación ante la partida de mí padre, pero durante unos minutos es necesario comportarse como si la persona aún estuviese en plenas facultades, momentos de cariño y palabras afectuosas son del todo un aliciente para que la persona se apague con total serenidad, para entenderlo mejor solo hay que imaginarse en el lugar de la persona que está sintiendo sus últimos instantes, que no se puede mover ni hablar, pero que sigue escuchando, imaginémonos como nos sentiríamos si a nuestro alrededor solo escuchásemos penas y gritos de desasosiego, una partida, unos momentos que ya son duros de por sí, sin poder expresar lo que se siente aún se hacen más traumáticos si lo que envuelve al moribundo es el caos producido por las mismas personas que en vida lo han querido.
 Es muy complicado estar seguros de una vida más allá de esta, experiencias cercanas a la muerte de alguna manera parecen ser explicadas por la medicina no siendo más que estímulos, reacciones de nuestro cerebro en los últimos momentos, por otra parte la mediumnidad, determinados fenómenos paranormales, vivencias, visiones y experiencias vividas por determinadas personas parecen alentar la posibilidad de que tras la muerte no llega el fin de nuestro yo, además hay algo en las personas, una cierta sensación psíquica que la sociedad en la que actualmente vivimos se ha encargado de mermar, que nos dice que somos algo más que un cuerpo material.El presente escrito no es más que una puerta a la reflexión individual sobre la muerte.

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