"El dolor
es una alarma que tiene el cuerpo para llamar la atención, indica que
algo funciona mal", señala la Doctora María Isabel Heraso, Directora de
la Unidad del Dolor del Sanatorio San Francisco de Asís de Madrid. "La
mayoría de dolores corresponden a la zona lumbar, ya que es la región de
la columna sometida a mayor sobrecarga. Le sigue el dolor cervical, que
es la zona con más movimiento, y las contracturas que afectan al
músculo". De hecho, la lumbalgia es tan frecuente que se considera que 8
de cada 10 personas la padecerán en algún momento de su vida.
"Para
tratar estos problemas, lo primero es averiguar la causa, que puede ser
desde una mala postura hasta un problema de músculo o una situación de
estrés. Cuanto antes pensemos el por qué de la situación y nos
involucremos en nuestra mejoría, antes desaparecerán los síntomas de
dolor", señala Heraso, que también es la Fundadora y Presidenta de la
Fundación Internacional del Dolor.En este sentido, el responsable de la curación no es el doctor o el terapeuta, puesto que su trabajo es ayudar al paciente a comprender el problema y guiarle para que lo solucione. "El paciente es el que debe hacerse preguntas trascendentales sobre su estado psíquico y anímico, ya que éstos influyen muchísimo en los dolores de espalda". Para Heraso, debemos consultar al médico cuando las lumbalgias no mejoren con reposo, se sumen el dolor en el muslo, tengamos dificultad para caminar o notemos pérdida de apetito.
Dieta y ejercicio regular
Para
prevenir problemas de espalda, es necesario tener en cuenta diversos
aspectos. "Además de cuidar la postura y no hacer ejercicios
perjudiciales para la espalda, debemos consumir alimentos concretos",
apunta Heraso. La dieta tiene un papel fundamental en la prevención, ya
que puede ser responsable de sobrecargas, gases, estreñimientos o malas
digestiones. Para la doctora, es importante eliminar el trigo, el
azúcar, la bollería, el café y la leche de vaca, que se puede sustituir
por leche de avena. "Es mejor no mezclar proteínas animales con
hidratos de carbono. Es decir, no combinar carne, pescado o huevos con
arroz, pasta, patatas o pan". Por otro lado, debemos aumentar el consumo
de vegetales, frutas, semillas de sésamo, frutos secos y aceite de
oliva.
Por lo que se refiere a los
ejercicios, los más indicados son aquellos que descontracturan los
músculos de la espalda para crear una faja natural, es decir los
músculos abdominales y lumbares que sujetan la columna y protegen la
vértebras. Es recomendable ejercitarnos sobre superficies duras, como
suelo, alfombras o colchonetas, hacer diez minutos de calentamiento,
empezar poco a poco y no dar tirones. "Los ejercicios regulares y un
control de la ansiedad son dos cuestiones clave en la curación del dolor
de espalda", concluye la doctora, que también recomienda andar moviendo
las caderas de manera exagerada y hacer estiramientos después de la
ducha.
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