Amnistía Internacional denuncia prácticas de tortura en 141 países
En varios países americanos la tortura se sigue practicando pese a sus duras legislaciones
Amnistía Internacional ha detectado casos de tortura
o malos tratos en 141 países a lo largo de los últimos cinco años,
según el informe “Parar la tortura” presentado este lunes en Londres. El
texto denuncia en particular la actitud “hipócrita” de los gobiernos en
el continente americano, donde la existencia de duras legislaciones
contra la tortura no impide que esta se sIga practicando.
“Electrochoques. Palizas. Violación. Humillación. Simulacro de ejecuciones. Quemaduras. Privación del sueño. Torturas con agua. Horas y horas en posturas forzadas. El uso de tenazas, drogas y perros. Son palabras que por si solas suenan a pesadilla. Pero cada día en cada esquina del mundo, estos horrores inimaginables son algo cotidiano para incontables hombres, mujeres y niños”, advierte el secretario general de la organización, Salil Shetty. “La tortura es abominable. Es bárbara e inhumana. Nunca puede ser justificada. Es un error, es contraproducente y envenena el imperio de la ley reemplazándolo con el terror. Nadie está a salvo con un Gobierno que la utiliza”, añade Sherry en la introducción del informe.
Sin embargo, aunque muchos gobiernos la han prohibido, siguen practicándola o tolerando su práctica, poniendo de relieve que “no basta con su prohibición global”. Por eso, medio siglo después de empezar su lucha contra la tortura y 30 años después de conseguir su prohibición, Amnistía ha lanzado una nueva campaña mundial para conseguir que la tortura sea efectivamente erradicada.
El informe destaca que “en varios países de las Américas, el uso de la tortura y otros tratamientos crueles, inhumanos y degradantes es algo rutinario y es aceptado por muchos como una respuesta legítima a los altos niveles de violencia criminal”. En Brasil, el 80% de los detenidos temen ser torturados y en México el 64%, las cifras más altas de una encuesta llevada a cabo por Amnistía en la que han participado 21.000 personas en 21 países de todos los continentes. “Incluso el 32% de la gente en Estados Unidos y el 21% en Canadá temen ser torturados”, destaca Amnistía.
“La tortura está presente en prisiones y centros de detención de toda América. En muchos países los detenidos reciben palizas, electrochoques y abusos sexuales y se les niega el acceso a cuidados médicos”, denuncia el informe. La tortura se utiliza para castigar a los reos y para obtener “confesiones” de los sospechosos de ser delincuentes y se utiliza también contra manifestantes en países como Brasil, México y Venezuela.
El informe cita estudios que revelan un incremento del uso de la tortura en México desde 2006, destaca la falta de investigaciones por los abusos detectados en Colombia, la tendencia del Gobierno de Estados Unidos a desentenderse de los abusos en la llamada guerra contra el terrorismo y los cientos de delitos cometidos en el pasado reciente por los regímenes militares en países como Chile, El Salvador y Uruguay y que no han llegado hasta los tribunales.
En Europa y Asia central, la tortura sigue siendo un problema en los países de la antigua Unión Soviética y destaca que también “se han documentado” casos dentro de la Unión Europea. El texto destaca, sin embargo, los avances que se han vivido en Turquía.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/05/12/actualidad/1399918141_217201.html“Electrochoques. Palizas. Violación. Humillación. Simulacro de ejecuciones. Quemaduras. Privación del sueño. Torturas con agua. Horas y horas en posturas forzadas. El uso de tenazas, drogas y perros. Son palabras que por si solas suenan a pesadilla. Pero cada día en cada esquina del mundo, estos horrores inimaginables son algo cotidiano para incontables hombres, mujeres y niños”, advierte el secretario general de la organización, Salil Shetty. “La tortura es abominable. Es bárbara e inhumana. Nunca puede ser justificada. Es un error, es contraproducente y envenena el imperio de la ley reemplazándolo con el terror. Nadie está a salvo con un Gobierno que la utiliza”, añade Sherry en la introducción del informe.
Sin embargo, aunque muchos gobiernos la han prohibido, siguen practicándola o tolerando su práctica, poniendo de relieve que “no basta con su prohibición global”. Por eso, medio siglo después de empezar su lucha contra la tortura y 30 años después de conseguir su prohibición, Amnistía ha lanzado una nueva campaña mundial para conseguir que la tortura sea efectivamente erradicada.
El informe destaca que “en varios países de las Américas, el uso de la tortura y otros tratamientos crueles, inhumanos y degradantes es algo rutinario y es aceptado por muchos como una respuesta legítima a los altos niveles de violencia criminal”. En Brasil, el 80% de los detenidos temen ser torturados y en México el 64%, las cifras más altas de una encuesta llevada a cabo por Amnistía en la que han participado 21.000 personas en 21 países de todos los continentes. “Incluso el 32% de la gente en Estados Unidos y el 21% en Canadá temen ser torturados”, destaca Amnistía.
“La tortura está presente en prisiones y centros de detención de toda América. En muchos países los detenidos reciben palizas, electrochoques y abusos sexuales y se les niega el acceso a cuidados médicos”, denuncia el informe. La tortura se utiliza para castigar a los reos y para obtener “confesiones” de los sospechosos de ser delincuentes y se utiliza también contra manifestantes en países como Brasil, México y Venezuela.
El informe cita estudios que revelan un incremento del uso de la tortura en México desde 2006, destaca la falta de investigaciones por los abusos detectados en Colombia, la tendencia del Gobierno de Estados Unidos a desentenderse de los abusos en la llamada guerra contra el terrorismo y los cientos de delitos cometidos en el pasado reciente por los regímenes militares en países como Chile, El Salvador y Uruguay y que no han llegado hasta los tribunales.
En Europa y Asia central, la tortura sigue siendo un problema en los países de la antigua Unión Soviética y destaca que también “se han documentado” casos dentro de la Unión Europea. El texto destaca, sin embargo, los avances que se han vivido en Turquía.
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