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viernes, 28 de junio de 2013

Dos sicarios detenidos en Valencia descuartizaron a la pareja holandesa

Dos sicarios detenidos en Valencia descuartizaron a la pareja holandesa
 
 
 

 

La Policía ha detenido a los tres presuntos autores del crimen de Ingrid Visser, exjugadora holandesa de voleibol, y su pareja sentimental. La investigación policial ha desvelado que la pareja fue torturada y descuartizada por dos sicarios, de nacionalidad rumana, que fueron detenidos ayer en Valencia. La operación se completó con un tercer arresto, el de un español de 36 años de edad que, al parecer, era el que tenía que negociar con las víctimas acerca de unos negocios que no han trascendido. Los agentes llevaban dos semanas tras la pista de la pareja desaparecida.
Las muertes se produjeron en un alojamiento rural de Molina del Segura. La Policía halló pruebas de que se había producido una muerte violenta pese a que la estancia había sido limpiada exhaustivamente por parte de los asesinos y no había rastro aparente de sangre.
Fuentes muy próximas a la investigación confirmaron que, por un lado, la elección de Ingrid y Lodewijk no fue casual. Los inductores del asesinato se habían enterado por algún medio de que habían viajado hasta Murcia, y estaban decididos a aprovechar esa oportunidad para ajustar alguna cuenta pendiente. Y, por otro lado, explicaron que aquellos que tan malas intenciones tenían no tuvieron que emplear la fuerza ni la intimidación para llevar a la pareja hasta donde pretendían. El único arma que emplearon fue la astucia.
En concreto, utilizaron a otra persona conocida desde hacía años por los dos holandeses, y con la que existía una relación de total confianza. Fue así como lograron que subieran sin reparos a un coche que acabó conduciéndoles al matadero: la mencionada casa rural de la pedanía de El Fenezar, en Molina de Segura, que los criminales habían alquilado por espacio de un par de semanas. Una residencia totalmente apartada de cualquier otra casa habitada, en la que podrían ejecutar sus siniestros planes sin temor alguno a verse sorprendidos.
Le arrancaron los dientes
No tuvieron una muerte rápida. Al menos, Lodewijk. Un rápido examen de los restos de su cadáver, exhumado a última hora de la noche del domingo junto a un chalé en Alquerías, permitió a los policías confirmar que había sufrido brutales torturas. Antes de asesinarlo le destrozaron a golpes la mandíbula y le arrancaron los dientes. Habrá que esperar a que se conozcan los detalles de la autopsia para saber a qué otras aberraciones lo sometieron.
Hasta el momento nada ha trascendido acerca de la manera en que halló la muerte su compañera, aunque algunas fuentes policiales consideran que probablemente ella no centralizaba la ira de los asesinos y, por lo menos eso prefieren imaginar, ayer todavía confiaban en que hubiera sufrido bastante menos que su esposo.
La hipótesis con la que trabajan los especialistas policiales es que Ingrid y Lodewijk, cuando llegaron a la casa rural de El Fenazar en el coche de un conocido, se encontraron con que los estaba esperando un número indeterminado de personas; posiblemente tres. Entre ellos, dos ciudadanos rumanos, de 47 y 60 años, que supuestamente fueron los encargados de hacer todo el trabajo sucio. Básicamente, administrar las palizas, darles muerte, despedazar los cadáveres y buscar un lugar apartado en el que darles sepultura.
Estos dos sospechosos, de los que se desconocen más datos, fueron arrestados ayer, después de un par de días en los que los agentes estuvieron tratando de dar con su rastro, pues se habían marchado de la Región. Los localizaron en Valencia, la misma ciudad en la que el sábado fue arrestado un español de 36 años, cuya identidad responde a las iniciales J. C. y de quien se sospecha que podía ser otro de los implicados directos en el doble crimen. Los tres estaban siendo interrogados ayer por los policías judiciales y todo apunta a que hoy podrían ser puestos a disposición del juzgado de guardia de Valencia.
 

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