Israel deportó a mujer de Costa Rica donaría órgano
Una pareja de costarricenses fue deportada en marzo de este año de Israel porque la mujer confesó al ingresar a ese país que iba a donar un órgano en un centro de salud allá, pero al retornar a Costa Rica denunció judicialmente que estaba siendo víctima de un negocio de tráfico ilícito de partes del cuerpo humano.
Los hechos, conocidos en medio del escándalo que estalló a finales de mayo al revelarse que Costa Rica es anfitrión de un turismo de trasplantes que encubre un tráfico de órganos, fueron dados a conocer por el Hospital Clínica Bíblica, uno de los más importantes centros privados de la capital costarricense.
“De inmediato fueron deportados e Interpol (Policía Internacional) notificó del caso a las autoridades costarricenses, quienes de inmediato iniciaron la investigación, antes de que todos conociéramos de este asunto”. Los deportados presentaron entonces su denuncia, lo que derivó en una investigación en la que ya se produjeron arrestos, precisó en un comunicado.
Acusados por la Fiscalía General de Costa Rica de integrar una organización transnacional —con sede en Israel y nexos en Europa del Este— de tráfico de órganos, el médico Francisco José Mora Palma, quien era jefe de Nefrología del estatal Hospital Calderón Guardia, en San José, y la policía Mauren Cordero Solano fueron detenidos el martes anterior.
A ambos costarricenses se les impuso seis meses de prisión preventiva, mientras siguen las indagaciones. El escándalo del tráfico de órganos estalló después de que EL UNIVERSAL publicó, el pasado 27 de mayo, que Costa Rica es señalada mundialmente como base del tráfico.
La fiscalía confirmó que algunos trasplantes se realizaron en clínicas privadas costarricenses y otros en Israel. Según la fiscalía, cada donante recibió 20 mil dólares y mientras Mora verificó compatibilidades con los receptores, Cordero reclutó a “víctimas” que, vulnerables por su pobreza, serían potenciales vendedores.
La Bíblica aseguró que en abril “las personas que estarían envueltas” en uno de los casos que se investiga “intentaron una vez más usar una de nuestras salas, mostrando documentos supuestamente probatorios de que contaban con todos los requerimientos legales, en los que, además, se dejaba constancia de que no existía ningún pago o dádiva por la donación del órgano. El Hospital Clínica Bíblica, ya consciente de la posible existencia de la red, les negó rotundamente el uso de sus instalaciones”.
En este panorama, más de un centenar de costarricenses desfilaron ayer en bicicleta en esta capital, en defensa de la donación legal de órganos y en repudio al tráfico ilícito. El costarricense Roberto Guzmán, uno de los organizadores del paseo, afirmó que el movimiento busca que Costa Rica disponga de un “sistema de donantes” para evitar las tentaciones del negocio.
Rosibel Arrieta, de la Campaña de Donaciones de Órganos y Tejidos, un grupo no estatal, informó que un millar de costarricenses espera para ser sometido a un trasplante de riñones, córneas o hígado, pero “sin dinero de por medio”.
http://www.eluniversal.com.mx/internacional/83114.html
“De inmediato fueron deportados e Interpol (Policía Internacional) notificó del caso a las autoridades costarricenses, quienes de inmediato iniciaron la investigación, antes de que todos conociéramos de este asunto”. Los deportados presentaron entonces su denuncia, lo que derivó en una investigación en la que ya se produjeron arrestos, precisó en un comunicado.
Acusados por la Fiscalía General de Costa Rica de integrar una organización transnacional —con sede en Israel y nexos en Europa del Este— de tráfico de órganos, el médico Francisco José Mora Palma, quien era jefe de Nefrología del estatal Hospital Calderón Guardia, en San José, y la policía Mauren Cordero Solano fueron detenidos el martes anterior.
A ambos costarricenses se les impuso seis meses de prisión preventiva, mientras siguen las indagaciones. El escándalo del tráfico de órganos estalló después de que EL UNIVERSAL publicó, el pasado 27 de mayo, que Costa Rica es señalada mundialmente como base del tráfico.
La fiscalía confirmó que algunos trasplantes se realizaron en clínicas privadas costarricenses y otros en Israel. Según la fiscalía, cada donante recibió 20 mil dólares y mientras Mora verificó compatibilidades con los receptores, Cordero reclutó a “víctimas” que, vulnerables por su pobreza, serían potenciales vendedores.
La Bíblica aseguró que en abril “las personas que estarían envueltas” en uno de los casos que se investiga “intentaron una vez más usar una de nuestras salas, mostrando documentos supuestamente probatorios de que contaban con todos los requerimientos legales, en los que, además, se dejaba constancia de que no existía ningún pago o dádiva por la donación del órgano. El Hospital Clínica Bíblica, ya consciente de la posible existencia de la red, les negó rotundamente el uso de sus instalaciones”.
En este panorama, más de un centenar de costarricenses desfilaron ayer en bicicleta en esta capital, en defensa de la donación legal de órganos y en repudio al tráfico ilícito. El costarricense Roberto Guzmán, uno de los organizadores del paseo, afirmó que el movimiento busca que Costa Rica disponga de un “sistema de donantes” para evitar las tentaciones del negocio.
Rosibel Arrieta, de la Campaña de Donaciones de Órganos y Tejidos, un grupo no estatal, informó que un millar de costarricenses espera para ser sometido a un trasplante de riñones, córneas o hígado, pero “sin dinero de por medio”.
http://www.eluniversal.com.mx/internacional/83114.html
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