Una relación a dos está basada, principalmente en la sexualidad. Es la atracción sexual lo que hace que una persona se vuelva el objeto de deseo de otra. Sin sexo no hay pareja, se trata sólo de un par de buenos amigos que se gustan. No existe una explicación para este tipo de atracción, pasa de formas diferentes para los distintos individuos. Lo que atrae sexualmente a una persona es un conjunto de ideas que cada uno tiene sobre el tipo de pareja que le gustaría tener.
Esas ideas son diversas, pudiendo variar a lo largo del tiempo y de las vivencias y no son controladas por la parte consciente del individuo. La atracción, generalmente, no tiene una explicación racional. Existiendo esta atracción y siendo correspondido, las dos personas entran en un proceso que puede llevar a la relación sexual y a la pasión.
Está claro que la atracción sexual no es el único ingrediente en una relación amorosa, pero es lo que va a acercar a las dos personas. Habiendo otras afinidades, la relación tiende a afianzarse. Si entre la pareja hubiera poca afinidad, es difícil mantener una relación. Una pareja no intercambia sólo sexo, sino que hay distintas vivencias que necesitan estar de acuerdo con lo que cada uno espera del otro.
Sin pasión, la relación va a ser mucho más una amistad que cualquier otra cosa y esto puede pasarles a las personas que ya llevan juntas un tiempo. El fin de la atracción sexual es uno de los grandes responsables de que terminen muchas relaciones, llegando a haber un gran sufrimiento cuando esto pasa, porque la relación ya está consolidada, aunque no es satisfactoria.
La pasión no es sólo un componente de la vida sexual de la pareja, sobrepasa a otros puntos de la vida en común. Sin atracción, la admiración por el otro disminuye, el deseo de estar siempre cerca se estropea, la colaboración mutua se hace difícil, las peleas son menos toleradas. Así, podemos asegurar que la atracción sexual es un componente muy importante para que la pareja sea feliz. Mientras exista la atracción mutua, las ganas de estar juntos continuarán vivas, aunque ya se haya pasada la etapa de la pasión, el amor permanece y así, aunque la pareja encuentre dificultades y problemas en el camino, continuarán juntos para enfrentarlos.
Hay personas que miden el nivel de calidad de sus relaciones por la medida en que se sienten o son atraídas por su pareja. Pero, a pesar de ser importante, este no es un buen parámetro de comparación, pues hay muchos otros factores que pueden influir en la atracción sexual de las personas. Un momento de dificultad individual o entre la pareja, puede hacer que la libido disminuya, pero eso no quiere decir que se haya roto la atracción. El problema está cuando la atracción no se recupera. Si la libido disminuye y no vuelve, puede estar sucediendo algún problema en la pareja. No se puede olvidar que la atracción sexual influye y es influenciada por los acontecimientos que no están directamente relacionados con la relación sexual.
Por eso, la atracción sexual es un componente muy importante en la relación de la pareja, pero cada una debe llevar su ritmo. No hay forma de cuantificar esta atracción y la cantidad de sexo no denota su existencia o su falta. Si hubiera algún tipo de duda o inseguridad en relación a sí mismo o a su pareja, el camino es el diálogo.
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