Primer implante de válvula aórtica percutánea (TAVI) en la sanidad privada aragonesa. Un equipo del Quirónsalud Zaragoza interviene a un paciente de 81 años con éxito
Implantar
una válvula aórtica percutánea (TAVI, por sus siglas en inglés) supone
una opción a la cirugía convencional en pacientes que no pueden asumir
los riesgos de una intervención quirúrgica. Este tipo de operación, que
ha venido a revolucionar la cirugía cardiaca –apenas llega a las dos
décadas de existencia desde que se dio inicio a su práctica habitual–,
se prescribe a pacientes cuya válvula aórtica no funciona bien
(estenosis aórtica) y de-semboca en problemas como fatiga, dolor de
pecho (angina) y mareos o síncopes. Por ello, y ante la imposibilidad de
operar a corazón abierto a una paciente de 81 años, un equipo
multidisciplinar del Hospital Quirónsalud Zaragoza decidió optar por la
intervención TAVI para reducir las complejidades que pudieran surgir.
En lo que se considera la primera implantación de un sistema de este tipo en la sanidad privada aragonesa, Juan Sánchez-Rubio Lezcano, responsable del equipo de Cardiología, encargado de llevarla a cabo, apunta que la paciente, tras la intervención y permancer una semana ingresada, pudo volver a casa para llevar una vida completamente normal. Tal y como apuntan los expertos, tres de cada diez pacientes con estenosis aórtica severa presentan un riesgo quirúrgico demasiado elevado. La TAVI supone una alternativa para estos enfermos considerados «inoperables» y a los que «hasta hace poco tiempo no podíamos ofrecer ningún tipo tratamiento», como asegura Sánchez-Rubio.
En lo que se considera la primera implantación de un sistema de este tipo en la sanidad privada aragonesa, Juan Sánchez-Rubio Lezcano, responsable del equipo de Cardiología, encargado de llevarla a cabo, apunta que la paciente, tras la intervención y permancer una semana ingresada, pudo volver a casa para llevar una vida completamente normal. Tal y como apuntan los expertos, tres de cada diez pacientes con estenosis aórtica severa presentan un riesgo quirúrgico demasiado elevado. La TAVI supone una alternativa para estos enfermos considerados «inoperables» y a los que «hasta hace poco tiempo no podíamos ofrecer ningún tipo tratamiento», como asegura Sánchez-Rubio.
Menos mortalidad
Con
los datos del «Estudio Partner» se puede concluir que a los dos años y
con el implante de la válvula percutánea la mortalidad desciende de un
51 hasta un 30 por ciento respecto al tratamiento médico estándar. Junto
a esta cifra, también se han observado significativos datos de
disminución en cuanto a las hospitalizaciones y una importante mejora en
la calidad de vida de los afectados. Para efectuar esta intervención
con garantías, en el caso del Hospital Quirónsalud Zaragoza, se coordinó
un amplio equipo de profesionales de distintos perfiles. De este modo,
participaron miembros de enfermería de quirófano, cuya labor era la
prestación de apoyo continuo; un anestesista, que mantuvo a la paciente
sedada y controlada en todo momento, y dos cardiólogos
intervencionistas. A este grupo multidisciplinar se unen los cardiólogos
clínicos, cuyo trabajo se centraba en el diagnóstico y el seguimiento
de laa patología y así como en completar las pruebas necesarias para
valorar si el paciente constituía un candidato adecuado para un implante
TAVI.
Como remarca Sánchez-Rubio, «una ventaja de la solución TAVI es que, al no necesitar una gran cirugía, el periodo de recuperación es más rápido, con un riesgo menor de complicaciones». En este sentido, el cardiólogo detalla que «ni se abre el tórax, ni se pone el corazón en circulación extracorpórea, es decir, no se para este órgano». Esto último supone una importante ventaja para los pacientes en los que la intervención tradicional pone en jaque su vida. Antes de 2002, con el desarrollo de TAVI estos afectados no podían acceder a otra opción terapéutica.
Esta técnica alternativa a la cirugía convencional, en la que se opera a corazón abierto, se introduce la válvula a través de la arteria femoral –como se realizó a la paciente en el hospital aragonés–, dentro de un catéter, hasta su posición definitiva, donde se expande y reemplaza funcionalmente a la válvula enferma. También, existe la pobisibilidad de acceder a la arteria por el transapica la través de una pequeña incisión debajo de la mama del paciente para llegar a la punta del corazón.
Con la vista puesta en el futuro, Sánchez-Rubio asegura que, si bien ahora se actúa sobre la válvula aórtica, también se «está investigando mucho en este campo para implantar las válvulas en posición mitral». Además, como recoge la «Revista Española de Cardiología», en un artículo: «el TAVI es una revolución en el tratamiento de la estenosis valvular aórtica que aún se halla en fases iniciales. Y es que, por un lado, están apareciendo nuevas válvulas que tratan de disminuir o evitar las limitaciones de las actuales y, por otro, las válvulas empleadas actualmente están en constante perfeccionamiento».
Como remarca Sánchez-Rubio, «una ventaja de la solución TAVI es que, al no necesitar una gran cirugía, el periodo de recuperación es más rápido, con un riesgo menor de complicaciones». En este sentido, el cardiólogo detalla que «ni se abre el tórax, ni se pone el corazón en circulación extracorpórea, es decir, no se para este órgano». Esto último supone una importante ventaja para los pacientes en los que la intervención tradicional pone en jaque su vida. Antes de 2002, con el desarrollo de TAVI estos afectados no podían acceder a otra opción terapéutica.
Esta técnica alternativa a la cirugía convencional, en la que se opera a corazón abierto, se introduce la válvula a través de la arteria femoral –como se realizó a la paciente en el hospital aragonés–, dentro de un catéter, hasta su posición definitiva, donde se expande y reemplaza funcionalmente a la válvula enferma. También, existe la pobisibilidad de acceder a la arteria por el transapica la través de una pequeña incisión debajo de la mama del paciente para llegar a la punta del corazón.
Con la vista puesta en el futuro, Sánchez-Rubio asegura que, si bien ahora se actúa sobre la válvula aórtica, también se «está investigando mucho en este campo para implantar las válvulas en posición mitral». Además, como recoge la «Revista Española de Cardiología», en un artículo: «el TAVI es una revolución en el tratamiento de la estenosis valvular aórtica que aún se halla en fases iniciales. Y es que, por un lado, están apareciendo nuevas válvulas que tratan de disminuir o evitar las limitaciones de las actuales y, por otro, las válvulas empleadas actualmente están en constante perfeccionamiento».
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