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jueves, 9 de octubre de 2014

Dallas trata de prevenir nuevos errores ante el ébola

Dallas trata de prevenir nuevos errores ante el ébola

Las autoridades actúan con grandes medidas de precaución ante posibles casos, aunque la inquietud persiste

La clínica de Frisco, un barrio a unos 30 minutos de Dallas, Texas, donde el miércoles fue atendido un hombre que sospechaba que podía haber contraído ébola, permanecerá cerrada al menos hasta mañana viernes. Durante la noche, un equipo especializado había realizado una “limpieza integral” del recinto de atención primaria situado en una plaza comercial donde también hay una gasolinera y varios negocios pequeños.
El enfermo, un asistente del sheriff del Condado de Dallas, ya está ingresado en el Hospital Presbiteriano de Dallas que también atendió al primer diagnosticado de ébola en Estados Unidos, el liberiano Thomas Eric Duncan, que falleció el miércoles. El nuevo paciente estuvo brevemente en el apartamento donde Duncan permaneció, ya con síntomas, antes de ser ingresado el 28 de septiembre.
Las autoridades locales han asegurado que las posibilidades de que tenga ébola son mínimas, puesto que en ningún momento tuvo contacto con Duncan ni con ninguno de los cuatro familiares de la víctima que permanecen en estricta cuarentena. Tampoco figura en la lista de 40 personas que están bajo seguimiento médico por si presentaran síntomas.
Los médicos dieron un diagnóstico erróneo al enviar a casa con antibióticos al liberiano fallecido por ébola 
Con todo, y hasta que se conozcan los resultados de las pruebas de ébola en las próximas 24 horas, los responsables de salud de esta ciudad texana intentan evitar a toda costa volver a ser objeto de críticas por fallos en seguridad o diagnóstico como en el caso de Duncan, en el que los médicos no supieron identificar los síntomas en su primera visita al hospital y le mandaron a casa con antibióticos, multiplicando así el peligro de contagio. Además, tardaron varios días en desinfectar el apartamento donde había estado viviendo.
Ahora han apostado por extremar las medidas de seguridad, aunque solo sea “por exceso de precaución”. Al igual que la clínica de Frisco, durante la madrugada un equipo especial de limpieza de materiales peligrosos se llevó del hospital de Dallas la ropa de cama de Duncan y otros materiales potencialmente contagiosos.
Sin embargo, no todos están convencidos de que se está haciendo todo lo que se debe o puede.
Tony León es un peluquero de origen mexicano cuya barbería mira directamente a la clínica de Frisco adonde acudió el miércoles el policía que temía haber contraído éobla. Desde detrás de sus ventanales vio cómo de pronto el aparcamiento del centro médico se llenaba en horas del mediodía de vehículos de policía y bomberos, además de una ambulancia especial. Antes de ingresar a la clínica, explica, los enfermeros que debían trasladar al paciente se enfundaron en trajes de alta seguridad, máscara y guantes incluidos.
La comunidad liberiana de Dallas acusa a las autoridades de falta de abandono y no ofrecerles información
Unas medidas de precaución extremas que contrastan con la decisión de la clínica de seguir atendiendo casos durante varias horas más, denuncia León.
“Me sorprende que hoy esté cerrado, porque 20 minutos después de que se fueron la policía y los bomberos, abrieron nuevamente y empezó a llegar gente. Eso me sorprendió mucho porque pensé que iban a cerrar. Pero las dejaron entrar como si nada”, señala León, quien desde que se conoció el primer diagnóstico de ébola trabaja con guantes de látex y desinfecta todos sus instrumentos con gran cuidado. “Por seguridad”, dice.
Un portavoz de la red de clínicas a la que pertenece el centro afectado aseguró a este periódico que se cumplieron todas las medidas de seguridad.
“La clínica reabrió en la tarde después de que funcionarios de salud locales, estatales y federales entrevistaran al personal y delinearan el protocolo de limpieza a seguir. Cuando esa limpieza fue completada, los funcionarios dijeron que la clínica podía volver a abrir. Por un exceso de precaución, se decidió realizar una segunda limpieza integral durante la noche por una empresa especializada en instalaciones médicas”, explicó el portavoz.
Para León, quien tuvo que cerrar el miércoles su negocio porque muchos de sus clientes le cancelaron la cita al saber del caso sospecho a poco metros de la peluquería, uno de los problemas principales está en la falta de comunicación de las autoridades.
“No nos dijeron nada, no nos preguntaron nada ni nos dieron consejos. Ni tan siquiera vinieron a decirnos no se preocupen, está bien, esto no se transmite así o así”, lamenta.
Una queja que también se oye desde la comunidad liberiana de Dallas, directamente impactada por el caso de Duncan. “No hemos tenido el apoyo oficial de que las autoridades vengan a hablar con la comunidad, somos nosotros los que tenemos que llamarlos para que nos expliquen lo que sucede”, se queja de igual forma el presidente de la Asociación de la Comunidad Liberiana de Dallas, Stanley Gaye.
 
 
 http://internacional.elpais.com/internacional/2014/10/09/actualidad/1412877863_357862.html

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