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lunes, 1 de octubre de 2012

Una consulta exclusiva para las mujeres después del parto

El parto vaginal es un factor de riesgo de alteraciones del suelo pélvico. | Francisco VegaUna consulta exclusiva para las mujeres después del parto

 
Hace casi tres meses que Flora, una barcelonesa de 31 años, dio a luz a su primer bebé en el Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona. Aunque el parto "no fue muy largo y todo salió bien, los médicos tuvieron que utilizar fórceps porque el niño no estaba bien colocado", comenta. Esta fue la razón por la que, antes recibir el alta, Flora ya tenía cita para acudir a una de las pocas consultas que hay en España dedicadas en exclusiva a los problemas vaginales que pueden aparecer tras el parto, tales como incontinencia urinaria, fecal, dolor y prolapsos genitales –caída de la vejiga, del útero o del recto a través de la vagina–.
"No sólo citamos a las mujeres cuyos partos han requerido el uso de fórceps o espátulas, también a aquellas que han notado pérdidas de orina durante el embarazo, a las que han tenido un bebé a partir de los cuatro kilos y a quienes han sufrido desgarros en el parto", explica José Luis Sánchez, ginecólogo e ideólogo de este innovador servicio. "Son las que más riesgo tienen de desarrollar disfunciones del suelo pélvico posparto", derivadas de la debilidad de los músculos de esta zona, que son los encargados de sostener los órganos que se encuentran en la parte baja del abdomen (la vejiga o el útero) y ayudan a controlar la micción, la defecación y el parto.
Como señala el especialista, en general, "estas pacientes [de riesgo] están un poco abandonadas. Tras el parto se van a casa y no existe seguimiento alguno, al contrario que en países como Alemania y Francia". A esto se une, además, que "las mujeres esconden mucho estos temas y cuando finalmente se deciden a ir a su médico de cabecera, es más complicado de tratar", agrega.
Desde que el Hospital Vall d’Hebrón hizo un hueco para instaurar este nuevo servicio, hace unos siete meses, cuando en la sala de partos hay una mujer que responde a cualquiera de los factores de riesgo anteriormente mencionados, el ginecólogo le da cita para verla seis semanas después. "Si no tiene síntomas, le aconsejamos una tabla de ejercicios que puede realizar en su casa y la volvemos a ver medio año más tarde", indica el ginecólogo. Es el caso de Flora: "No notaba pérdidas de orina y me encontraba bien, pero el ginecólogo me hizo una exploración y la valoración fue mala. Aunque estaba todo curado, la musculatura pélvica estaba muy debilitada". Ahora, después de mes y medio "dedicando entre 20 y 30 minutos diarios a los ejercicios que me recomendaron, noto la diferencia, también en las relaciones sexuales".
Si, al contrario que Flora, las pacientes acuden a esta primera consulta con molestias, "dependiendo de qué tipo sean, les recomendamos rehabilitación o, en caso de ser graves, pueden requerir intervención quirúrgica", indica el doctor Sánchez.
En el transcurso de estos siete meses, por consulta han pasado unas 70 mujeres. Según los datos facilitados por el ginecólogo, el 52,5% presentaba algún tipo de disfunción del suelo pélvico. De éstas, el 65% tenía incontinencia urinaria leve; entre el 10%-12%, incontinencia fecal y el resto prolapso genital.
Este tipo de disfunciones, agrega el especialista, "son muy invalidantes. Hay quien se encierra en casa, sus relaciones sexuales se ven afectadas y entra en procesos de depresión". Por eso, esta nueva unidad es multidisciplinar del Hospital Vall d’Hebrón "cuenta con un psiquiatra, ginecólogos, cirujanos, proctólogos, urólogos y rehabilitadores, entre otros profesionales sanitarios". Dado que las alteraciones del suelo pélvico afectan a una de cada tres mujeres y además reducen su calidad de vida, los expertos consideran que se trata de un problema de salud pública para el que se deberían desarrollar estrategias de prevención.

Rehabilitación

Aunque se desconocen con exactitud los mecanismos relacionados con el parto que pueden provocar estos trastornos, se sabe que éste, junto con la edad, constituye uno de los principales factores de riesgo.
Según un estudio publicado en 'Obstretics & Gynecology' en 2006, para las mujeres que han tenido un solo hijo, las probabilidades de padecer alteraciones del suelo pélvico se duplican si se tiene un parto vaginal, en vez de dar a luz mediante cesárea.
Por esta razón, tras un parto vaginal, recomienda el ginecólogo del Hospital Vall d’Hebrón, "todas las mujeres deberían realizar ejercicios para rehabilitar la zona muscular vaginal y evitar así lesiones que acaben en incontinencia urinaria o fecal".
¿Cómo? Basta con dedicar al día 30 minutos de ejercicios. Por ejemplo, propone el doctor Sánchez, "mientras realizan actividades cotidianas en casa pueden hacer contracciones de la zona pélvica". Se recomiendan cinco repeticiones lentas: 10 segundos de contracción y 10 de reposo. Y otras cinco rápidas, que consisten en contraer los músculos durante cuatro segundos, soltar rápidamente y mantenerlos en reposo ocho segundos más. Así lo explica un folleto que los médicos de esta consulta barcelonesa facilitan a sus pacientes. También, incide, pueden resultar muy útiles las bolas chinas. "Hay distintos materiales, pero las más higiénicas son las de plástico". Se trata de retener la bola en la vagina durante 15 ó 20 minutos una o dos veces al día. Se puede empezar por cinco minutos y, después, ir aumentando el tiempo progresivamente. Si la bola se cae, se vuelve a colocar y se continúa. Requiere un poco de constancia y paciencia, pero los resultados son muy efectivos. "Los ejercicios vaginales de Kegel también son muy favorables", apunta Sánchez.
Además, existen una serie de recomendaciones para favorecer la recuperación: "Evitar prendas ajustadas que compriman la zona, controlar la obesidad, beber al menos seis vasos de agua al día y orinar cada tres horas, con o sin ganas".
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/07/29/mujer/1311940955.html
 

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