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miércoles, 31 de octubre de 2012

Swingers o intercambio de parejas, una tendencia en alza

Swingers o intercambio de parejas, una tendencia en alza
 
El estilo swinger, intercambio de parejas o práctica de sexo sin tapujos en clubes de ambiente liberal es una moda en alza a la que recurren muchos mayores de 50 años como alternativa a la infidelidad.

En España figuran registrados 68 locales swingers, repartidos por la mayoría de las capitales de provincia; de ellos, 16 están en Madrid. Son clubes donde la gente se reúne para dar rienda suelta a sus fantasías sexuales.
Beatriz García, sexóloga, recomienda que antes de adentrarse en cualquiera de ellos se abra la mente al deseo y se deje el corazón en casa.
María Sánchez, de 51 años y divorciada, viajó desde Alicante a Madrid para disfrutar de un fin de semana de diversión con un grupo de amigos. Le propusieron pasar la noche en un local swinger y aceptó. Horas más tarde salió de allí con la experiencia de haber hecho un trío por primera vez en su vida. Y de haber conocido un club de parejas abiertas a todo o swingers (traducido como los que se columpian).
"Aunque nunca había estado en un lugar así, me considero una mujer moderna y debo reconocer que me gustó la experiencia", confiesa María Sanchez a ACtitud50. "Se trata de olvidar los tabúes aprendidos durante toda la vida y dejar que fluyan tus fantasías más íntimas, ésas que todos tenemos más o menos reprimidas".
El movimiento swinger se remonta a la Francia del siglo XIV, circunscrito a gente de alto rango y a fiestas en palacios. En Estados Unidos surgió en los años 50 del siglo pasado, de la mano del boom de los locales privados y los anuncios de contactos. En España se popularizó a principios de los 80, con los aires de libertad sexual que siguieron al fin de la dictadura de Franco.
Podría definirse a los swingers como personas de entre 40 y 55 años y clase media-alta. Suelen ser matrimonios que buscan combatir el aburrimiento conyugal con la chispa de unos encuentros consentidos y sin contraprestaciones. Nadie va a un club liberal a enamorarse. Por regla general, es el hombre quien introduce a la mujer en el ambiente y suele proponerlo como una alternativa a la infidelidad.
"Una noche, mi marido me convenció para que fuéramos a un club liberal", afirma Julia Martín, de 52 años. "Nunca había estado en lugares de ese tipo. Al principio no quise aceptar, me daba mucha vergüenza", admite. "Él seguía insistiendo y yo negándome, hasta que me confesó que se aburría conmigo en la cama porque siempre hacíamos lo mismo y que necesitaba otra chispa. Me pidió que olvidara mis ideas de mujer chapada a la antigua y lo acompañara, si no quería arriesgarme a que buscara esa chispa por sus propios medios y me fuera infiel".
Julia terminó aceptando, pero hay muchas mujeres que no entrarían nunca en un lugar de este tipo. Es el caso de Maite Rodríguez, divorciada de 49 años que empezó a salir, sin saberlo, con una persona aficionada al ambiente swinger. Éste es su testimonio:
"Llevábamos varios meses de relación y una noche, después de invitarme a cenar, me llevó a uno de esos lugares. Cuando me enteré de lo que se trataba me negué a entrar. Yo no puedo tener sexo con cualquiera. Me parece algo tan íntimo y personal que necesito amor para practicarlo. No sería capaz de desnudarme ante alguien que acabo de conocer, y mucho menos, permitir que me tocase", asegura.
Aunque muchas personas son reticentes a estos escarceos, hay parejas que reconocen haber convertido los encuentros swingers en un estilo de vida. Es el caso de Mónica y Carlos, un matrimonio de cincuentañeros que intercala su status de familia tradicional -esposos bien avenidos y padres de tres hijos- con la experiencia swinger. Conocen locales de intercambio en toda Europa y cada vez que viajan procuran visitar clubes liberales y entablar nuevas amistades del mismo ambiente.
Para que el estilo swinger no dañe tu matrimonio ni te cree problemas de conciencia debes seguir una serie de pautas. Mónica, habitual de los clubes de intercambio, a los que siempre acude junto a su esposo Carlos, las resume en la siguiente frase: “todo debe quedar muy claro entre la pareja, ser consentido por ambas partes y hacerse con la mente abierta, sin ataduras sentimentales ni morales”, indica.
Desde su punto de vista, es fundamental actuar con la premisa que citábamos al principio de este reportaje: "entrar en el local con la mente abierta y dejar el corazón en casa".
Los locales de intercambio no son patrimonio exclusivo de parejas. Muchos solteros acuden a ellos en busca de sexo fácil y sin compromiso. La mayoría son hombres y tienen que abonar un suplemento, generalmente de 50 euros, si llegan solos. Así ocurre en la mayoría de los locales, que han convertido a los clientes masculinos en parte del negocio.
Una filosofía común a casi todos los clubes swingers es que las parejas actúan como gancho; las mujeres solas -que son pocas- entran gratis y son los hombres solos quienes pagan el suplemento. "Yo tengo claro que los tíos venimos a ser utilizados por las parejas, pero me da igual. Se trata de sexo y prefiero conseguirlo pagando las copas algo más caras que acudir directamente a una prostituta", explica Martín Prieto, asiduo de uno de estos locales.
Si alguna vez has pensado en practicar el estilo swinger o te entran ganas de iniciarte después de leer este reportaje, el consejo de cualquier experto en la materia es que debes tener claro que el amor y el sexo son cosas distintas. "Si no has asumido este punto no serás capaz de tocar a un hombre distinto a tu pareja delante suya", sostiene Mónica. "Y, por supuesto, tampoco estarás preparada para aceptar sin sufrimiento que tu marido pueda divertirse acariciando a otra mujer, o que tu mujer goce con otro hombre. Esto vale para ambos casos", concluye.
Finalmente, decir que es necesario pagar entrada para acceder a cualquier local de ambiente liberal. El precio ronda los 50€ por pareja, con derecho a dos consumiciones por persona. Puedes encontrar direcciones de clubs swingers de toda España en este enlace.
http://www.actitud50.com/es/sexualidad/swingers-una-tendencia-en-alza-para-combatir-el-aburrimiento-conyugal-20121506.html

2 comentarios:

  1. Recomiendo uno: El Castillo en Benalmadena (Málaga) España. Es una pasada total de lugar.

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  2. Hay cada vez más personas que lo hacen y que experimenta un disfrute muy grande, tengo que probarlo con algún amigo a ver que tal

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