La caravana de la Liga Árabe llega a Perú
Los recientes atentados contra las embajadas de EEUU en Oriente Medio, la guerra siria y las inconclusas primaveras árabes han tenido en vilo a la cancillería peruana, que en 2011 se vio obligada a suspender en varias ocasiones la cumbre que se inaugura este lunes.
Se trata de la III Cumbre América del Sur-Países Árabes (ASPA), a la que asistirán en medio de impresionantes medidas de seguridad jefes de Estado y cancilleres de los 22 miembros activos de la Liga Árabe y de los 11 de Unasur, ya que Siria y Paraguay se encuentran suspendidos.
Finalmente, el foro siguió adelante y Lima ya está preparada para acoger a los 5 Jefes de Estado y de gobierno de la Liga Árabe que han confirmado su asistencia y a los cancilleres del resto de sus miembros, cuyos abultados séquitos y delegaciones han copado los hoteles de 5 estrellas de la capital, que luce carteles de bienvenida en árabe en sus arterias principales.
Ya se encuentra en Perú el rey jordano Abdullah II, que llegó el pasado miércoles y emprendió una ruta en moto junto a sus numerosos guardaespaldas rumbo a la ciudadela inca de Machu Picchu para practicar deportes de aventura.
Su homólogo marroquí, Mohamed VI, quien había confirmado a la cancillería su asistencia, canceló su participación tras las recientes protestas islamistas frente a las embajadas de EEUU. En su lugar acude Abdellha Baha, Ministro de Estado Marroquí.
Los emires de Qatar, Hamad bin Khalifa al-Thani, y de Kuwait, Jaber al Ahmad al Jaber al Sabah completan los séquitos reales. Junto a ellos, la Cancillería ha anunciado la llegada del presidente de Túnez, Moncef Marzouki y el del Líbano, Michel Suleiman.
Para el Canciller peruano Rafael Roncagliolo, ASPA "implica la constitución de una nueva fuerza en el mundo" de dos bloques "que deciden enfrentar juntos una serie de aspectos de la problemática internacional y aumentar su colaboración", en clara alusión a la crisis financiera internacional.
Este foro, inaugurado en 2005, busca establecer relaciones tanto comerciales como de cooperación política. "Vemos ASPA como una gran oportunidad para compartir con estos países nuestras experiencias de transición democrática de igual a igual", explica el vice canciller peruano José Beraún, que se verá obligado a demostrar su muñeca diplomática para lograr consensos en la Declaración de Lima.
Representantes de los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, financistas del Ejército Libre Sirio que busca derrocar al régimen de Bashar Al-Assad, compartirán mesa con Venezuela, Ecuador y Bolivia, países que votaron en contra de una reciente resolución de la ONU que condenaba la violencia del mandatario sirio. Junto a ellos, integrantes de los recién nacidos gobiernos de Egipto y Túnez se sentarán frente a los viejos representantes de las monarquías árabes en la foto oficial.
En la cumbre se espera que Latinoamérica haga guiños de apoyo a Palestina, gesto que la Liga Árabe devolvería con un gesto de aliento al reclamo argentino sobre Las Malvinas. La Declaración también busca conseguir al menos un párrafo de consenso sobre la guerra siria, que en 18 meses de combates se ha cobrado miles de muertos, y contra el desarrollo de armas nucleares en ambas regiones, en clara indirecta a Irán.
Una región que debido a su clima desértico importa el 92% de los alimentos que consume y destina más de 45.000 millones de dólares para este fin es un suculento mercado para la agroexportación latinoamericana. También para el sector minero, liderado por Chile y Perú, que busca abastecer de cobre y oro a los países árabes.
En América Latina, Brasil y Argentina, cuya presidenta Cristina Fernández realizó una gira en Qatar y Kuwait en 2011, llevan la delantera en las exportaciones al mundo árabe. También en ser destinatarios de sus abultados fondos soberanos en proyectos energéticos y de infraestructura.
Perú, el país anfitrión, quiere emular a sus vecinos. "Ellos hacen negocios con mucha cautela", cuenta Arturo Jarama, el director de Inversiones de la cancillería peruana. "En su cultura es clave establecer un lazo personal de confianza", declara para el diario 'La República'. Por eso, en este encuentro, los 12 países de Unasur competirán por su la suculenta amistad de los países árabes.
http://www.elmundo.es/america/2012/09/30/noticias/1349030841.html
Se trata de la III Cumbre América del Sur-Países Árabes (ASPA), a la que asistirán en medio de impresionantes medidas de seguridad jefes de Estado y cancilleres de los 22 miembros activos de la Liga Árabe y de los 11 de Unasur, ya que Siria y Paraguay se encuentran suspendidos.
Finalmente, el foro siguió adelante y Lima ya está preparada para acoger a los 5 Jefes de Estado y de gobierno de la Liga Árabe que han confirmado su asistencia y a los cancilleres del resto de sus miembros, cuyos abultados séquitos y delegaciones han copado los hoteles de 5 estrellas de la capital, que luce carteles de bienvenida en árabe en sus arterias principales.
Ya se encuentra en Perú el rey jordano Abdullah II, que llegó el pasado miércoles y emprendió una ruta en moto junto a sus numerosos guardaespaldas rumbo a la ciudadela inca de Machu Picchu para practicar deportes de aventura.
Su homólogo marroquí, Mohamed VI, quien había confirmado a la cancillería su asistencia, canceló su participación tras las recientes protestas islamistas frente a las embajadas de EEUU. En su lugar acude Abdellha Baha, Ministro de Estado Marroquí.
Los emires de Qatar, Hamad bin Khalifa al-Thani, y de Kuwait, Jaber al Ahmad al Jaber al Sabah completan los séquitos reales. Junto a ellos, la Cancillería ha anunciado la llegada del presidente de Túnez, Moncef Marzouki y el del Líbano, Michel Suleiman.
La guerra en Siria en la Declaración de Lima
La III Cumbre de Aspa traerá las tormentas del desierto a la capital peruana, que será resguardada por 10.000 policías que contarán con el apoyo de las Fuerzas Armadas. Además, el gobierno peruano ha decretado festivo público y privado este 1 y 2 de octubre para garantizar la seguridad de las delegaciones.Para el Canciller peruano Rafael Roncagliolo, ASPA "implica la constitución de una nueva fuerza en el mundo" de dos bloques "que deciden enfrentar juntos una serie de aspectos de la problemática internacional y aumentar su colaboración", en clara alusión a la crisis financiera internacional.
Este foro, inaugurado en 2005, busca establecer relaciones tanto comerciales como de cooperación política. "Vemos ASPA como una gran oportunidad para compartir con estos países nuestras experiencias de transición democrática de igual a igual", explica el vice canciller peruano José Beraún, que se verá obligado a demostrar su muñeca diplomática para lograr consensos en la Declaración de Lima.
Representantes de los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, financistas del Ejército Libre Sirio que busca derrocar al régimen de Bashar Al-Assad, compartirán mesa con Venezuela, Ecuador y Bolivia, países que votaron en contra de una reciente resolución de la ONU que condenaba la violencia del mandatario sirio. Junto a ellos, integrantes de los recién nacidos gobiernos de Egipto y Túnez se sentarán frente a los viejos representantes de las monarquías árabes en la foto oficial.
En la cumbre se espera que Latinoamérica haga guiños de apoyo a Palestina, gesto que la Liga Árabe devolvería con un gesto de aliento al reclamo argentino sobre Las Malvinas. La Declaración también busca conseguir al menos un párrafo de consenso sobre la guerra siria, que en 18 meses de combates se ha cobrado miles de muertos, y contra el desarrollo de armas nucleares en ambas regiones, en clara indirecta a Irán.
Oportunidad de negocio
Los países suramericanos pujarán por los petrodólares y los millonarios fondos de inversión árabes durante el foro empresarial paralelo a la cumbre de Jefes de Estado y de gobierno, encuentro al que asistirán centenares de empresarios de ambas regiones.Una región que debido a su clima desértico importa el 92% de los alimentos que consume y destina más de 45.000 millones de dólares para este fin es un suculento mercado para la agroexportación latinoamericana. También para el sector minero, liderado por Chile y Perú, que busca abastecer de cobre y oro a los países árabes.
En América Latina, Brasil y Argentina, cuya presidenta Cristina Fernández realizó una gira en Qatar y Kuwait en 2011, llevan la delantera en las exportaciones al mundo árabe. También en ser destinatarios de sus abultados fondos soberanos en proyectos energéticos y de infraestructura.
Perú, el país anfitrión, quiere emular a sus vecinos. "Ellos hacen negocios con mucha cautela", cuenta Arturo Jarama, el director de Inversiones de la cancillería peruana. "En su cultura es clave establecer un lazo personal de confianza", declara para el diario 'La República'. Por eso, en este encuentro, los 12 países de Unasur competirán por su la suculenta amistad de los países árabes.
http://www.elmundo.es/america/2012/09/30/noticias/1349030841.html
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