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viernes, 25 de octubre de 2013

Muere Amparo Soler Leal, musa de las películas de Luis Gª Berlanga

Luis García Berlanga y Amparo Soler Leal, en 1999.Muere Amparo Soler Leal, musa de las películas de Luis Gª Berlanga

Amparo Soler Leal, musa de las películas de Luis García Berlanga, ha muerto en Barcelona a los 80 años, según informa el diario la Academia del Cine. Soler Leal, madrileña afincada en la capital catalana desde hace décadas, fue primero una de las protagonistas de la escena teatral, más o menos convencional, más o menos contestataria, española del franquismo. Después, derivó hacia el cine y el teatro 'burgués'.
La carrera de Soler Leal empieza como la de muchas actrices de su generación: una chica guapa, una familia de artistas y un debut temprano, en 1948, aún adolescente. Dos décadas después, estaba emparejada con Adolfo Marsillach y ya tenía su compañía de teatro, con la que interpretaba obras de vanguardia. Pero su relación con las tablas quedó en parte truncada por una 'Zapatera prodigiosa' de Lorca que estrenó al poco de morir Francisco Franco, y que fue un fracaso. Desde entonces, Amparo Soler Leal decidió deslizarse hacia el teatro comercial.
Más feliz fue la relación de la actriz con el cine. 'Puebla de las mujeres' (1952), de Antonio del Amo, fue su primera película. 'Usted puede ser un asesino' (1961), de José María Forqué, su primer gran éxito. Y el productor Alfredo Matas, su segundo marido, la puerta que le permitió trabajar con todos los grandes: Almodóvar, Buñuel, Fernán Gómez, Pilar Miró... Y Luis García Berlanga, claro. El cineasta valenciano la dirigió ocho veces: en 'Plácido', la trilogía completa de 'La escopeta nacional', 'La vaquillla', 'Todos a la cárcel' y en la crepuscular 'París-Tombuctu'.
"En el rodaje [Berlanga] era muy simpático, no se le veía mucho y a los actores nos dejaba hacer lo que quisiéramos. Hay que tener en cuenta que él casi siempre trabajaba con los mismos. Desgraciadamente, casi todos han desaparecido ya... En parte éramos como una gran familia. Lo que pasa es que los cómicos somos muy raros y, cuando nos íbamos a casa, nos olvidábamos los unos de los otros... Yo era muy amiga de López Vázquez, que también era bastante raro

 http://www.elmundo.es/cultura/2013/10/25/526a3dae684341ab558b456c.html

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