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viernes, 25 de octubre de 2013

La publicación del caso del bebé 'curado' del VIH da esperanza a la búsqueda de la erradicación

Katherine Luzuriaga, principal autora del artículo publicado en NEJM. | U. M.La publicación del caso del bebé 'curado' del VIH da esperanza a la búsqueda de la erradicación


En medicina, algunas veces, suceden cosas fuera de lo común. Se trata de hechos que suelen ser acogidos con cierta cautela y que casi siempre se refieren a un caso individual. En el campo del VIH sucedió algo así hace apenas siete meses, cuando unos médicos de la Johns Hopkins University expusieron en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas la historia de una niña, a la que pronto los medios bautizaron como 'el bebé de Mississippi'.
La niña había nacido en 2010, hija de madre seropositiva que no se había sometido a ningún control durante el embarazo. Los médicos que la trataron optaron por una aproximación terapéutica radical: un tratamiento antirretroviral combinado a mayor dosis de lo habitual y, sobre todo, antes de lo normal. Con apenas 30 horas de vida, el bebé comenzó a recibir 2 mg. por kilo de peso de zidovudina cada seis horas, la misma dosis de nevirapina dos veces al día y el doble de lamivudina con la misma frecuencia.
Se pretendía controlar la infección y pronto se vio que se estaba logrando. A los 29 días, la carga viral era indetectable y la terapia antirretroviral se cambió a una más frecuente. Durante aproximadamente un año, la pequeña tomó los medicamentos pero, cuando cumplió 15 meses de edad, las alarmas saltaron, al detectarse unas variaciones en el volumen de glóbulos rojos.
A los 18 meses el VIH seguía indetectable, pero los médicos confirmaron sus sospechas: la niña empezó a faltar a sus citas y poco se supo de ella durante los seis meses siguientes.
Fue entonces cuando la madre regresó al hospital para dar la noticia que los especialistas no querían escuchar. La pequeña había dejado los antirretrovirales. Pero, increíblemente, el virus seguía indetectable y no había presencia de anticuerpos del VIH en su pequeño organismo. A todas luces, los médicos estaban presenciando la segunda curación del virus, solo precedida por otro caso igualmente presentado en la CROI cinco años antes, el de Timothy Brown, más conocido como el paciente de Berlín.
Este estadounidense residente en la ciudad alemana fue el sujeto de un arriesgado experimento por parte de un hematólogo, que le trataba de una leucemia y, por su cuenta y riesgo, decidió trasplantarle una médula de un donante con una mutación que le hacía inmune al virus –en el gen CCR5. Cuando sucedió lo del bebé de Mississippi todo el mundo recordó a Brown pero había una gran diferencia. Este hombre no se había curado por la administración precoz de antirretrovirales y, sobre todo, ya llevaba cinco años libre del virus.
Así, imperaba la cautela. Al menos, se decía, había que esperar a que el caso se publicara en una revista científica.

A los 30 meses

Y eso es precisamente lo que ha pasado hoy y la revista no es una cualquiera, sino una de las más importantes en medicina, el 'New England Journal of Medicine'. En ella, se vuelve a describir lo que ya se contó en el congreso, pero se dan datos de la niña a los 30 meses de edad. Continúa sin tomar antirretrovirales y el virus sigue indetectable.
Se confirma, además, que la niña se infectó en el útero de su madre y que no se trataba de una controladora de élite, ya que la carga viral bajó con la aplicación de los medicamentos. "La situación imita muy de cerca los biomarcadores inmunológicos y virológicos del paciente de Berlín a los cinco años de seguimiento", escriben los investigadores dirigidos por Katherine Luzuriaga.
Los autores son cautos en sus conclusiones y hablan de que son necesarios más estudios para confirmar que una aplicación precoz de la terapia antirretroviral en bebés puede llevar a la curación.
Pero quien sí se arriesga algo más en la interpretación de los resultados es Scott Hammer, un reputado investigador de la University of Columbia, autor del editorial que acompaña a la publicación del estudio y que titula acertadamente 'Pasos de bebé en el camino hacia la erradicación del VIH'.
Punto número 1. Hammer no habla de curación. "La gran pregunta es, por supuesto, si la niña está curada de la infección por VIH. La mejor respuesta en este momento es un definitivo 'quizás'", escribe. Y explica el por qué de esa incertidumbre. Para el investigador, es necesario un seguimiento a más largo plazo. Sin embargo, reconoce que el hecho de que la carga viral no se disparara tras el cese de la terapia antirretroviral es "convincente".
Punto número 2. El autor reconoce que la niña descrita en el estudio puede ser "un caso único", por lo que hay que ejercer la cautela "antes de inferir principios generales de este caso".
Sin embargo, Hammer reconoce que la investigación en torno al VIH está en un punto en el que los casos individuales pueden "convertirse en pruebas de concepto, estimular hipótesis y llevar al diseño cuidadoso y experimental de estudios tanto en niños como en adultos que, ojalá, lleven hacia el camino de la reducción o erradicación del reservorio del VIH".
El autor del editorial cita al filósofo chino Lao-tzu para concluir su análisis: "Un camino de miles de kilómetros empieza siempre con un único paso".
 http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/10/23/hepatitissida/1382542226.html

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