Sexo que cabe en una maleta
La primera frase sobre el escenario es una confesión todavía tabú en
boca de una mujer: «Yo me masturbo». La empresaria que interpreta Alicia
González Laá en Tuppersex -hasta el 3 de mayo en el Auditòrium de
Palma- gasta liberación sexual de fachada, «todo muy serio y muy power
point», pero bajo su papel de profesora reclutadora de vendedoras de
juguetes sexuales se esconde una mujer con múltiples complejos.
No hay comedia sin enredo y en ésta -escrita y dirigida por Edu Pericas- el humor viene por contraposición: Gretel Stuyck interpreta al opuesto de la empresaria; una peluquera deslenguada y procaz que, por accidente, termina ocupando el puesto de la sexóloga que debe instruir a los aprendices. Resultaba que todo el sexo no cabía en una maleta repleta de juguetes sexuales y había más en la boca de una peluquera con las hechuras de las chonis de extrarradio, melena falsa de poni y carne de reality de borrachera. «Es una mujer hecha a sí misma que no tiene problema en hablar de sexo con desparpajo», describe Stuyck quien considera que, incluso hoy en las nuevas generaciones, existen tabúes en torno al tema en cuestión. «Yo misma fui a un colegio de monjas y he tenido que ir quitándome cosas», confiesa.
La actriz considera que el fenómeno del tuppersex «ha servido de mucho», sobre todo, «para hablar de sexo en reunión». González Laá destaca que haya sido un hombre quien «clave» ese sentir femenino. «La motivación del autor fue comprobar que había mujeres que hablaban de sexo sin tapujos cuando veníamos de una época en que la sexualidad de la mujer había estado ignorada y su placer no existía.
Las señoras mayores son, para sorpresa de las actrices, las que más se ríen durante la función que, en ningún caso, cae en la ofensa. El resto de espectadores oscila entre los que empiezan con ciertas reservas y se relajan hasta entregarse al disparate y los que lo hacen desde el arranque. «Son carcajadas sanadoras ante los juegos de palabras y los contrastes», prosigue Stuyck, que lleva año y medio representando la obra con el patio de butacas lleno.
El director les ha permitido construir sus personajes «con la correa larga» y la libertad suficiente como para dotarlos de los registros y el ritmo necesarios.
Tuppersex se representa de miércoles a viernes a las 21.30 horas; los sábados en sesión doble a las 18 y las 21.30 horas y los domingos a las 18 horas.
No hay comedia sin enredo y en ésta -escrita y dirigida por Edu Pericas- el humor viene por contraposición: Gretel Stuyck interpreta al opuesto de la empresaria; una peluquera deslenguada y procaz que, por accidente, termina ocupando el puesto de la sexóloga que debe instruir a los aprendices. Resultaba que todo el sexo no cabía en una maleta repleta de juguetes sexuales y había más en la boca de una peluquera con las hechuras de las chonis de extrarradio, melena falsa de poni y carne de reality de borrachera. «Es una mujer hecha a sí misma que no tiene problema en hablar de sexo con desparpajo», describe Stuyck quien considera que, incluso hoy en las nuevas generaciones, existen tabúes en torno al tema en cuestión. «Yo misma fui a un colegio de monjas y he tenido que ir quitándome cosas», confiesa.
La actriz considera que el fenómeno del tuppersex «ha servido de mucho», sobre todo, «para hablar de sexo en reunión». González Laá destaca que haya sido un hombre quien «clave» ese sentir femenino. «La motivación del autor fue comprobar que había mujeres que hablaban de sexo sin tapujos cuando veníamos de una época en que la sexualidad de la mujer había estado ignorada y su placer no existía.
Las señoras mayores son, para sorpresa de las actrices, las que más se ríen durante la función que, en ningún caso, cae en la ofensa. El resto de espectadores oscila entre los que empiezan con ciertas reservas y se relajan hasta entregarse al disparate y los que lo hacen desde el arranque. «Son carcajadas sanadoras ante los juegos de palabras y los contrastes», prosigue Stuyck, que lleva año y medio representando la obra con el patio de butacas lleno.
El director les ha permitido construir sus personajes «con la correa larga» y la libertad suficiente como para dotarlos de los registros y el ritmo necesarios.
Tuppersex se representa de miércoles a viernes a las 21.30 horas; los sábados en sesión doble a las 18 y las 21.30 horas y los domingos a las 18 horas.
http://www.elmundo.es/baleares/2015/04/23/55389b22e2704ea55e8b4571.html?cid=MNOT23801&s_kw=sexo_que_cabe_en_una_maleta
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