El sentido de la justicia de los chimpancés
Imagine que, sin tener que hacer nada a cambio, le ofrecen una cantidad de dinero que debe repartir con un compañero. Usted decide el porcentaje que entregará a su colega, aunque él debe estar de acuerdo con la oferta. Si la rechaza, ninguno de los dos obtendrá nada y sólo dispone de un intento para lograr el acuerdo. ¿Le ofrecería la mitad? ¿Se quedaría usted con la mayoría (teniendo en cuenta que si él lo rechaza no obtendría nada)? O bien, para asegurarse de que su colega acepta la oferta, ¿le entregaría la mayor parte? La mayoría de los adultos que fueron sometidos a esta prueba, conocida como el Juego del Ultimátum, optaron por repartir al 50% el inesperado premio.
Los niños humanos y los chimpancés también tienden a seguir este comportamiento y suelen optar por repartir de forma ecuánime un premio, según asegura un estudio publicado esta semana en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS). Según los autores, su investigación demuestra que el sentido de la justicia no es único de la especie humana, pues también es una característica de estos simios.
El prestigioso primatólogo holandés Frans de Waal es uno de los firmantes de este trabajo, que se realizó con seis chimpancés adultos ('Pan troglodytes') y 20 niños humanos de edades comprendidas entre los dos y los siete años. El estudio se realizó en el Centro de Investigación de Primates Yerkes y está liderado por Darby Proctor, de la Universidad de Emory, en Atlanta (EEUU).
El primatólogo Frans de Waal junto a un chimpancé en una visita a Barcelona. | Xavier Cervera.
Los resultados obtenidos en los países occidentales muestran que la mayoría de las personas tiende a compartir un premio a partes iguales, unos resultados que suelen interpretarse como una prueba de que en los seres humanos, los criterios de justicia priman sobre los de beneficio a la hora de tomar una decisión.
Los humanos, afirman los autores, normalmente ofrecen un porcentaje generoso de la recompensa a sus colegas, una tendencia que nuestros parientes más próximos no habían seguido en anteriores experimentos en los que eran sometidos a diferentes pruebas.
Niños humanos y chimpancés
Para llevar a cabo este estudio con chimpancés se modificó el Juego del Ultimátum, un famoso experimento de economía en el que dos personas interactúan de forma anónima una sola vez. Para tener una comparación directa, los autores repitieron el experimento con niños humanos.Como el experimento se hizo con niños humanos y chimpancés, no se utilizó dinero. En su lugar emplearon fichas de colores y la recompensa era comida para los animales y pegatinas para los niños.
Cada individuo debía elegir entre dos fichas de diferentes colores que, a través de la colaboración de su colega, podía ser canjeada por un premio (rodajas de plátano o pegatinas). La elección de una de las fichas significaba que ambos obtendrían la misma recompensa, mientras que si se optaba por la otra ficha la mayor parte del premio era para el sujeto que tomaba la decisión. No obstante, el que decidía necesitaba la aprobación de su colega, pues tenía que entregarle la ficha a él, que a su vez se la daba al primatólogo, que era quien les daba los premios. Es decir, era imprescindible ponerse de acuerdo.
El Juego del Dictador
Según aseguran los autores, tanto los chimpancés como los niños respondieron como suelen hacerlo los adultos humanos. Cuando era necesaria la colaboración del compañero, el que elegía optaba por compartir el premio con ecuanimidad.
Sin embargo, cuando el colega era un sujeto pasivo y no dependía de él para conseguir el premio, no eran tan generosos. Tanto los niños como los chimpancés se decantaban por escoger la ficha con la que ellos obtendrían más comida o pegatinas. Es decir, se comportaban de manera egoísta. Este experimento se conoce con el nombre del Juego del Dictador. Al jugador que debe dividir una cierta cantidad de dinero se le denomina dictador. A diferencia del Juego del Ultimátum, el segundo sujeto sólo recibe el dinero y para que el dictador consiga el premio no necesita la aprobación de su colega.
"Antes de nuestro estudio la comunidad que estudia el comportamiento económico asumía que el Juego del Ultimátum no podría llevarse a cabo con animales o, si se hiciera, los animales elegirían la opción más egoísta", afirma el primatólogo Frans de Waal, coautor del estudio, en una nota de prensa. "Hemos llegado a la conclusión de que los chimpancés no sólo tienen un sentido de la justicia muy parecido al de los humanos, sino que podrían tener exactamente las mismas preferencias que nuestra propia especie", asegura.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/01/14/ciencia/1358170333.html
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