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domingo, 29 de diciembre de 2013

A mayor presión arterial, mayor predisposición a tener otros factores de riesgo

A mayor presión arterial, mayor predisposición a tener otros factores de riesgo
Los nuevos fármacos no sólo comportan un beneficio inmediato en la salud del paciente, sino que su investigación genera esperanzas para otras enfermedades

El sistema renina-angiotensina desempeña un papel relevante en el inicio y desarrollo de la enfermedad cardiovascular y renal, de tal modo que de su supresión se derivan importantes beneficios tanto en términos de morbilidad como de mortalidad. Los recientes hallazgos en el campo de la inhibición del sistema renina-angiotensina confirman que se trata de una de las áreas más prometedoras en la hipertensión. Se sabe que los fármacos que consiguen inhibir este sistema, además de reducir la presión arterial, han demostrado ser beneficiosos en la disminución del riesgo asociado a complicaciones cardiovasculares y renales.
La renina es una hormona que está segregada por células que están en el riñón, y que es el primer paso para el desarrollo de la acción renina-angiotensina, jugando un papel fundamental no sólo en los funcionamientos cardiovascular y renal, sino también en el sistema nervioso central. Una excesiva actividad de este sistema, participa del desarrollo de enfermedades renales y vasculares, por tanto, la renina es un elemento clave para el control de estas patologías.
De hecho la supresión del sistema se lleva practicando desde hace unos 20 años y se hace a través de dos tipos de fármacos, los inhibidores de la enzima de conversión y los antagonistas de receptor de angiotensina, aunque ahora ha salido un nuevo fármaco, inhibidor directo de la renina. El actuar al inicio de la cascada metabólica es fundamental ya que habrá una modulación más completa en aquellos pacientes con concentraciones de renina inadecuadas.
Aliskiren nace como fármaco y con la indicación específica de tratamiento antihipertensivo, como protector orgánico en la prevención de muerte cardiovascular, reflejando una estimulación de puntos intermedios en enfermedad renal o vascular.
En la protección renal, en pacientes diabéticos que ya se están tratando con los mejores fármacos para su patología, se les añade este inhibidor de renina, Aliskiren, produciéndose una mejora sustancial del estado del paciente.
Estos medicamentos son aptos para ser usados por cualquier paciente hipertenso, si bien los estudios médicos, determinaran la idoneidad o no de usarlos en unos u otros pacientes, siendo ejemplos claros de uso, aquellos con obesidad mórbida, los de edad avanzada y otros. Para poder certificar todas las bondades de estos nuevos fármacos, se han desarrollado investigaciones clínicas que tras testar estos productos en hipertensos, podrán dar unas cifras determinantes en unos 4 años.
Hay un estudio médico, de tipo cardiológico y renal, que tiene por base los efectos de ALISKIREN en cuanto a prevención en enfermedades cardiovasculares o renales. En la primera como prevención tanto de la insuficiencia cardiaca como del infarto de miocardio. Desde el punto de vista renal, en aquellos pacientes que sin tener la albúmina alta tienen una disminución de sus funciones renales, y después a nivel conjunto ya que actúa sobre las dos funciones de forma paralela. En este mismo estudio se investigó si la inhibición de renina puede prevenir la demencia senil y los infartos cerebrales en pacientes de edad avanzada.
Los nefrólogos, tras años en que sus principales fijaciones pasaban por la mejora de la diálisis , olvidando el riesgo vascular, ahora colaboran con otras ramas de la medicina al percatarse de que toda disminución de las funciones renales puede conllevar un riesgo cardiovascular. Hay que concienciarse de que el riñón puede fallar pese a tener unos índices de creatininas correctos.
Solo hay un fármaco, el Aliskiren, capaz de inhibir la renina activa por vía oral. Este protege también a los diabéticos, más sensibles al tener más riesgo, pero con un buen control pueden tener mayores beneficios que otros pacientes, aunque eso sí, se ha de actuar antes y con celeridad.
Hay una parte de la medicina algo olvidada, que es la medicina laboral, que se limita a la población trabajadora, y que ha detectado que trabajadores con riesgo cardiovascular son los que presentan también mayor índice de absentismo laboral.
Estos fármacos como el Aliskiren, son combinables con otros fármacos, sobretodo cuando los factores de riesgo, como diabetes, insuficiencia renal, mala alimentación, y falta de ejercicio están presentes. Otro de los parabienes de este fármaco es su durabilidad, ya que sus efectos no se limitan a un día, sino que permanecen en el organismo por más tiempo y hace menos grave el olvido en la toma de la medicación.
En general, a mayor presión arterial, mayor predisposición a tener otros factores de riesgo, por tanto, es importante que el paciente se haga autocontroles domiciliarios de la tensión arterial, así como que se obligue a una dieta sana, realizar algo de ejercicio y sobretodo dejar el tabaco si es fumador.
Remarcar que en los centros de atención primaria, muchas de estos síntomas y enfermedades pasan sin ser diagnosticadas por el escaso tiempo de atención que tiene el médico con cada paciente, y que ya hay alguna plataforma reivindicativa que quiere forzar a aumentar ese ratio tiempo/paciente.
Finalmente el desarrollo de nuevos fármacos no solo comporta un beneficio inmediato en la salud de los pacientes, sino que con su investigación, adaptada al contexto en que nos toca vivir, genera esperanzas para otras enfermedades. Es decir, estos nuevos fármacos, no sólo atacan una enfermedad, sino que hace que mejore incluso el uso de fármacos complementarios, provocando mejor eficacia y mejorando la salud.
http://www.lavanguardia.com/vida/salud/20110325/54353885295/salud-medicina-presion-arterial.html

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