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domingo, 13 de noviembre de 2011

Radiografía de un malo ¿Por qué se mata a un hijo?

Radiografía de un malo ¿Por qué se mata a un hijo?

Su frialdad sobrecoge. Que un padre mate a su hijo, por poner un caso extremo de maldad, se escapa de la interpretación de la mayoría de la gente, pero la psiquiatría intenta encontrar una explicación. No para exculpar su acción, sino para conocer mejor la mente humana.
En Quo le hemos pedido a José Luis Carrasco, psiquiatra del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, que elabore un perfil de un padre filicida. Lo hace partiendo de un escenario hipotético: el progenitor, en proceso de separación matrimonial, comete el homicidio y oculta el cuerpo.
En un caso así lo primero que hay que hacer, según Carrasco, es descartar que el sospechoso haya consumido drogas “que pueden provocar ideas delirantes” o hacer perder el control de los impulsos. Después hay que saber si sufre una depresión grave. En estos casos lo habitual es que después de haber cometido el crimen el protagonista se suicide, pero no se ha producido en este caso, así el psiquiatra sigue indagando.
Descartada la opción de la enfermedad mental y que actuara bajo los efectos de las drogas, la opción que se abriría paso es que el homicida fuera un psicópata con características paranoicas. La frialdad y el rencor son sus señas de identidad. Su perfil sería el mismo que el de Anders Behring Breivik, el joven que acabó con la vida de 92 personas en Noruega en julio: “un tipo extremadamente frío que cree que hace un acto de justicia cometiendo el asesinato”, explica Carrasco. Con unas características así, lo normal, según el psiquiatra, es que el acto esté precedido de maltrato psicológico.
En el caso de Noruega había un “movil” de componente ideológico: las víctimas eran jóvenes laboristas y el homicida estaba vinculado a la extrema derecha. ¿Cuál es el móvil en el caso del padre filicida? Según José Luis Carrasco, la venganza contra la madre. Su mente vengativa piensa que acabar con sus hijos es el mayor dolor que puede provocarle y actúa en consecuencia. Y, además, lo hace planificando hasta el más mínimo detalle, desde la forma de cometer el homicidio hasta cómo deshacerse del cuerpo. Todo fríamente. Por eso muchas veces le resulta tan difícil a la policía romper ese témpano de hielo que es su mente.
http://www.quo.es/ciencia/psicologia/radiografia_de_un_malo

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