DIOS ES AMOR, MEJOR CON HUMOR

sábado, 9 de julio de 2011

SEXO TÁNTRICO

El amor a contrarreloj que se consume en 15 minutos  después de cenar entra en crisis por propia naturaleza. En el otro extremo, el sexo tántrico, disciplina oriental milenaria, echa raíces en Occidente y sienta las bases para hacer el amor de forma más consciente y espiritual.
Músculos que no sufren el paso del tiempo ni la fuerza de la gravedad, cuerpo magnífico, voz de chorro, energía imparable. Sting, mítico músico británico, increíbles 56 años, 33 de carrera, está como un chaval, y lo reconocen hombres y mujeres, que envidian y se emboban a partes iguales. ¿El elixir de esta potencia? Lo cuenta cada vez que se lo preguntan: practicar el sexo tántrico. Lo ha declarado, repetido, e incluso a los que insisten les ha dejado contentos con ejemplos de esta guisa: “A veces hago el amor durante ocho horas”. No está mal.
En una cena entre amigos treintañeros, sale Sting en la conversación, invitado especial. “Bah, ocho horas, eso es imposible”, dice Ernesto. “ ¿Y de dónde saca este hombre el tiempo?”, responde Magda. Rosa: “Aburrido y cansado. Quita, quita, ocho horas con un hombre encima”. Risas. Óscar: “Vaya farol. Cualquiera que haga esto queda hecho polvo”. David: “Pues yo una vez hice tres en dos horas”. Más risas. Pero la verdadera pregunta queda suspendida en el aire.
Porque eso del sexo tántrico... exactamente... ¿qué es?   Vayamos por partes. Primero existe el tantra, que es una disciplina oriental de la que beben tanto el budismo como el hinduismo y que se basa en una serie de libros hallados en la antigua India hace 5.000 años. En ellos, el dios Shiva revela los secretos de la vida a su pareja, la diosa Shakti. Entre estos secretos, la mayoría se referirán al crecimiento personal, a la meditación y a la contemplación como un camino para evolucionar espiritualmente. Y otros se referirán a la práctica sexual, a los rituales y al estímulo de energía que conceden al individuo el amor y las relaciones. El sexo tántrico es sólo una parte del tantra.
¿Qué propone en concreto el sexo tántrico? Sobre todo, tomar la unión sexual de una pareja de amantes como algo que trasciende el puro nivel físico y se convierte en algo más profundo. Para los tántricos, el sexo, igual que sucede con el yoga o con la meditación, es una vía, un camino para llegar a un estado de conciencia más elevado y espiritual. Bajo el epígrafe hacer el amor, los tántricos incluyen 64 artes amatorias.
Cantar es hacer el amor, bailar, tocar instrumentos musicales, tatuar, arreglar flores, leer, preparar adornos, argumentar y razonar, cocinar, hacer gimnasia y otras tantas artes hasta llegar a 64. Alguien podría pensar “ahora entiendo lo de Sting”, pero no. También hay orgasmos, y al parecer muchos más que en el sexo tradicional. De hecho, estas prácticas amatorias se proponen entre experiencia y experiencia orgásmica, que nunca son momentos de descarga sino de unión profunda.
Guillermo Ferrara, maestro tántrico, autor de una decena de libros dedicados al tantra, lo resume claramente: “El sexo tántrico se diferencia del sexo habitual en la calidad y el objetivo. En el tantra, el objetivo del sexo es tener más vitalidad, más energía y más creatividad: en definitiva, aumentar la energía psicosexual, que ha sido reprimida a lo largo de los siglos por muchas religiones. En el sexo tradicional, en cambio, todo va dirigido a la eyaculación: el hombre se duerme, y la mujer se queda pensando en Brad Pitt”.

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