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lunes, 18 de julio de 2011

El receptor del primer trasplante bilateral de piernas tiene frente a sí un duro camino de rehabilitación para conseguir andar con sus nuevas extremidades.

Ilustración de Luis DemanoDos piernas, un largo camino

Lo más difícil es lo que queda por delante. El receptor del primer trasplante bilateral de piernas tiene frente a sí un duro camino de rehabilitación para conseguir andar con sus nuevas extremidades. Una tarea que estará condicionada por la regeneración de los nervios, algo indispensable para recuperar la función sensitiva y motora, y por el buen estado de sus músculos y articulaciones cuando este impulso nervioso por fin llegue a ellos.
Ilustración de Luis Demano
Pedro Cavadas, el cirujano que ha dirigido la intervención realizada en el Hospital La Fe de Valencia, confía en que el joven trasplantado empiece a caminar dentro de seis o siete meses. Un plazo optimista aunque asequible, según los expertos consultados por Eureka, si se tienen en cuenta los pocos precedentes de los que se puede extrapolar algo de información.
"El problema es precisamente ése, que aún no hay experiencia suficiente ni muchas evidencias importantes sobre trasplantes de tejido compuesto", subraya Tomás Gómez Cía, director de la Unidad de Cirugía Plástica y Grandes Quemados del Hospital Virgen del Rocío (Sevilla) y responsable de uno de los tres trasplantes de cara realizados en nuestro país. "En el mundo habrá unos 60 pacientes de este tipo, muy pocos comparados con los miles de otras disciplinas. Es un handicap pero estamos poniendo las bases del futuro de estas intervenciones", añade.


Una recuperación muy esperada


Cómo evolucionará el joven trasplantado en Valencia es una incógnita sobre la que muchos especialistas prefieren no especular. Los que sí han querido hablar, comparten la opinión de Hans-Günther Machens, experto en Cirugía Plástica de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania) y uno de los médicos que intervino en el primer trasplante completo de brazos: "La rehabilitación será larga y dolorosa. El paciente necesitará resistencia y paciencia, y fisioterapia de larga duración e intensiva. Si pierde voluntad, podría perder algo más que sus nuevas piernas".
Como Cavadas, el director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, también se muestra optimista: "Es un paciente joven, que probablemente tenga muchas ganas de caminar de nuevo y se esforzará por lograrlo".
Más de un año esperando la aparición del donante adecuado. El momento llegó el pasado domingo por la tarde y todo se dispuso en el Hospital La Fe de Valencia para que Pedro Cavadas y su equipo intervinieran a un joven que había perdido las dos piernas a causa de un traumatismo. Las amputaciones eran tan altas que el paciente –del que sólo ha trascendido que tiene entre 20 y 30 años– no podía llevar prótesis y su única opción era la silla de ruedas. Durante más de 10 horas, los cirujanos llevaron a cabo el que es el primer trasplante bilateral de piernas del mundo, una intervención tan experimental como ambiciosa que pretende devolver la capacidad de caminar a este joven.

Meses de rehabilitación

Para alcanzar este objetivo, si todo va saliendo bien, quedan muchos meses de rehabilitación. Pero el paciente podría empezar a caminar con ayuda externa dentro de unos seis meses, tal y como auguró Cavadas. "Básicamente, podría estar en lo cierto", coincide Hans-Günther Machens, experto en Cirugía Plástica de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania). "Si utiliza ayudas, el paciente podría ser capaz de caminar, aunque no de forma fisiológica", explica este cirujano.
Como por ejemplo, una férula de Thomas, que se usa para el tratamiento de fracturas de fémur pero también como tracción esquelética fija. "No hace falta tener mucha fuerza en las piernas para caminar con ellas. Basta con tener una cadera fuerte", señala Vidal Fernández Vega, del Servicio de Rehabilitación del Hospital Gregorio Marañón (Madrid). También podría utilizar otro tipo de ayudas ortopédicas, como muletas con apoyo axilar o bastones.
Andar sin estas prótesis llevará algo más de tiempo. "Al menos dos años", indica Edgar Biemer, que compartió quirófano con Machens en aquélla ocasión y es profesor emérito de la misma universidad alemana.
En este tiempo, "hay que someter al paciente a rehabilitación intensiva y mantenida", explica César Casado, jefe de servicio de Cirugía Estética y Reparadora del Hospital La Paz de Madrid, que tiene experiencia con reimplantados.

Regeneración de las terminaciones nerviosas

El equipo rehabilitador tendrá que trabajar las nuevas extremidades del paciente mientras que sus terminaciones nerviosas se regeneran. Este proceso será lento –se dice que los nervios crecen un milímetro al día– y mientras que se produce, los músculos y articulaciones no reciben estímulos, así que hay que proporcionárselos desde fuera. "Hay que mantener el tono del músculo y la movilidad de las articulaciones. Si se atrofia la placa motora, de nada sirve la regeneración nerviosa tardía", añade Casado.
Para ello, el paciente tendrá "un seguimiento continuo, con rehabilitación a diario supervisada por los cirujanos", explica Tomás Gómez Cía. A grandes rasgos, la recuperación constará de una forma pasiva "en la que se mueven tobillo, pie y rodilla y se intenta alinear la extremidad, que tiende a flexionarse y rotarse", indica Fernández Vega. Estas movilizaciones las realiza un profesional o se pueden hacer mediante electroestimulación, que hace que los músculos se contraigan mediante pequeñas corrientes. Además de luchar contra la atrofia de la pierna, "habría que mover de manera activa la cadera y potenciar los glúteos medios, que son muy importantes para la marcha, los abdominales, los erectores del tronco y las extremidades superiores porque las necesitará para andar con muletas o bastones". A medida que el paciente vaya ganando fuerza en las piernas, los ejercicios podrán ser más activos. "Si hay regeneración nerviosa, se le pondría en un plano inclinado para recuperar el equilibrio. De ahí a las paralelas y, si todo va bien, se entrenaría la marcha", señala el experto en rehabilitación.

Sin predicciones

La falta de experiencia en este campo limita las predicciones de futuro pero "será una recuperación muy larga", opina Gómez Cía. "Lo que más se parece [a esta intervención] son los reimplantes y tenemos la experiencia de que son rehabilitaciones prolongadas. Incluso al cabo de años los pacientes siguen teniendo cierto margen de mejoría".
Mientras progresa la recuperación, quedan por resolver las incógnitas propias de los trasplantes de tejidos compuestos (cara, extremidades). Nadie descarta la posibilidad de que aparezca un rechazo crónico, sobre todo teniendo en cuenta que es previsible que el paciente pase muchos años con sus nuevas piernas. Pero los posibles efectos adversos de los inmunosupresores –fármacos que tendrá que tomar toda su vida– preocupan algo más. "Hará falta usar mucha medicación y, por eso, y por la duración del tratamiento, los efectos secundarios tienen más riesgo de aparecer", explica Gómez Cía. "Los que se manifiestan a corto plazo son fáciles de controlar y se diagnostican fácilmente pero a la larga no sabemos bien qué problemas pueden surgir", añade. No obstante, el cirujano sevillano reconoce que estos medicamentos "son cada vez más seguros" y la experiencia sobre su uso aumenta día a día.
Es muy pronto para aventurarse, como ya advirtió Cavadas. Aun así, con la cautela que exige la ocasión, Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), cree que "las posibilidades de recuperación son muy grandes".
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/07/15/noticias/1310751949.html

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