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viernes, 8 de julio de 2011

Así son los moteros españoles

Así son los moteros españoles

Suenan varias Harley Davidson. La clásica rompecuellos. La inimitable pantera. Con su solo rugir, gira cabezas a su paso, incluso las de los escépticos. Nos esperan al lado de la puerta de la nave que da cobijo al club house de los capítulos de Krakens Madrid MC y Krakens Nómadas MC, junto a varios custom clubs que nos acompañarán en la velada. Los moteros se cuentan por decenas. Quo tiene la oportunidad de averiguar cuánta verdad hay en la serie de éxito Sons of Anarchy (canal Fox Crime), que describe las peripecias de un moto club (MC) ficticio con una moralidad un tanto heterodoxa, enriquecidas con un cóctel realizado con mucho sexo, drogas, violencia y rock & roll. De entrada, la simpatía y la hospitalidad con la que nos reciben marca la diferencia de los moteros de charming con nuestros bikers españoles: aquí no hay malos.
Los MC y los Custom Clubs: UNA FORMA DE EXPRESIÓN
Guille, presidente de Krakens Nómadas, y Mr. Bara, presidente de Krakens Madrid, son los encargados de iniciarnos en el mundo de la moto estilo custom. Una vez resuelta la duda de los distintos tipos de motero que existen –freebikers, o los que van por libre; las peñas moteras, los custom clubs y los MC–, nos queda saber lo más importante: ¿qué diferencia hay entre ellos? “La filosofía del MC es hermanarnos todavía más, si cabe, entre los componentes del club, haciéndolo más valioso cuanto mayor es nuestro empeño, hasta el punto de que entre las prioridades de nuestra vida el club está a una altura similar a la que ocupan la familia y el trabajo”.
 Esa importancia que nos cuenta Mr. Bara, abogado de profesión, es justo lo que diferencia un MC de un custom club: el compromiso de sus miembros. En un custom club, un grupo de personas trata de juntar momentos de afición para compartir; mientras que en un MC el compromiso de cada integrante es diario: “Luchamos por nuestros ideales, por el bienestar de cualquier hermano y por nuestro club house, igual que cualquier persona lo haría por su familia o por su propiedad”, explica Bara.
En este aspecto, la serie es un buen reflejo, eliminando el artificio de la violencia y conductas ilegales de Hollywood. El motero ha sido un perfil del que la industria cinematográfica ha sacado tajada, pero cuya imagen ha perjudicado a los miembros de estas asociaciones en la vida real.
La iconografía también los distingue. El conjunto de cuatro piezas (parche), es una peculiaridad reconocida a nivel mundial, cosa importante si tenemos en cuenta lo que significan para un MC sus colores: nada menos que su identidad. Los MC llevan un parche de cuatro piezas con sus siglas (de reconocimiento internacional). Pero los custom clubs cuentan solo con un parche central donde desarrollan sus colores, como nos muestran Elegidos, Sanglas y Malnacidos, con quienes también hablamos.
Lo cierto es que, con su estilo peculiar y distinto, sus barbas largas y su cuerpo sin apenas espacio sin tatuar, todos tienen una vida igual que la nuestra; solo que prefieren llevar motos a carritos de golf.
Filosofías distintas, pero ¿alguna censurable? En la mayoría de los casos, esta clase de hobbies acaba resultando la mejor vía de escape para cualquier persona. El inicio de los MC se sitúa tras la II Guerra Mundial: hombres jóvenes que volvían a EEUU después de la contienda con la experiencia motociclista en sus venas a lomos de una Indian o una HD. Eso, añadido a la camaradería surgida en ultramar, hizo que el sentimiento acabara tomando forma de moto club. En 1948, mediante una fusión de distintos clubes de motos, se fundó Hells Angels, también conocidos como los “81” (las iniciales HA). Hells Angels es uno de los MC más conocidos del mundo, y muchos afirman que Sutter se ha inspirado en ellos –en su versión americana– para la elaboración del guión de Sons of Anarchy. Algo que favorece más a la industria que a los supuestamente retratados.
Ser un hermano
Como en cualquier asociación, los MC tienen miembros con determinados cargos que, en la mayor parte de la iconografía motera, vienen de la II Guerra Mundial y “se mantienen más por costumbre que por ideología”, matiza Guille. Su jerarquía es presidente, vicepresidente, secretario, tesorero, capitán de ruta y sargento de armas. Estos clubes son de libre adhesión y baja voluntaria, pero para tener los colores –los parches– tendrás que ganarlos… y sudarlos. “Si no, ¿que sentido tendría?”, nos dice un motero tras la barra. “Los únicos requisitos para el acceso al MC son la afición por la moto, poseer una custom y tener interés por hacer del MC algo importante en tu vida”.
Bara nos cuenta los procesos por los que pasa un iniciado para ser un miembro completo y obtener full colors. “En primer lugar, son iniciados como hangarounds o prospects”, a los que se distingue del resto por llevar la espalda del chaleco sin el parche completo, o vacía. El tiempo de proceso para obtener full colors varía en cada club. Según nos cuenta Guille, “en Krakens es de aproximadamente un año”. Según Bara: “El club es en sí mismo el fin buscado, la confluencia de personas con lazos de amistad tan estrechos que venimos a llamarnos hermanos”. En ellos celebran concentraciones, exposiciones, rutas… Pero ¿por qué custom club y no uno de moto “r”, o deportiva?
Valores, no competición
Salimos de la duda preguntando a un hangaround, quien por un pequeño detalle supo que el rollo de las deportivas no era lo suyo. “Hace muchos años salí a redondear las gomas a la Cruz Verde con unos amigos. En una parada apareció un flipado con una moto de muchos colores, forrada de pegatinas. Se detuvo, y antes de lo que tardas en decir “qué moto más hortera”, ya se había quitado el casco y sacado un cigarrillo. El sujeto partió el cigarrillo en dos y corrió a encenderlo. Apareció un segundo flipado en moto. Era obvio que el que partió el cigarro había ganado al segundo en alguna carrera. El cigarrillo era parte de la humillación: Mira que eres paquete, casi me he acabado el cigarrillo esperándote”.Y es que MC y custom clubs coinciden en algo: “Yo ayudo a mi hermano, no compito con él”.
Respeto, hermandad, libertad, motor, sonido Harley y estética choppera hacen del mundo de los moteros españoles un cóctel auténtico con identidad propia que, aunque sería su deseo, no pasa inadvertido. El secreto está en la milla o, como dicen en el mundo de las dos ruedas: “Solamente un motero sabe por qué al perro le gusta sacar la cabeza por la ventanilla del coche”.

http://www.quo.es/ciencia/hombre/asi_son_los_moteros_espanoles

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