Manías viajeras (confesables): ¿cuáles son las tuyas?
Viajar es una de las actividades más estresantes del ser humano. Nos guste o no, somos mamíferos, gregarios y sedentarios. Y todo viaje, aunque sea de placer y por propia decisión, es un reto para los nervios porque nos saca de nuestra previsible y confortable rutina.
Siempre he defendido que lo mejor y lo peor de cada uno aparece cuando estás de viaje (¡cuantas parejas rotas; cuantas amistades perdidas solo por no haber seleccionado bien a los compañeros de viaje!).
Y si tienes una manía... ésta se exacerbará hasta límites inimaginables.
Porque ¿quién no tiene manías confesables (e inconfesables) a la hora de viajar? Que levante la mano.
El explorador Richard Burton era un obsesivo de las lenguas y tenía que aprender todas aquellas de los territorios por los que pasaba; incluso se dice que llegó a domesticar a un grupo de monos con la esperanza de aprender sus códigos de lenguaje.
El también explorador sir Samuel White Baker, descubridor de las cataratas Murchison, en el Nilo, no viajaba sin su mujer, Florence (codescubridora de ese accidente geográfico).
Robert F. Scott, el del Polo Sur, no soportaba en su equipo a nadie que no fuera de la carrera militar.
Jennifer López se lleva sus propias sábanas porque no aguanta las de los hoteles.
Y dicen que Megan Fox tiene miedo a los aviones y solo vuela escuchando a Britney Spears en su Ipod (debe ser porque ni en el cielo ni en el infierno te admitirían llevando semejante selección musical, con lo cual no te puedes morir: ¡no tendrías a dónde ir!).
Yo también tengo mis manías viajeras confesables. No me ruboriza confesar que:
Siempre he defendido que lo mejor y lo peor de cada uno aparece cuando estás de viaje (¡cuantas parejas rotas; cuantas amistades perdidas solo por no haber seleccionado bien a los compañeros de viaje!).
Y si tienes una manía... ésta se exacerbará hasta límites inimaginables.
Porque ¿quién no tiene manías confesables (e inconfesables) a la hora de viajar? Que levante la mano.
El explorador Richard Burton era un obsesivo de las lenguas y tenía que aprender todas aquellas de los territorios por los que pasaba; incluso se dice que llegó a domesticar a un grupo de monos con la esperanza de aprender sus códigos de lenguaje.
El también explorador sir Samuel White Baker, descubridor de las cataratas Murchison, en el Nilo, no viajaba sin su mujer, Florence (codescubridora de ese accidente geográfico).
Robert F. Scott, el del Polo Sur, no soportaba en su equipo a nadie que no fuera de la carrera militar.
Jennifer López se lleva sus propias sábanas porque no aguanta las de los hoteles.
Y dicen que Megan Fox tiene miedo a los aviones y solo vuela escuchando a Britney Spears en su Ipod (debe ser porque ni en el cielo ni en el infierno te admitirían llevando semejante selección musical, con lo cual no te puedes morir: ¡no tendrías a dónde ir!).
Yo también tengo mis manías viajeras confesables. No me ruboriza confesar que:
-Tengo que empezar el cuaderno de notas de cada viaje siempre en página par y con una frase en mayúsculas.
-Tengo que rotular todas las cintas de vídeo que grabo en un viaje con el mismo bolígrafo. Bolígrafo que por supuesto cuido más que el pasaporte porque si se pierde...¡¡¡aaaagggg!!!.... estoy perdido.
-Siempre pido asiento de pasillo en los aviones.
-Me lavo las manos setenta veces (como poco) al día.
-Me tengo que subir una botella de agua con gas a la habitación del hotel, aunque no me la beba; si no, no concilio el sueño.
-Si viajo por carretera, odio reservar hotel; así tengo libertad para pararme donde quiera.
-Siempre llevo un pañuelo de tela en el bolsillo: sirve para todo (incluso para sonarse la nariz, por supuesto)
¿Y tú? ¿Cuáles son tus manías a la hora de viajar? Ayúdanos a hacer el mayor mapa-mundi de las neuras viajeras de toda la historia.
http://blogs.elpais.com/paco-nadal/2012/06/manias-viajeras-confesables.html
NOTA DE LA AUTORA DE ESTE BLOG:
A mí me gusta viajar. Y no me he puesto nunca a pensar en cuáles son mis manías.
Creo que no soportaría viajar sin mi mp3.
Necesito volar al lado de la ventanilla. Pero soporto cuando no es posible.
Necesito llevar al menos dos libros para leer. Sobre todo cuando es un viaje de más de siete horas.
Lo que peor llevo es que me pongan al lado a alguien zafio o demasiado grande que no me permita moverme. Y que tome parte de mi reposabrazos.
Creo que no hay más.
feliz día
-Tengo que rotular todas las cintas de vídeo que grabo en un viaje con el mismo bolígrafo. Bolígrafo que por supuesto cuido más que el pasaporte porque si se pierde...¡¡¡aaaagggg!!!.... estoy perdido.
-Siempre pido asiento de pasillo en los aviones.
-Me lavo las manos setenta veces (como poco) al día.
-Me tengo que subir una botella de agua con gas a la habitación del hotel, aunque no me la beba; si no, no concilio el sueño.
-Si viajo por carretera, odio reservar hotel; así tengo libertad para pararme donde quiera.
-Siempre llevo un pañuelo de tela en el bolsillo: sirve para todo (incluso para sonarse la nariz, por supuesto)
¿Y tú? ¿Cuáles son tus manías a la hora de viajar? Ayúdanos a hacer el mayor mapa-mundi de las neuras viajeras de toda la historia.
http://blogs.elpais.com/paco-nadal/2012/06/manias-viajeras-confesables.html
NOTA DE LA AUTORA DE ESTE BLOG:
A mí me gusta viajar. Y no me he puesto nunca a pensar en cuáles son mis manías.
Creo que no soportaría viajar sin mi mp3.
Necesito volar al lado de la ventanilla. Pero soporto cuando no es posible.
Necesito llevar al menos dos libros para leer. Sobre todo cuando es un viaje de más de siete horas.
Lo que peor llevo es que me pongan al lado a alguien zafio o demasiado grande que no me permita moverme. Y que tome parte de mi reposabrazos.
Creo que no hay más.
feliz día
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