Hasta ahora había disputado los tres partidos de la fase previa en Gdansk, sin apenas tener que moverse de la zona (Gniewino está a unos 70 kilómetros), para disputar sus partidos. Hoy ha tenido que desplazarse, mucho y en un viaje incómodo y molesto. Dos horas y media de vuelo desde Gdansk, en Polonia, hasta Donetsk, en Ucrania, donde tendrá que jugar con Francia, que vive allí desde el principio del campeonato. Mientras los españoles viajaban, los galos dormían.
Y, además, los de Del Bosque han madrugado mucho: a las 8,15 salían hacia el aeropuerto de Gdansk, con lo que se han tenido que levantar bien pronto porque el vuelo salía a las 9,30, una hora más tarde que el de los enviados especiales, que tuvieron que levantarse a las cinco de la mañana para salir a las 6,30 desde Wladislawowo, lejos de Gdansk, lejos de Gniewino y lejos del mundo.
A las 12,50, hora local (es una hora más que en Polonia por lo que el encuentro se jugará a las 21,45, hora de aquí) llegaban a Donetsk. Tenían comida a las 13,45 y descansaban hasta las 19,05 que salían para el entrenamiento. Esta tarde atenderán a los medios de comunicación Busquets, Mata y Sergio Ramos para a eso de las ocho comenzar el entrenamiento. A las 21,00 cena y mañana el partido. Mucho desplazamiento, mucho ajetreo mientras los franceses hacían su rutina normal sin madrugones, viajes o molestias. Ya es una ventaja, aunque solo sea posicional.
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