«Rescatados» 2.500 médicos que sufrían trastornos mentales y drogadicción
El Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME), pionero en el mundo, ha rescatado de trastornos mentales y drogas a cerca de 2.500 facultativos españoles, que han tenido la valentía de ponerse en manos de sus colegas, lo que en el 90% de los casos les ha permitido seguir ejerciendo su profesión.
Se trata de una iniciativa puesta en marcha en 1998 por la Organización Médica Colegial (OMC), ante algunos "escándalos" y las "denuncias" de pacientes que habían sido víctimas del comportamiento negligente de profesionales aquejados de patologías psiquiátricas o adicciones, o de ambas cosas a la vez. El presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, ha presentado hoy, en rueda de prensa, un estudio sobre los doce años de aplicación de un programa que se ejerce con "absoluta confidencialidad" a través de los propios colegios médicos, y que está orientado a la asistencia y recuperación de los galenos.
Cada comunidad cuenta con un equipo dedicado a atender a estos "médicos enfermos", cuya actividad puede ser peligrosa no sólo para ellos mismos sino para sus pacientes, mediante teléfonos confidenciales, consultas y horarios "especiales" y siempre con una historia clínica privada. El programa tiene además tres unidades de ingreso hospitalario en Barcelona, Valencia y Navarra. Los afectados suscriben un "contrato terapéutico" por el que se comprometen a acudir al especialista y a seguir su tratamiento hasta superar el problema y, en caso de que esto no ocurra, el mismo Colegio Médico procede a "descolegiarle" y a su inhabilitación. En este "acuerdo" entre el profesional de la salud sano y el enfermo está "la esencia de la confidencialidad". "Si esto se rompe, el Colegio tiene que denunciar y sancionar; no podemos permitir que ese médico siga ejerciendo", ha advertido Rodríguez Sendín.Tras años de funcionamiento, el 79% de los facultativos acudió de forma "espontánea" al PAIME; un 17% "voluntariamente" pero "inducido" por otra persona; un 3% después de una "comunicación confidencial" de alguien y un 1% tras una denuncia formal.El 68% de los médicos sufría una enfermedad mental, siendo la más prevalente los trastornos bipolares y psicóticos; un 15% eran alcohólicos, un 8% consumían otras drogas y un 9% padecía patología dual, es decir trastorno mental y drogadicción.
En el 28% de los casos fue un colega quien dio el aviso; en el 19% lo hizo un familiar; en el 8% un superior; en el 6% Riesgos Laborales y en un 39% el problema se conoció por "otros cauces" sin especificar.Curiosamente, el porcentaje de atendidos es relevante entre 25 y 35 años con respecto a otros tramos de edad. Un 53% fueron varones y un 47% mujeres, cuya presencia ha aumentado a lo largo de los últimos años.
El 74,26% de los enfermos procedía de zonas urbanas, un 25,74% del medio rural, mientras que un 45,44% trabajaba en Atención Primaria, un 39,42% en hospitales y un 15,15% en otros centros asistenciales. Tres cuartas partes de los facultativos que necesitaron tratamiento procedían de la Sanidad pública, un 10% del ámbito privado y un 15% desempeñaba una actividad mixta en ambos sectores.
Por autonomías, las que tuvieron mayor número de atendidos fueron Cataluña, con 1.343, dado que fue la primera región de España en implementar este programa, seguida de Andalucía con 384; Madrid con 340, País Vasco con 104, Castilla-La Mancha con 62 y Castilla y León con 56. El estudio recoge los datos de la unidad de ingreso del Paime más importante, ubicada en Barcelona, donde 748 facultativos requirieron hospitalización. También en este caso, el colectivo más afectado fue el de los profesionales dedicados a la Medicina General seguido, en menor medida, por lo psiquiatras.
Cada comunidad cuenta con un equipo dedicado a atender a estos "médicos enfermos", cuya actividad puede ser peligrosa no sólo para ellos mismos sino para sus pacientes, mediante teléfonos confidenciales, consultas y horarios "especiales" y siempre con una historia clínica privada. El programa tiene además tres unidades de ingreso hospitalario en Barcelona, Valencia y Navarra. Los afectados suscriben un "contrato terapéutico" por el que se comprometen a acudir al especialista y a seguir su tratamiento hasta superar el problema y, en caso de que esto no ocurra, el mismo Colegio Médico procede a "descolegiarle" y a su inhabilitación. En este "acuerdo" entre el profesional de la salud sano y el enfermo está "la esencia de la confidencialidad". "Si esto se rompe, el Colegio tiene que denunciar y sancionar; no podemos permitir que ese médico siga ejerciendo", ha advertido Rodríguez Sendín.Tras años de funcionamiento, el 79% de los facultativos acudió de forma "espontánea" al PAIME; un 17% "voluntariamente" pero "inducido" por otra persona; un 3% después de una "comunicación confidencial" de alguien y un 1% tras una denuncia formal.El 68% de los médicos sufría una enfermedad mental, siendo la más prevalente los trastornos bipolares y psicóticos; un 15% eran alcohólicos, un 8% consumían otras drogas y un 9% padecía patología dual, es decir trastorno mental y drogadicción.
En el 28% de los casos fue un colega quien dio el aviso; en el 19% lo hizo un familiar; en el 8% un superior; en el 6% Riesgos Laborales y en un 39% el problema se conoció por "otros cauces" sin especificar.Curiosamente, el porcentaje de atendidos es relevante entre 25 y 35 años con respecto a otros tramos de edad. Un 53% fueron varones y un 47% mujeres, cuya presencia ha aumentado a lo largo de los últimos años.
El 74,26% de los enfermos procedía de zonas urbanas, un 25,74% del medio rural, mientras que un 45,44% trabajaba en Atención Primaria, un 39,42% en hospitales y un 15,15% en otros centros asistenciales. Tres cuartas partes de los facultativos que necesitaron tratamiento procedían de la Sanidad pública, un 10% del ámbito privado y un 15% desempeñaba una actividad mixta en ambos sectores.
Por autonomías, las que tuvieron mayor número de atendidos fueron Cataluña, con 1.343, dado que fue la primera región de España en implementar este programa, seguida de Andalucía con 384; Madrid con 340, País Vasco con 104, Castilla-La Mancha con 62 y Castilla y León con 56. El estudio recoge los datos de la unidad de ingreso del Paime más importante, ubicada en Barcelona, donde 748 facultativos requirieron hospitalización. También en este caso, el colectivo más afectado fue el de los profesionales dedicados a la Medicina General seguido, en menor medida, por lo psiquiatras.
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