El «narco» mexicano amplía su guerra a los medios
- Monterrey - Ángel Sastre / Corresponsal en Iberoamérica
El secuestro de Cerda, de 33 años, más conocido como «La Gata» y habitual animador de los programas de la cadena, se produjo el mismo día en que más de 50 grupos de medios mexicanos firmaban un acuerdo histórico para unificar criterios en la cobertura informativa de la violencia generada por las bandas criminales y el narcotráfico, y para proteger a sus periodistas.
Cerda, secuestrado en Monterrey la noche del pasado jueves, fue encontrado muerto en el municipio Guadalupe, en el estado de Nuevo León. «La Gata» se encontraba con las manos atadas y presentaba disparos de arma de fuego. La cadena anunció en su principal programa informativo que un grupo de hombres armados habían secuestrado al popular presentador del programa de revista «El Club» y a otras dos personas más, su primo Juan Roberto y un cámara, a sólo unas calles de las instalaciones ubicadas en el centro.
Junto al cadáver del presentador se encontró un «narcomensaje» cuyo contenido se desconoce. Sin embargo, cuando oficiales de la Policía custodiaban el cadáver, un grupo armado logró robar el cuerpo, según aseguraron medios locales. Horas más tarde, la Policía logró recuperar el cuerpo de Cerda junto a los cadáveres de los otros dos secuestrados, quienes también presentaban un tiro de gracia.
Monterrey es desde el último año una de las ciudades más afectadas por la ola de violencia en México a raíz de la guerra entre los cárteles de las drogas del Golfo y Los Zetas. Las instalaciones de Televisa, una de las firmantes del acuerdo histórico, ya había sufrido varios ataques por parte de grupos armados.
En total, 600 emisoras de radio, 92 periódicos, 23 revistas, una decena de canales de televisión y varios portales de internet se comprometieron a aplicar una nueva ética a la información que difunden.
¿Desaparecerán las noticias sobre ejecutados, decapitados, colgados...? No. Pero se verá si se dan o no las fotos, cuánto espacio merecen, en qué lugar se colocan, si su publicación puede perjudicar a un secuestrado o a una operación del Gobierno.
El conductor de Televisa Carlos Loret y el de TV Azteca Sergio Sarmiento han escenificado con la presentación conjunta del acuerdo el momento en que, como invitaba el vídeo promocional de la iniciativa, los medios deben «reconocer sus errores» para ponerse del lado de los buenos, «ser capaces de contar la verdad cruda sin volvernos portavoces del crimen organizado que busca aterrorizar».
Se trata de no presentarlos como héroes y de no seguir su juego. Desgraciadamente, la primera noticia tratada bajo ese filtro fue la del asesinato de «La Gata». El cartel que colgaba de su cuello con un «narcomensaje» dirigido a los medios nunca verá la luz.
Cerda, secuestrado en Monterrey la noche del pasado jueves, fue encontrado muerto en el municipio Guadalupe, en el estado de Nuevo León. «La Gata» se encontraba con las manos atadas y presentaba disparos de arma de fuego. La cadena anunció en su principal programa informativo que un grupo de hombres armados habían secuestrado al popular presentador del programa de revista «El Club» y a otras dos personas más, su primo Juan Roberto y un cámara, a sólo unas calles de las instalaciones ubicadas en el centro.
Junto al cadáver del presentador se encontró un «narcomensaje» cuyo contenido se desconoce. Sin embargo, cuando oficiales de la Policía custodiaban el cadáver, un grupo armado logró robar el cuerpo, según aseguraron medios locales. Horas más tarde, la Policía logró recuperar el cuerpo de Cerda junto a los cadáveres de los otros dos secuestrados, quienes también presentaban un tiro de gracia.
Monterrey es desde el último año una de las ciudades más afectadas por la ola de violencia en México a raíz de la guerra entre los cárteles de las drogas del Golfo y Los Zetas. Las instalaciones de Televisa, una de las firmantes del acuerdo histórico, ya había sufrido varios ataques por parte de grupos armados.
En total, 600 emisoras de radio, 92 periódicos, 23 revistas, una decena de canales de televisión y varios portales de internet se comprometieron a aplicar una nueva ética a la información que difunden.
¿Desaparecerán las noticias sobre ejecutados, decapitados, colgados...? No. Pero se verá si se dan o no las fotos, cuánto espacio merecen, en qué lugar se colocan, si su publicación puede perjudicar a un secuestrado o a una operación del Gobierno.
El conductor de Televisa Carlos Loret y el de TV Azteca Sergio Sarmiento han escenificado con la presentación conjunta del acuerdo el momento en que, como invitaba el vídeo promocional de la iniciativa, los medios deben «reconocer sus errores» para ponerse del lado de los buenos, «ser capaces de contar la verdad cruda sin volvernos portavoces del crimen organizado que busca aterrorizar».
Se trata de no presentarlos como héroes y de no seguir su juego. Desgraciadamente, la primera noticia tratada bajo ese filtro fue la del asesinato de «La Gata». El cartel que colgaba de su cuello con un «narcomensaje» dirigido a los medios nunca verá la luz.
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