Un eurodiputado del PP enmendó una ley al dictado de la presión de un 'lobby' falso
Reporteros del 'Sunday Times' se hacen pasar por miembros de un 'lobby'
- Le ofrecen un puesto remunerado de 100.000 euros o una jugosa minuta
- 'Yo puedo cambiar cualquier informe que prepare el Parlamento', les responde
- Zalba publica la enmienda tal y como se la dicta el supuesto 'lobby'
- El eurodiputado reconoce que la periodista encubierta era 'muy guapa'
El periódico ha hecho pública hoy una grabación comprometedora para el eurodiputado navarro. El vídeo incluye fragmentos de las reuniones de Zalba con reporteros del periódico, que se hicieron pasar por representantes de una empresa que quería cambiar la legislación a su favor. Se trataba de que el eurodiputado introdujera una enmienda en una directiva dirigida a proteger los derechos de los pequeños inversores.
A cambio, sus interlocutores le ofrecían un puesto remunerado con 100.000 euros anuales o una generosa minuta como consultor. El eurodiputado no llegó a cobrar por sus servicios. Pero se mostró por la labor y llegó a publicar en la Eurocámara la enmienda con las mismas palabras que le habían sugerido los reporteros, según consta en el registro oficial de la institución.
El rotativo británico ha tendido un anzuelo similar a 14 eurodiputados y por ahora Zalba es el único español en morder. Según fuentes próximas al periódico, no tanto por la honradez de sus colegas sino porque los reporteros han sufrido para encontrar a un eurodiputado español con un inglés suficiente para trapichear. Zalba lo tiene según aprecia en el vídeo, que lo retrata como un político dispuesto a colaborar con los emisarios de una empresa desconocida y de retocar una norma comunitaria a su favor.
Los reporteros abordaron a Zalba el 19 de enero en su despacho de Estrasburgo y le dijeron que estaban buscando "un socio" dentro del Parlamento Europeo para retocar la legislación. El español no se extraña por la oferta y presume de su poder para influir sobre la legislación. "Yo puedo cambiar cualquier informe que prepare el Parlamento", explica en el vídeo. "¿Y cambiar la enmienda?", le interpela la reportera británica.
"Aquí hay muchos grupos de presión y muchos quieren que metamos enmiendas. Y depende de nosotros si hacemos un corta y pega. Yo intento estudiar con cuidado no sólo el informe sino las enmiendas e intento no firmar ninguna enmienda que no me haya estudiado cuidadosamente".
Una declaración que contrasta con su respuesta cuando los reporteros le preguntan si podría presentar una enmienda a la medida de sus clientes. "Claro", dice Zalba. Y remacha: "Por supuesto, por supuesto".
Dos semanas después, el eurodiputado y los reporteros se vuelven a ver. Esta vez en su despacho de Bruselas, donde todo discurre de manera muy similar. Zalba subraya que "por supuesto" que está dispuesto a aceptar el puesto remunerado que le ofrecen pero añade que prefiere esperar a saber si el PP lo presenta como candidato en los comicios de mayo. Por ahora, sin embargo, los reporteros están más interesados en que introduzca una enmienda en la directiva. "Claro", dice Zalba solícito, "siempre y cuando no haya ningún problema que vaya contra el criterio de mi grupo".
El popular responde enviando un texto retocado y preguntando: "Por favor, decidme cuanto antes si esto se ajusta a lo que quieren vuestros clientes". Los reporteros contestan que no se ajusta a lo que quieren y Zalba les responde con una nueva versión. Para entonces, el texto de la enmienda es idéntico al que le han propuesto. El bochorno lo rubrica el encuentro en el bar de la Eurocámara. "En cualquier caso, incluimos vuestra enmienda", saca pecho un relajado Zalba.
La semana pasada, ‘The Sunday Times’ denunció a tres eurodiputados que aceptaron dinero a cambio de colar enmiendas, uno conservador, el austriaco y ex ministro de Interior Ernst Strasser, y dos socialistas, el esloveno Zoran Thaler y el rumano Adrian Severin. Los dos primeros dimitieron de inmediato, mientras que Severin se resiste a dejar el escaño y el sueldo, aunque ha sido expulsado de su partido y el Parlamento Europeo le ha quitado hasta el despacho.
"Siempre dije que no", insiste a este diario. Según Zalba, es parte de su trabajo reunirse con grupos de presión y la enmienda que le proponían los falsos consultores era "muy buena" y gustó en su partido. Al descubrir "la trampa", el eurodiputado contactó con el diario antes de que publicara el artículo y consiguió una declaración por escrito de los abogados del ‘Sunday Times’ que afirma que el parlamentario "claramente no aceptó ningún dinero" ni rompió "ninguna regla de procedimiento del Parlamento Europeo".
El eurodiputado navarro explica que se reunió tres veces con los falsos lobbistas, la última de ellas de manera informal, con un café en Estrasburgo. "Porque soy educado", dice. También reconoce que la periodista encubierta "era muy guapa".
Ésta es la segunda vez en pocas semanas que la prensa británica denuncia prácticas poco éticas del Parlamento Europeo. En enero, ‘News of the World’ y la eurodiputada independiente Nikki Sinclaire, publicaron las fotos de los eurodiputados que fichan el viernes por la mañana, cuando ya no hay sesión parlamentaria, cobran sus 300 euros de dieta y se van inmediatamente a sus casas. Entre ellos, sólo había una española, Eider Gardiazabal.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/27/union_europea/1301222359.html
A cambio, sus interlocutores le ofrecían un puesto remunerado con 100.000 euros anuales o una generosa minuta como consultor. El eurodiputado no llegó a cobrar por sus servicios. Pero se mostró por la labor y llegó a publicar en la Eurocámara la enmienda con las mismas palabras que le habían sugerido los reporteros, según consta en el registro oficial de la institución.
El rotativo británico ha tendido un anzuelo similar a 14 eurodiputados y por ahora Zalba es el único español en morder. Según fuentes próximas al periódico, no tanto por la honradez de sus colegas sino porque los reporteros han sufrido para encontrar a un eurodiputado español con un inglés suficiente para trapichear. Zalba lo tiene según aprecia en el vídeo, que lo retrata como un político dispuesto a colaborar con los emisarios de una empresa desconocida y de retocar una norma comunitaria a su favor.
Los reporteros abordaron a Zalba el 19 de enero en su despacho de Estrasburgo y le dijeron que estaban buscando "un socio" dentro del Parlamento Europeo para retocar la legislación. El español no se extraña por la oferta y presume de su poder para influir sobre la legislación. "Yo puedo cambiar cualquier informe que prepare el Parlamento", explica en el vídeo. "¿Y cambiar la enmienda?", le interpela la reportera británica.
"Aquí hay muchos grupos de presión y muchos quieren que metamos enmiendas. Y depende de nosotros si hacemos un corta y pega. Yo intento estudiar con cuidado no sólo el informe sino las enmiendas e intento no firmar ninguna enmienda que no me haya estudiado cuidadosamente".
Una declaración que contrasta con su respuesta cuando los reporteros le preguntan si podría presentar una enmienda a la medida de sus clientes. "Claro", dice Zalba. Y remacha: "Por supuesto, por supuesto".
Dos semanas después, el eurodiputado y los reporteros se vuelven a ver. Esta vez en su despacho de Bruselas, donde todo discurre de manera muy similar. Zalba subraya que "por supuesto" que está dispuesto a aceptar el puesto remunerado que le ofrecen pero añade que prefiere esperar a saber si el PP lo presenta como candidato en los comicios de mayo. Por ahora, sin embargo, los reporteros están más interesados en que introduzca una enmienda en la directiva. "Claro", dice Zalba solícito, "siempre y cuando no haya ningún problema que vaya contra el criterio de mi grupo".
Eliminar un punto entero o retocarlo
A partir de entonces, arranca un intercambio de correos electrónicos muy provechoso. Los reporteros sugieren a Zalba dos opciones: eliminar un punto entero de la norma o retocarlo para eximir a los fondos financieros europeos de dar cierta información a sus clientes.El popular responde enviando un texto retocado y preguntando: "Por favor, decidme cuanto antes si esto se ajusta a lo que quieren vuestros clientes". Los reporteros contestan que no se ajusta a lo que quieren y Zalba les responde con una nueva versión. Para entonces, el texto de la enmienda es idéntico al que le han propuesto. El bochorno lo rubrica el encuentro en el bar de la Eurocámara. "En cualquier caso, incluimos vuestra enmienda", saca pecho un relajado Zalba.
La semana pasada, ‘The Sunday Times’ denunció a tres eurodiputados que aceptaron dinero a cambio de colar enmiendas, uno conservador, el austriaco y ex ministro de Interior Ernst Strasser, y dos socialistas, el esloveno Zoran Thaler y el rumano Adrian Severin. Los dos primeros dimitieron de inmediato, mientras que Severin se resiste a dejar el escaño y el sueldo, aunque ha sido expulsado de su partido y el Parlamento Europeo le ha quitado hasta el despacho.
Zalba dice que no aceptó dinero
Zalba asegura que su caso no es comparable a los tres anteriores porque él no aceptó dinero de los falsos lobbistas. El eurodiputado navarro, y bloguero de este diario, relata que los periodistas encubiertos le ofrecieron 100.000 euros por ser consejero delegado de su consultoría y varias cantidades más pequeñas, entre 3.000 y 7.000 euros."Siempre dije que no", insiste a este diario. Según Zalba, es parte de su trabajo reunirse con grupos de presión y la enmienda que le proponían los falsos consultores era "muy buena" y gustó en su partido. Al descubrir "la trampa", el eurodiputado contactó con el diario antes de que publicara el artículo y consiguió una declaración por escrito de los abogados del ‘Sunday Times’ que afirma que el parlamentario "claramente no aceptó ningún dinero" ni rompió "ninguna regla de procedimiento del Parlamento Europeo".
El eurodiputado navarro explica que se reunió tres veces con los falsos lobbistas, la última de ellas de manera informal, con un café en Estrasburgo. "Porque soy educado", dice. También reconoce que la periodista encubierta "era muy guapa".
Ésta es la segunda vez en pocas semanas que la prensa británica denuncia prácticas poco éticas del Parlamento Europeo. En enero, ‘News of the World’ y la eurodiputada independiente Nikki Sinclaire, publicaron las fotos de los eurodiputados que fichan el viernes por la mañana, cuando ya no hay sesión parlamentaria, cobran sus 300 euros de dieta y se van inmediatamente a sus casas. Entre ellos, sólo había una española, Eider Gardiazabal.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/27/union_europea/1301222359.html
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