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domingo, 20 de febrero de 2011

Samuel Mark El artista de los chinches

El artista de los chinches

Primero fueron los picores, y luego el arte. Los chinches le atacaron a Samuel Mark (nombre artístico) en su apartamento en Brooklyn. El decidió vengarse con alevosía y nocturnidad.
    Armado con un spray, y a pesar del frío, el artista de los chinches recorre de atardecida las calles del East Village buscando colchones y sofás que le sirvan como lienzo para dibujar a sus bichos rojos, que van tomando cuerpo ante la mirada atónita de los neoyorquinos.
    Unos le interrumpen a media pintada para contarle que ellos también sufrieron el escozor traicionero en medio de la noche. Otros esperan pacientemente a que termine para llevarse a casa la obra “acolchonada”, con la esperanza de que Samuel Mark se convierta en el nuevo Banksy y que los chinches puedan verderse algún día por millones.
    “Prefiero que la gente se los lleve gratis a que vengan por la mañana los de la basura y los echen a la trituradora”, admite Samuel Mark. “Nadie me ha ofrecido aún dinero por pintarle un colchón; esto lo hago de momento sin ánimo de lucro y para crear conciencia ciudadana. Hay gente que todavía se ríe con incredulidad cuando lee la noticia de la epidemia de chinches en la ciudad: me gustaría ver la cara que ponen cuando un día se los encuentren chupándoles la sangre en el colchón”.
     Junto a los chinches, para dar más credibilidad y relieve a la escena, Samuel Mark suele pintar también a su reconocible muñeca china: “Ahh, Ohh, New York City Bedbugs”... Ocasionalmente, los bichos se superponen a algún personaje famoso, o algún reclamo como el de Victoria’s Secret (hasta allí llegó la invasión, pasando por las oficinas de Bill Clinton, varios hoteles e incluso teatros de Broadway).

     Los bichos sobrantes los vende en su puesto callejero en pleno Soho (Prince Street), junto a las obras de su colega Mark Alekin, siempre y cuando haga la vista gorda la policía... “El arte callejero sigue estando muy perseguido. Desde que Giuliani lanzó la guerra contra el gaffiti, te pueden caer 300 dólares de multa por “bombardear” una puerta o una pared. Por eso elegimos soportes mucho más provisionales. ¿Quién va a multarte por pintar un colchón sudado o un sofá sin cojines?”.
    Antes de prodigarse con los chinches, Samuel Mark dejó su estampa con las bolsas marcadas como “Paquete Sospechoso” en plenas psicosis terrorista. Aunque la verdadera “marca” de la casa es el Rey de Nueva York, pintado en objetos abandonados en plena calle o sobre planos arrugados del metro.
     En los últimos meses, sin embargo, su auténtica obsesión ha sido el “bed bug art”, con “perfomances” nocturnas en Astor Place que han llegado a congregar hasta medio centenar de curiosos. Su busca afanosa de colchones abandonados comienza un día cualquiera a las ocho de la noche, cuando la gente deja en las aceras toda la quincallería neoyorquina al por mayor...
     ¿Y si resulta que han tirado un colchón porque tiene chinches? “Primero me aseguro, no creas. Sé muy bien cómo son, no se me olvidan... Y a la menor duda me pongo unos guantes de goma”.¿
      En la cama, superado hace tiempo el mal trago, Samuel Mark procura no pensar más de la cuenta en los “bedbugs”. Su plegaria nocturna, de tanto repetirla, se convertido ya en el aforismo de James Dean que alguna vez hemos visto escrito en las calles de NY: “Sueña como si fueras a vivir siempre, vive como si fueras a morir hoy”.
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/cronicasny/2011/02/20/el-artista-de-los-chinches.html

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