El papa apela a los médicos a no eludir su tarea de evitar los abortos
El pontífice abordó este sábado en la Ciudad del Vaticano la cuestión del aborto durante una audiencia con los participantes de la XVII Asamblea General de la Academia Pontificia para la Vida, que se han reunido para analizar el asunto desde el pasado 24 de febrero.
"Los médicos, en particular, no pueden eludir su importante tarea de defender del engaño la conciencia de muchas mujeres que piensan que pueden encontrar en el aborto la solución a las dificultades familiares, económicas, sociales o a problemas de salud de su hijo", dijo el Papa.
"Especialmente en esta situación, se le convence a menudo a la mujer, en ocasiones por parte de los mismos médicos, de que el aborto representa no sólo una elección moralmente lícita, sino, incluso, un acto de deber 'terapéutico' para evitar sufrimiento al niño y a su familia y un 'injusto' peso a la sociedad", agregó.Según Benedicto XVI, es necesario exigir a los médicos "una especial fortaleza para seguir afirmando que el aborto no resuelve nada, sino que mata al niño, destruye a la mujer y ciega la conciencia del padre del niño, arruinando, a menudo, la vida familiar".El pontífice recordó que, sin embargo, esa exigencia no se hace sólo extensible a la profesión médica y a los empleados sanitarios, sino también al resto de la sociedad.
Derecho a la vida del concebido
"Es necesario que la sociedad entera se ponga en defensa del derecho a la vida del concebido y del verdadero bien de la mujer, que nunca, bajo ninguna circunstancia, podrá encontrar realización en la elección del aborto", afirmó Benedicto XVI.
"Igualmente será necesario que no falte la ayuda necesaria a las mujeres que, habiendo ya recurrido al aborto, están ahora experimentando todo un drama moral y existencial", agregó.
El papa se refirió así al "síndrome post-abortivo", que definió como una "grave molestia psíquica" experimentada por las mujeres que recurren al aborto y que es muestra de una "herida gravísima que la mujer sufre cada vez que la acción humana traiciona la innata vocación al bien del ser humano"."En esta reflexión sería útil también centrar la atención sobre la conciencia, a veces ofuscada, de los padres de los niños, que a menudo dejan solas a las mujeres embarazadas (...) Es, de hecho, tarea de la conciencia moral discernir el bien del mal en las distintas situaciones de la existencia", añadió.Benedicto XVI aseguró que la conciencia no es un "valor extrínseco u opcional y no es tampoco una prerrogativa de los cristianos o de los creyentes, sino que es algo común a todos los seres humanos".
El papa también se refirió al uso de los bancos con células del cordón umbilical con fines clínicos y de investigación, una aplicación que, dijo, depende mucho de la generosidad en la donación de sangre, por lo que invitó a los presentes en la audiencia a hacerse promotores de esa "solidaridad humana y cristiana".
"Los médicos, en particular, no pueden eludir su importante tarea de defender del engaño la conciencia de muchas mujeres que piensan que pueden encontrar en el aborto la solución a las dificultades familiares, económicas, sociales o a problemas de salud de su hijo", dijo el Papa.
"Especialmente en esta situación, se le convence a menudo a la mujer, en ocasiones por parte de los mismos médicos, de que el aborto representa no sólo una elección moralmente lícita, sino, incluso, un acto de deber 'terapéutico' para evitar sufrimiento al niño y a su familia y un 'injusto' peso a la sociedad", agregó.Según Benedicto XVI, es necesario exigir a los médicos "una especial fortaleza para seguir afirmando que el aborto no resuelve nada, sino que mata al niño, destruye a la mujer y ciega la conciencia del padre del niño, arruinando, a menudo, la vida familiar".El pontífice recordó que, sin embargo, esa exigencia no se hace sólo extensible a la profesión médica y a los empleados sanitarios, sino también al resto de la sociedad.
Derecho a la vida del concebido
"Es necesario que la sociedad entera se ponga en defensa del derecho a la vida del concebido y del verdadero bien de la mujer, que nunca, bajo ninguna circunstancia, podrá encontrar realización en la elección del aborto", afirmó Benedicto XVI.
"Igualmente será necesario que no falte la ayuda necesaria a las mujeres que, habiendo ya recurrido al aborto, están ahora experimentando todo un drama moral y existencial", agregó.
El papa se refirió así al "síndrome post-abortivo", que definió como una "grave molestia psíquica" experimentada por las mujeres que recurren al aborto y que es muestra de una "herida gravísima que la mujer sufre cada vez que la acción humana traiciona la innata vocación al bien del ser humano"."En esta reflexión sería útil también centrar la atención sobre la conciencia, a veces ofuscada, de los padres de los niños, que a menudo dejan solas a las mujeres embarazadas (...) Es, de hecho, tarea de la conciencia moral discernir el bien del mal en las distintas situaciones de la existencia", añadió.Benedicto XVI aseguró que la conciencia no es un "valor extrínseco u opcional y no es tampoco una prerrogativa de los cristianos o de los creyentes, sino que es algo común a todos los seres humanos".
El papa también se refirió al uso de los bancos con células del cordón umbilical con fines clínicos y de investigación, una aplicación que, dijo, depende mucho de la generosidad en la donación de sangre, por lo que invitó a los presentes en la audiencia a hacerse promotores de esa "solidaridad humana y cristiana".
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