"Mi hijo fue un buen donante"
Testimonios de la madre de un chico que donó sus órganos y una pintora que espera un riñón que la libre de la diálisis | Las dos mujeres animan a que se hable de la donación para dar otra oportunidad a los receptores
Dos mujeres, cerca de los 40, explican públicamente sin demasiados adornos cómo uno dice sí a la donación de órganos del hijo de 17 años y cómo se vive cada día a la espera de un riñón que la libere de la diálisis y le devuelva la vida independiente. Joana Martos y María Ramírez arrancaron lágrimas y aplausos durante el día del donante, que se celebró hace unas semanas en Barcelona. Juntas hicieron una petición muy concreta: "Hablen del tema, piénsenlo. Es una segunda oportunidad". Este es un resumen de sus impresiones.
Joana: "Mi hijo Sergio tenía 17 años hace un año y nueve meses. Un accidente de moto le provocó graves lesiones y le dejó enestado de muerte encefálica. La última noche la pasé con él y le di permiso para irse, como le daba siempre para ir al cine o llegar tarde. Esa noche supe que era un chico sano y que podría ser un buen donante. Nunca lo habíamos hablado en casa, no se habla de estas cosas, de la muerte, aunque más tarde o más temprano llega. Me despedí, le dije que era libre de marchar allá donde fuera, que su madre lo que quería era que fuera feliz. Al día siguiente vino la coordinadora de transplante del hospital".
María: "Sufro una insuficiencia renal crónica terminal y no sabía nada de esta enfermedad hasta que me la diagnosticaron hace tres años. Conocí a otros como yo y también la lucha diaria para mantener una cierta calidad de vida. Mi vida empezó entonces a depender de la ciencia. Vivo porque hay una máquina. Crea una gran dependencia y nadie habla de lo que no puedes hacer. Mi pintura (María es pintora y lleva un proyecto pictórico para promover las donaciones de órganos) refleja esos sentimientos y ese deseo por recuperar la vida".
"La enfermedad no se para. Tengo subidas y bajadas, como todos, pero además tuve otra complicación de salud que retrasó más la posibilidad del transplante. Fue un momento muy duro. Sin embargo, los médicos me hicieron ver que tenía muchas cosas por las que luchar. Ha sido fundamental. No me esperaba esa calidad humana. Tengo sueños de vivir de verdad, transplantada. Otra oportunidad de vida, pero una vida ¡primaveral!".
Joana: "Yo sufría tanto, tenía tanto dolor que pensaba cómo se sentirían las madres del otro lado, las que esperan un donante para sus hijos. Esa línea que nos separa es muy fina. Me lo pidieron y dije que sí, sin dudarlo, aunque nunca había hablado con él de esto. Pero yo sabía cómo era mi hijo, le había enseñado a ser generoso. Se trataba de dar algo que no necesita".
María: "Cuando sueño con el trasplante mi mirada cambia, no soy la misma, y tomo la vida día a día. Eso es lo que sueño. Cuando bajaron las donaciones el año pasado... Imagina cómo estaba yo, que lo tenía mal al no contar con un posible donante vivo".
Joana: "Ese cuerpo que se había formado dentro de mí podía dar vida a otras personas. Fue un buen donante. Salvó a cinco enfermos, aparte de un montón de tejidos, los ojos, vasos sanguíneos. El dolor no te lo quita nada. Pero te da paz. Sabes que has hecho algo bueno. Animo a todo el mundo a que hable, porque en un segundo cambia la vida. Esté donde esté Sergio, se sentirá orgulloso de su madre. Ha dado a muchas personas otra oportunidad. Y no cuesta nada, te ayuda. Me gustaría que todas las personas se lo plantearan alguna vez y lo hablaran con sus hijos".
http://www.lavanguardia.com/vida/20110619/54172808654/mi-hijo-fue-un-buen-donante.html
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