Un
equipo médico del hospital Miguel Servet de Zaragoza intervino
quirúrgicamente el pasado 11 de noviembre de un tumor cerebral a una
paciente, cuyo lenguaje nativo es el árabe, que estuvo despierta y
hablando para preservar tanto el área de la lengua materna como el de la
adquirida, el español. En la intervención quirúrgica participaron
neurocirujanos, neurofisiólogos, anestesistas y neuropsicólogos del
centro hospitalario, además de un estudiante de enfermería que hizo de
intérprete, según informa el Gobierno de Aragón en una nota de prensa.
La complejidad de este tipo de intervenciones radica en que la lesión se sitúa junto a zonas importantes desde el punto de vista funcional, como es la zona del cerebro que controla el habla y si se dañan o bien las neuronas o bien las fibras que las conectan, puede afectar a la capacidad de entender o a la de hablar. El tumor vascular benigno que sufría la mujer podía causar un sangrado intracraneal de riesgo vital, así que la opción más aconsejable era operarla, pero despierta, colaborando ella en su propia intervención, explica la citada nota. Los especialistas se sirvieron de unos sencillos test bilingües diseñados por ellos mismos para la ocasión.
"Para saber por dónde entrar en la corteza cerebral, en una tableta le mostrábamos imágenes y ella las nombraba, tanto en árabe como en español", explica la neurofisióloga Alicia Sáenz de Cabezón. "Mientras, administrábamos un estímulo eléctrico en la zona de la corteza cerebral en la que el neurocirujano apoya una sonda. Si la paciente respondía con normalidad, sabíamos que era una zona segura, pero si se alteraba la capacidad para nombrar las imágenes, sabíamos que era una zona que debíamos evitar tocar", resume.
El equipo contó con un traductor, que en este caso fue el estudiante saharaui de Enfermería Isalkou Saleh, que voluntariamente colaboró en esta operación. La paciente primero fue anestesiada para que le abrieran la zona a operar. Luego la despertaron y mientras le mostraban las imágenes a nombrar en ambos idiomas, la neurofisióloga administraba los estímulos eléctricos y comprobaba las reacciones.
Conforme avanzaban los neurocirujanos hasta llegar a la tumoración vascular y extirparla, la paciente debía asumir tareas más complejas del lenguaje, como comprensión, asociación de ideas o lectura, tanto en árabe como en español. El neurocirujano David Rivero apunta que este tipo de intervenciones se realizan en el hospital Miguel Servet "desde hace más de cinco años" aunque no se trata de casos frecuentes pero sí de gran importancia para mantener la seguridad de la capacidad del habla.
El doctor José Eirás, anterior jefe de servicio, hace quince años abrió el camino de estas técnicas con operaciones muy puntuales, pero ha sido en los últimos cinco años cuando el actual servicio dirigido por Juan Antonio Alberdi, ha podido establecerlas de forma continua y protocolizada, convirtiéndose así el Servet en el único centro de Aragón con esta experiencia. EFE
La complejidad de este tipo de intervenciones radica en que la lesión se sitúa junto a zonas importantes desde el punto de vista funcional, como es la zona del cerebro que controla el habla y si se dañan o bien las neuronas o bien las fibras que las conectan, puede afectar a la capacidad de entender o a la de hablar. El tumor vascular benigno que sufría la mujer podía causar un sangrado intracraneal de riesgo vital, así que la opción más aconsejable era operarla, pero despierta, colaborando ella en su propia intervención, explica la citada nota. Los especialistas se sirvieron de unos sencillos test bilingües diseñados por ellos mismos para la ocasión.
"Para saber por dónde entrar en la corteza cerebral, en una tableta le mostrábamos imágenes y ella las nombraba, tanto en árabe como en español", explica la neurofisióloga Alicia Sáenz de Cabezón. "Mientras, administrábamos un estímulo eléctrico en la zona de la corteza cerebral en la que el neurocirujano apoya una sonda. Si la paciente respondía con normalidad, sabíamos que era una zona segura, pero si se alteraba la capacidad para nombrar las imágenes, sabíamos que era una zona que debíamos evitar tocar", resume.
El equipo contó con un traductor, que en este caso fue el estudiante saharaui de Enfermería Isalkou Saleh, que voluntariamente colaboró en esta operación. La paciente primero fue anestesiada para que le abrieran la zona a operar. Luego la despertaron y mientras le mostraban las imágenes a nombrar en ambos idiomas, la neurofisióloga administraba los estímulos eléctricos y comprobaba las reacciones.
Conforme avanzaban los neurocirujanos hasta llegar a la tumoración vascular y extirparla, la paciente debía asumir tareas más complejas del lenguaje, como comprensión, asociación de ideas o lectura, tanto en árabe como en español. El neurocirujano David Rivero apunta que este tipo de intervenciones se realizan en el hospital Miguel Servet "desde hace más de cinco años" aunque no se trata de casos frecuentes pero sí de gran importancia para mantener la seguridad de la capacidad del habla.
El doctor José Eirás, anterior jefe de servicio, hace quince años abrió el camino de estas técnicas con operaciones muy puntuales, pero ha sido en los últimos cinco años cuando el actual servicio dirigido por Juan Antonio Alberdi, ha podido establecerlas de forma continua y protocolizada, convirtiéndose así el Servet en el único centro de Aragón con esta experiencia. EFE
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