La ratio de contagio del ébola es inferior a la del sarampión o el VIH
Los biomátemáticos consideran "ínfimo" el riesgo de propagación en Madrid
En el peor de los escenarios posibles, donde la auxiliar contagiada de ébola
hubiera infectado a la veintena de personas con las que tuvo contacto,
el brote en Madrid tiene escasísimas posibilidades de prosperar. Como
recuerdan expertos en biomatemáticas, la ratio de contagio de este virus
es de las más bajas de entre las enfermedades contagiosas. La tos
ferina o el sarampión, por ejemplo, son hasta 10 veces más contagiosos.
Eso sí, para estas sí hay cura.
Entre los expertos en enfermedades infecciosas hay un grupo que no se dedica a curarlas. De hecho, la mayoría ni siquiera son médicos. Son biólogos, matemáticos o estadísticos y lo suyo es aplicar las matemáticas a cada enfermedad contagiosa. Apenas tienen suficientes datos, intentan calcular el (R0) del brote. No es ninguna cifra mágica, es el llamado número básico de reproducción. Y con él se puede anticipar el alcance de una epidemia.
El matemático Klaus Dietz, del Instituto de Epidemiología Clínica de la Universidad de Tubinga (Alemania) lleva desde la década de los 70 estudiando la propagación de una enfermedad contagiosa con la ayuda de las matemáticas. Hace 20 años, en una obra básica sobre el (R0), definió esta cifra como "el número esperado de casos secundarios que una infección con un caso típico puede generar durante su periodo de infección en una población susceptible".
"El (R0) depende de tres parámetros", explica Dietz: "La ratio de contacto, es decir, el número de contactos por unidad de tiempo, la duración del periodo de infección y la probabilidad de infección por contacto. Esta probabilidad solo se puede estimar para determinadas infecciones, como las enfermedades de transmisión sexual o las provocadas por la picadura de un mosquito", recuerda. Pero, aún faltando alguno de los parámetros, "se puede determinar el (R0)", añade el investigador alemán.
Pues bien, con los datos recogidos hasta septiembre, biomatemáticos y estadísticos estadounidenses han calculado que el (R0) o ratio de contagio en los cuatro países del África Occidental afectado por el brote actual oscila entre el 1,4 y el 1,9. "Lo que significa que un caso localizado puede provocar hasta dos antes de que se recupere o muera", explica el matemático especializado en epidemiología de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos), Carlos Castillo-Chavez y coautor de estos cálculos, publicados en PLoS ONE hace unos días.
Junto a dos colegas, este investigador estimó que, para finales de septiembre, la cifra de nuevos casos de ébola llegaría hasta los 6.800. Según las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el total de infectados ya ha superado los 7.200, la mayoría en el último mes.
Comparado con el de otras enfermedades infecciosas, el ébola tiene un (R0) muy bajo. De las más importantes, solo la hepatitis C presenta un número básico de reproducción más bajo que el ébola. Otras con menor percepción social de riesgo, como el VIH o la gripe aviar, tienen ratios de infección que oscila entre el 3 y el 6.
Históricamente, las enfermedades humanas con mayor capacidad de contagio entre la población han sido el sarampión o la tos ferina, con un (R0) que podría llegar hasta el 18. Un infectado podría transmitir la enfermedad a una media de 18 personas antes de curarse. Un dato más: la terrible pandemia de gripe española de 1918, que acabó con la vida de entre 50 y 100 millones de personas, tuvo según estiman una ratio de contagio de 4.
En tiempos más recientes, la enfermedad más contagiosa fue el brote de encefalopatía espongiforme bovina. El mal de las vacas locas alcanzó un (R0) en sus primeros momentos de 12. Sin embargo, la intervención de las autoridades sanitarias británicas redujo la cifra hasta el 0,06.
Este caso ilustra el carácter no estático de este número básico de
reproducción. Son muchos los factores, entre ellos el temporal, que los
biomatemáticos tienen que tener en cuenta. Por ejemplo, aunque el VIH es
menos contagioso que el ébola, mientras el primero tiene un periodo de
infección de muchos años, el segundo solo puede infectar durante las
pocas semanas que el paciente con síntomas pelea con la enfermedad hasta
que la vence o sucumbe.
El (R0) también es diferente en cada brote de una misma enfermedad, aunque dentro de unos umbrales mínimos y máximos. Otros elementos que intervienen en su estimación son el número inicial de infectados, el total de población de la zona afectada, si se trata de zonas aisladas o densamente pobladas o la rede de comunicaciones, que funcionan como vectores.
Pero el factor que más puede hacer varias esta ratio de contagio es el propio ser humano. Los números mostrados hasta aquí solo son ciertos en el caso de que no se haga nada para combatir la enfermedad. Como ilustra el caso de la encefalopatía espongiforme.
"El brote actual en África es ligeramente superior", reconoce el investigador estadounidense, pero aún confía en que las medidas tomadas por las autoridades rebajen la ratio.
Esa misma confianza es la que le hace descartar casi totalmente cualquier riesgo en el caso de Madrid. Ni siquiera se puede obtener un (R0) cuando solo se ha producido un único caso y los que estuvieron en contacto con la enfermera están controladas. "Estoy convencido de que España gestionará bien la situación, el riesgo es ínfimo", sostiene. De la misma opinión es el profesor Dietz. "No creo que la situación en Madrid sea preocupante ya que se han tomado las medidas apropiadas", dice.
Entre los expertos en enfermedades infecciosas hay un grupo que no se dedica a curarlas. De hecho, la mayoría ni siquiera son médicos. Son biólogos, matemáticos o estadísticos y lo suyo es aplicar las matemáticas a cada enfermedad contagiosa. Apenas tienen suficientes datos, intentan calcular el (R0) del brote. No es ninguna cifra mágica, es el llamado número básico de reproducción. Y con él se puede anticipar el alcance de una epidemia.
El matemático Klaus Dietz, del Instituto de Epidemiología Clínica de la Universidad de Tubinga (Alemania) lleva desde la década de los 70 estudiando la propagación de una enfermedad contagiosa con la ayuda de las matemáticas. Hace 20 años, en una obra básica sobre el (R0), definió esta cifra como "el número esperado de casos secundarios que una infección con un caso típico puede generar durante su periodo de infección en una población susceptible".
"El (R0) depende de tres parámetros", explica Dietz: "La ratio de contacto, es decir, el número de contactos por unidad de tiempo, la duración del periodo de infección y la probabilidad de infección por contacto. Esta probabilidad solo se puede estimar para determinadas infecciones, como las enfermedades de transmisión sexual o las provocadas por la picadura de un mosquito", recuerda. Pero, aún faltando alguno de los parámetros, "se puede determinar el (R0)", añade el investigador alemán.
Pues bien, con los datos recogidos hasta septiembre, biomatemáticos y estadísticos estadounidenses han calculado que el (R0) o ratio de contagio en los cuatro países del África Occidental afectado por el brote actual oscila entre el 1,4 y el 1,9. "Lo que significa que un caso localizado puede provocar hasta dos antes de que se recupere o muera", explica el matemático especializado en epidemiología de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos), Carlos Castillo-Chavez y coautor de estos cálculos, publicados en PLoS ONE hace unos días.
Junto a dos colegas, este investigador estimó que, para finales de septiembre, la cifra de nuevos casos de ébola llegaría hasta los 6.800. Según las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el total de infectados ya ha superado los 7.200, la mayoría en el último mes.
Comparado con el de otras enfermedades infecciosas, el ébola tiene un (R0) muy bajo. De las más importantes, solo la hepatitis C presenta un número básico de reproducción más bajo que el ébola. Otras con menor percepción social de riesgo, como el VIH o la gripe aviar, tienen ratios de infección que oscila entre el 3 y el 6.
Históricamente, las enfermedades humanas con mayor capacidad de contagio entre la población han sido el sarampión o la tos ferina, con un (R0) que podría llegar hasta el 18. Un infectado podría transmitir la enfermedad a una media de 18 personas antes de curarse. Un dato más: la terrible pandemia de gripe española de 1918, que acabó con la vida de entre 50 y 100 millones de personas, tuvo según estiman una ratio de contagio de 4.
En tiempos más recientes, la enfermedad más contagiosa fue el brote de encefalopatía espongiforme bovina. El mal de las vacas locas alcanzó un (R0) en sus primeros momentos de 12. Sin embargo, la intervención de las autoridades sanitarias británicas redujo la cifra hasta el 0,06.
Un enfermo de sarampión o tos ferina puede infectar a 18 personas y el VIH y la gripe española a cuatro
El (R0) también es diferente en cada brote de una misma enfermedad, aunque dentro de unos umbrales mínimos y máximos. Otros elementos que intervienen en su estimación son el número inicial de infectados, el total de población de la zona afectada, si se trata de zonas aisladas o densamente pobladas o la rede de comunicaciones, que funcionan como vectores.
Pero el factor que más puede hacer varias esta ratio de contagio es el propio ser humano. Los números mostrados hasta aquí solo son ciertos en el caso de que no se haga nada para combatir la enfermedad. Como ilustra el caso de la encefalopatía espongiforme.
"Ínfimo" riesgo en Madrid
En 2004, después del brote de ébola del año anterior que afectó especialmente a la República Democrática del Congo, Castillo-Chavez y otros colegas calcularon el (R0) antes y después de que se aplicaran eficaces medidas de aislamiento y cuarentena. Del 1,89 se pasó al 0,66. Por debajo de 1, la tasa de contagio de la enfermedad es negativa y el brote acabó por desaparecer."El brote actual en África es ligeramente superior", reconoce el investigador estadounidense, pero aún confía en que las medidas tomadas por las autoridades rebajen la ratio.
Esa misma confianza es la que le hace descartar casi totalmente cualquier riesgo en el caso de Madrid. Ni siquiera se puede obtener un (R0) cuando solo se ha producido un único caso y los que estuvieron en contacto con la enfermera están controladas. "Estoy convencido de que España gestionará bien la situación, el riesgo es ínfimo", sostiene. De la misma opinión es el profesor Dietz. "No creo que la situación en Madrid sea preocupante ya que se han tomado las medidas apropiadas", dice.
http://elpais.com/elpais/2014/10/08/ciencia/1412767267_324704.html
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