Recetas indispensables y baratas
Se acaba de publicar en la revista médica española 'Medicina Clínica' –la de mayor impacto en nuestro país- una completa revisión de las indicaciones que tiene el ejercicio físico. Expertos de la Facultad de Medicina de Girona concluyen, tras rastrear lo mejor que se ha publicado en los últimos años sobre el tema, que la actividad física -tanto la moderada como la intensa- previene, cuando se hace con regularidad, la mortalidad prematura que producen un número muy alto de dolencias severas. Y lo hace de forma muy significativa.
Hay que nombrar algunas de las más comunes e importantes. La cardiopatía isquémica, los accidentes cerebrovasculares, la hipertensión arterial, el cáncer de colon y el de mama, la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico, la obesidad, la osteoporosis, la sarcopenia, la dependencia funcional, las caídas de los ancianos, el deterioro cognitivo, la ansiedad y la depresión. La lista es impresionante, como también lo son los porcentajes de reducción de riesgo que se logran cuando se mueven los músculos en serio y con regularidad.
El desafío ahora es convencer a la ciudadanía –muy acostumbrada al sillón y al ascensor- que la salud no es cosa de pastillas si no de proponerse sudar la camiseta al menos un día sí otro no, y para siempre. La otra asignatura pendiente de cualquier sistema sanitario que quiera no quebrar en el futuro es la de aumentar el nivel de cultura sanitaria de la sociedad. Más peligroso que el colesterol alto, la tensión arterial elevada y quizá los niveles inadecuados de glucosa es la ignorancia. Sólo una sociedad informada puede promover y prevenir la salud, gestionar los inicios de una enfermedad aguda o manejar buena parte de un proceso crónico, si es que lo padece. Por eso los profesionales sanitarios deben recomendar a sus pacientes cuáles son las fuentes más fiables que existen para elevar un poco su nivel de conocimiento en biomedicina. Que en más del 50% de los casos es bajo.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/01/27/codigosalud/1327671387.html
Hay que nombrar algunas de las más comunes e importantes. La cardiopatía isquémica, los accidentes cerebrovasculares, la hipertensión arterial, el cáncer de colon y el de mama, la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico, la obesidad, la osteoporosis, la sarcopenia, la dependencia funcional, las caídas de los ancianos, el deterioro cognitivo, la ansiedad y la depresión. La lista es impresionante, como también lo son los porcentajes de reducción de riesgo que se logran cuando se mueven los músculos en serio y con regularidad.
El desafío ahora es convencer a la ciudadanía –muy acostumbrada al sillón y al ascensor- que la salud no es cosa de pastillas si no de proponerse sudar la camiseta al menos un día sí otro no, y para siempre. La otra asignatura pendiente de cualquier sistema sanitario que quiera no quebrar en el futuro es la de aumentar el nivel de cultura sanitaria de la sociedad. Más peligroso que el colesterol alto, la tensión arterial elevada y quizá los niveles inadecuados de glucosa es la ignorancia. Sólo una sociedad informada puede promover y prevenir la salud, gestionar los inicios de una enfermedad aguda o manejar buena parte de un proceso crónico, si es que lo padece. Por eso los profesionales sanitarios deben recomendar a sus pacientes cuáles son las fuentes más fiables que existen para elevar un poco su nivel de conocimiento en biomedicina. Que en más del 50% de los casos es bajo.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/01/27/codigosalud/1327671387.html
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