DIOS ES AMOR, MEJOR CON HUMOR

domingo, 15 de enero de 2012

Haití, condenado al olvido

Una calle de Puerto Príncipe inundada tras una tormenta. | María Eugenia Díaz (Manos Unidas)

Haití, condenado al olvido

Haití es un país que nació con el sueño de ser libre y se convirtió en un esclavo para siempre. En 1804, cuando los negros que vivían bajo el yugo francés consiguieron liberarse para convertir su tierra en el segundo país libre del hemisferio y la primera república negra libre del mundo, comenzó su castigo. Como bien decía Eduardo Galeano "el nacimiento de la independencia y la muerte de la esclavitud, hazañas negras, fueron humillaciones imperdonables para los blancos dueños del mundo".
Nadie quiso reconocer a la nueva nación. Se la condenó al ostracismo. Fue forzada al olvido. Nadie trataba comercialmente con ella. Para entrar en la comunidad internacional Haití aceptó endeudarse o pagar, más bien, una indemnización millonaria a Francia, que se sentía herida y agraviada tras haber perdido una de sus colonias más ricas. Hasta finales de 1940, esta deuda continuó desangrando a los haitianos.
Luego llegó la ocupación de EEUU, en 1915, que duró casi 20 años. La dictadura de Jean Claude Duvalier, que vendió medio país a precios irrisorios. Por unas circunstancias o por otras, el país caribeño no crecía, no se desarrollaba, no avanzaba. Al pueblo haitiano se le ha negado lo más básico desde el principio, porque las riquezas estatales no estaban ni para escuelas, ni hospitales, ni carreteras... Así, tristemente, consiguió otra vez ser el primero en algo: el país más pobre de América.
El terremoto del día 12 de enero de 2010 sólo vino a rebosar un vaso lleno. La cifra de muertos, más de 220.000, el millón y medio de personas que se quedaron sin hogar, las imágenes de una capital que parecía recién bombardeada y el interés de los medios internacionales, hicieron que el mundo entero supiera de la existencia de este pedacito de África en el Caribe.

Los enemigos de la reconstrucción

Al país conocido como la 'república de las ONG' llegaron muchísimas más organizaciones para atender la emergencia, agencias humanitarias de la ONU y la propia comunidad internacional se puso a recaudar fondos para emprender la reconstrucción. Dos años después, ni el presidente, Michel Martelly, sabe en qué se han invertido los primeros envíos de los 4.600 millones de dólares (más de 3.600 millones de euros) prometidos por los países. La desorganización, la falta de coordinación, el oportunismo (en algunos casos) y el desgobierno han sido los grandes enemigos del intento de arreglar esta catástrofe.
Ahora, el primer ministro haitiano, Garry Conillo, ha prometido que 2012 será el año de la reconstrucción. Antes tampoco ha podido ser, y es que hasta octubre de 2011, el nuevo Gobierno no estuvo formado, porque a la grave situación de Haití se suma una clase política que parece olvidarse de las necesidades inmediatas de su pueblo. Mientras Martelly y Conillo se ponen manos a la obra para cumplir sus promesas, los haitianos siguen luchando por seguir adelante con sus vidas y sobrevivir, como siempre, aunque ahora toque hacerlo sobre los escombros.
Y el esfuerzo debe hacerse sin descanso porque aun queda mucho por hacer. Más de medio millón de personas continúa viviendo bajo lonas en campos de desplazados, miles de amputados sueñan con conseguir una prótesis, los niños sufren más que nunca, la sanidad y la educación siguen siendo privilegios de unos pocos...
Dicen que todo lo que podía salir mal en Haití, salió mal. Prácticamente nada parece indicar lo contrario. Sin embargo, hay mucha gente trabajando para que ahora las cosas empiecen a salir bien. Muchas organizaciones hacen esfuerzos titánicos por revertir la situación haitiana. Y, aunque sus proyectos pueden, a simple vista, parecer tiritas para unas heridas demasiado grandes, poco a poco se van viendo los resultados. Especialmente en el pueblo, que ha encontrado en estos aliados, locales o extranjeros, un motor para alimentar la esperanza. El único camino para salir del olvido.

http://www.elmundo.es/america/2012/01/09/noticias/1326135328.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario