El bloqueo de Al Shabaab deja sin alimentos a cuatro millones de somalíes
"La situación es muy complicada. Desde que Al Shabab (milicia islamista) nos prohibió actuar con libertad, las operaciones están bloqueadas, aunque nuestro personal sobre el terreno intenta adaptarse y busca la manera de poder distribuir la comida", dijo en rueda de prensa Elisabeth Byrs, portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación Humanitaria (OCHA).
La milicia islamista Al Shabab vetó el mes pasado las operaciones de las agencias de Naciones Unidas y de otras cinco ONG, lo que ha limitado, e incluso anulado, la gran mayoría de las acciones de entrega de alimentos. El jefe adjunto para África del Este del CICR, Benjamin Wahren, explicó hoy la decisión de suspender temporalmente la distribución de alimentos en favor de 1,1 millones de personas y de semillas para 100.000 agricultores en situación de vulnerabilidad extrema en el centro y el sur de Somalia, anunciada ayer.
"Hace un mes que tenemos los convoyes bloqueados por las milicias, que argumentan que están haciendo 'controles de calidad', por lo que hemos decidido que no haremos más envíos hasta que tengamos la certeza de que no van a bloquearlos también, no queremos perder más comida", afirmó Wahren. El bloqueo ha afectado directamente a unas 240.000 personas en las regiones de Shabelle Medio y Galgaduud, pero la suspensión perjudica a un millón y medio de somalís.
La violencia generada por el conflicto civil en Somalia sigue afectando no sólo a los nacionales que permanecen en territorio somalí, sino también a aquellos que, huyendo de la guerra, viven en campos de refugiados en la vecinas Kenia y en Etiopía. "El ACNUR está cada vez más preocupado por la situación de inseguridad tanto en las zonas adyacentes como en los campos que albergan a cientos de miles de refugiados somalís", afirmó Andrej Mahecic.
El portavoz de ACNUR recordó que a finales de año se produjo el asesinato de dos líderes que trabajaban voluntariamente para mantener la seguridad en el campo de Dadaab (Kenia), el mayor del mundo. "Está claro que hay un objetivo. Yo no puedo especular, pero está claro que hay una agenda y que el campo está muy cerca de la volátil frontera", agregó Mahecic.
El portavoz informó que ha habido otros incidentes en Dadaab -que alberga a 460.000 personas-, y confirmó que la inseguridad va en aumento, aunque especificó que la situación no está fuera de control. Mahecic informó que esta semana se produjo un intento de asalto a un vehículo de una ONG en las cercanías del campo de Dollo Ado, en Etiopía, donde residen 140.000 somalís.
A pesar de que nadie resultó herido, la agencias humanitarias están limitando sus actividades a la mínima expresión. Casi un millón de somalís viven como refugiados en los países vecinos; un tercio de ellos huyó en 2011. Otro millón tres cientos mil somalís son desplazados internos en su propio país.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/13/solidaridad/1326458697.html
La milicia islamista Al Shabab vetó el mes pasado las operaciones de las agencias de Naciones Unidas y de otras cinco ONG, lo que ha limitado, e incluso anulado, la gran mayoría de las acciones de entrega de alimentos. El jefe adjunto para África del Este del CICR, Benjamin Wahren, explicó hoy la decisión de suspender temporalmente la distribución de alimentos en favor de 1,1 millones de personas y de semillas para 100.000 agricultores en situación de vulnerabilidad extrema en el centro y el sur de Somalia, anunciada ayer.
"Hace un mes que tenemos los convoyes bloqueados por las milicias, que argumentan que están haciendo 'controles de calidad', por lo que hemos decidido que no haremos más envíos hasta que tengamos la certeza de que no van a bloquearlos también, no queremos perder más comida", afirmó Wahren. El bloqueo ha afectado directamente a unas 240.000 personas en las regiones de Shabelle Medio y Galgaduud, pero la suspensión perjudica a un millón y medio de somalís.
La violencia generada por el conflicto civil en Somalia sigue afectando no sólo a los nacionales que permanecen en territorio somalí, sino también a aquellos que, huyendo de la guerra, viven en campos de refugiados en la vecinas Kenia y en Etiopía. "El ACNUR está cada vez más preocupado por la situación de inseguridad tanto en las zonas adyacentes como en los campos que albergan a cientos de miles de refugiados somalís", afirmó Andrej Mahecic.
El portavoz de ACNUR recordó que a finales de año se produjo el asesinato de dos líderes que trabajaban voluntariamente para mantener la seguridad en el campo de Dadaab (Kenia), el mayor del mundo. "Está claro que hay un objetivo. Yo no puedo especular, pero está claro que hay una agenda y que el campo está muy cerca de la volátil frontera", agregó Mahecic.
El portavoz informó que ha habido otros incidentes en Dadaab -que alberga a 460.000 personas-, y confirmó que la inseguridad va en aumento, aunque especificó que la situación no está fuera de control. Mahecic informó que esta semana se produjo un intento de asalto a un vehículo de una ONG en las cercanías del campo de Dollo Ado, en Etiopía, donde residen 140.000 somalís.
A pesar de que nadie resultó herido, la agencias humanitarias están limitando sus actividades a la mínima expresión. Casi un millón de somalís viven como refugiados en los países vecinos; un tercio de ellos huyó en 2011. Otro millón tres cientos mil somalís son desplazados internos en su propio país.
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