Más leña al fuego: el pastor quiere juzgar ahora a Mahoma
NUEVA YORK- El pastor Terry Jones, de 59 años, tiene en su despacho un póster de la película «Bravehearth», en la que el actor Mel Gibson dirige e interpreta a Sir William Wallace, el caballero escocés del siglo XIII que se puso al frente de la Primera Guerra de Independencia de Escocia. Este cartel y la Biblia –que siempre tiene cerca– le dan fuerza para continuar la que Jones considera su misión: dar a conocer que «el islam y el Corán son los instrumentos en la tierra de la violencia, la muerte y el terrorismo».
Terry Jones se ha vuelto a poner al frente del circo mediático como ya hiciera el pasado mes de septiembre, cuando anunció que iba a conmemorar el 11-S con una hoguera de coranes. Entonces llegó a conseguir no sólo que se levantase el mundo árabe, sino que el jefe del Pentágono, Robert Gates, le llamase por teléfono para disuadirle de sus intenciones.
El reverendo Jones ha conseguido recuperar la atención del público con la quema del libro santo en su iglesia de Florida el pasado 20 de marzo. En un principio no logró gran repercusión. Pero todo cambió cuando el pasado jueves el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, criticó lo sucedido. Desde entonces, en Afganistán ha prendido la mecha antioccidental. El pasado viernes fueron asesinados siete empleados de la ONU a manos de extremistas, el sábado murieron diez afganos en choques entre la Policía y manifestantes, y ayer hubo tres bajas y decenas de heridos en la zona de Kandahar.
En lugar de echar mano al freno, el pastor tiene más planes. Lo siguiente que quiere hacer Jones es someter a juicio al profeta Mahoma, según informa el «Daily Mail», aunque de momento no tiene fecha. Lo que sí ha marcado en rojo en su calendario es el día del 22 de abril, cuando hay convocada una manifestación frente a la mezquita de Dearborn, en el estado de Michigan. Jones tiene previsto colocarse en la cabeza de la protesta para que todos lo vean.
Ayer, el presidente Barack Obama, sin mencionar directamente a Jones, volvió a criticar sus provocaciones en un comunicado de la Casa Blanca de pésame a las familias de las víctimas de los últimos ataques en Afganistán. «Asesinar a gente inocente en nombre de un libro sagrado es una afrenta a la decencia humana y a la dignidad», indicó en referencia a las represalias por la quema del Corán en la iglesia de Terry Jones, pero también añadió que «la profanación de cualquier libro sagrado, incluyendo el Corán, es un acto de extrema intolerancia y fanatismo», explicó en referencia al pastor de Gainesville (Florida).
«Ninguna religión tolera el asesinato y decapitación de personas inocentes, y no hay justificación para actos tan deshonrosos y deplorables. Ahora es el momento de recurrir a la humanidad común que compartimos y que estaba ejemplificada en los trabajadores de Naciones Unidas que perdieron su vida intentando ayudar a la población afgana», recordó después de que Hamid Karzai emplazase al Congreso de Estados Unidos a condenar la quema del libro santo musulmán.
El líder afgano habría hecho esta petición formal en una reunión con el embajador estadounidense, Karl Eikenberry, y el comandante de las fuerzas aliadas en Afganistán, David Petraeus.
El propio Petraeus –que ya advirtió sobre las consecuencias de la hoguera de coranes de Jones el pasado septiembre– condenó las acciones de este pastor en una entrevista con la cadena CNN: «Ha sido un acto de odio, de intolerancia y extremadamente irrespetuoso y, de nuevo, lo condenamos de la forma más contundentemente posible», afirmó el comandante desde Afganistán. Por su parte, el ministro del Interior de Pakistán, Rehman Malik, quiere que la Interpol detenga a Terry Jones por cargos de terrorismo.
Terry Jones se ha vuelto a poner al frente del circo mediático como ya hiciera el pasado mes de septiembre, cuando anunció que iba a conmemorar el 11-S con una hoguera de coranes. Entonces llegó a conseguir no sólo que se levantase el mundo árabe, sino que el jefe del Pentágono, Robert Gates, le llamase por teléfono para disuadirle de sus intenciones.
El reverendo Jones ha conseguido recuperar la atención del público con la quema del libro santo en su iglesia de Florida el pasado 20 de marzo. En un principio no logró gran repercusión. Pero todo cambió cuando el pasado jueves el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, criticó lo sucedido. Desde entonces, en Afganistán ha prendido la mecha antioccidental. El pasado viernes fueron asesinados siete empleados de la ONU a manos de extremistas, el sábado murieron diez afganos en choques entre la Policía y manifestantes, y ayer hubo tres bajas y decenas de heridos en la zona de Kandahar.
En lugar de echar mano al freno, el pastor tiene más planes. Lo siguiente que quiere hacer Jones es someter a juicio al profeta Mahoma, según informa el «Daily Mail», aunque de momento no tiene fecha. Lo que sí ha marcado en rojo en su calendario es el día del 22 de abril, cuando hay convocada una manifestación frente a la mezquita de Dearborn, en el estado de Michigan. Jones tiene previsto colocarse en la cabeza de la protesta para que todos lo vean.
Ayer, el presidente Barack Obama, sin mencionar directamente a Jones, volvió a criticar sus provocaciones en un comunicado de la Casa Blanca de pésame a las familias de las víctimas de los últimos ataques en Afganistán. «Asesinar a gente inocente en nombre de un libro sagrado es una afrenta a la decencia humana y a la dignidad», indicó en referencia a las represalias por la quema del Corán en la iglesia de Terry Jones, pero también añadió que «la profanación de cualquier libro sagrado, incluyendo el Corán, es un acto de extrema intolerancia y fanatismo», explicó en referencia al pastor de Gainesville (Florida).
«Ninguna religión tolera el asesinato y decapitación de personas inocentes, y no hay justificación para actos tan deshonrosos y deplorables. Ahora es el momento de recurrir a la humanidad común que compartimos y que estaba ejemplificada en los trabajadores de Naciones Unidas que perdieron su vida intentando ayudar a la población afgana», recordó después de que Hamid Karzai emplazase al Congreso de Estados Unidos a condenar la quema del libro santo musulmán.
El líder afgano habría hecho esta petición formal en una reunión con el embajador estadounidense, Karl Eikenberry, y el comandante de las fuerzas aliadas en Afganistán, David Petraeus.
El propio Petraeus –que ya advirtió sobre las consecuencias de la hoguera de coranes de Jones el pasado septiembre– condenó las acciones de este pastor en una entrevista con la cadena CNN: «Ha sido un acto de odio, de intolerancia y extremadamente irrespetuoso y, de nuevo, lo condenamos de la forma más contundentemente posible», afirmó el comandante desde Afganistán. Por su parte, el ministro del Interior de Pakistán, Rehman Malik, quiere que la Interpol detenga a Terry Jones por cargos de terrorismo.
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