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sábado, 27 de mayo de 2017

17 cosas que seguro no sabías de Corea del Sur y de los coreanos

17 cosas que seguro no sabías de Corea del Sur y de los coreanos

Corea del Sur es un país poco conocido, del que es difícil encontrar tópicos más allá de la buena conexión a Internet y de los carteles luminosos estilo Japón. En el día a día se habla muy poco de esta Corea, no como su esperpéntico vecino del norte, que sale en las noticias día sí y día también “gracias” a su aún más esperpéntico gobernador. Tras mi viaje por Corea me encontré con muchas cosas que me llamaron la atención y que nunca imaginé que fueran posibles en este país asiático. Como siempre está bien aprender algo nuevo, ahí van estas curiosidades.
Calcetines de Korea
Calcetines coreanos

1- Hay baños y agua gratis en todos lados

Una gran noticia para los viajeros que vayan a Corea del Sur: hay baños públicos muy limpios y agua, tanto fría como caliente (para los fideos o noodles, supongo), disponible prácticamente en todos los sitios. Tal es su obsesión por los aseos, que incluso en las rutas de montaña hay indicaciones de a cuánto está el siguiente, no sea que no te dé tiempo a llegar. El más curioso que me encontré, en la DMZ de Chengzhou, indicado claramente como “Last Restroom”. 50 metros más adelante ya se acababa el país.
Último baño entre las dos Coreas
Last Restroom in Korea

2- El color del coche depende del puesto de trabajo

La mayoría de coches en Corea del Sur son de color blanco, gris o negro, y no es porque sean unos aburridos, sino por su estricta forma de diferenciarse socialmente. Así, los empleados normales han de poseer un coche blanco, los puestos intermedios uno gris, y los jefes el negro. Siguen esta “tradición” hasta tal punto que hay modelos de coches que parecen de jefazo que sólo los verás en negro, y los Hyundai o Kia más habituales normalmente son blancos. En los últimos años se está perdiendo un poco esta convención social, pero los coches rojos que vi, se pueden contar con los dedos de una mano. Amarillos, uno.
Coches grises y blancos en Corea del Sur
Gama de colores coreana

3- Se pasan el día pegados al móvil

País hipertecnológico y friki como pocos, creo que sólo superados por Japón, no es de extrañar que se pasen el día pegados al móvil leyendo cómics o viendo el culebrón coreano de moda, pero es que están en TODO momento. En el vagón del metro es imposible encontrar a alguien sin el móvil en la mano, quizás alguna persona mayor, y leyendo un libro: misión imposible. Andando por la calle tampoco sueltan la maquinita para nada. Menos mal que, a fuerza de costumbre, deben de haber desarrollado algún tipo de radar, porque te esquivan sin problemas y no hay que preocuparse mucho por ellos.
Azafatas con el móvil todas a la vez
Azafatas pegadas al móvil

4- ¡Son unos chapuzas!

Con lo ordenados que son para todo, y estando todo el día trabajando, uno se espera que hagan bien las cosas, pero todo lo contrario, son unos chapuzas que ríete tú de Pepe Gotera y Otilio (Manolo y Benito para los de la tele). Fabricando dispositivos móviles serán unos máquinas (ya me gustaría ver alguno por dentro a ver qué churros hacen), pero para el resto…tiran de apaños que dan bastante miedo: tubos de aire acondicionado por medio de la ventana, suelos que se levantan, parches de papel para paredes rotas, camas de plástico a las que se les caen las patas… Vamos, que fuera de los cachivaches electrónicos, muy poca maña.
Ventana con chapuza
Apaños coreanos

5- Conducir no es su fuerte

Desconozco el porqué, pero los asiáticos no son especialmente buenos conduciendo cosas con ruedas, y los coreanos no iban a ser una excepción. Lentos de reflejos (a lo que ayudan los cristales tintados), torpes reaccionando, y muy kamikazes en los cruces y rotondas. Será por eso que los límites de velocidad son bastante bajos comparados con los europeos. Curiosamente, los únicos accidentes que vi eran en peajes y cruces.
Coche por la acera
En coche por la acera, lo que todos hemos hecho alguna vez

6- Son muy vagos

Pues sí, como lo oyes. Se pasan la vida trabajando de sol a sol, pero en el fondo son unos vagos, muchísimo más que los españoles, que tenemos esa fama. Por eso quieren que todo sea muy fácil, y si es automático, mejor todavía. Ejemplos de su vagancia vi un montón: senderos naturales totalmente hechos de madera para subir montañas fácilmente, trabajadores mirando y revisando cómo otros trabajadores se sientan y descansan… Y el colmo: gente que se compra sillas eléctricas para no andar. Ni que estuvieran en Benidorm.
Coreanos del sur trabajando despacio
Uno trabajando y cuatro mirando

7- Los mejores alojamientos son los que más parecen un puticlub

Buscando alojamientos para mi roadtrip por Corea del Sur alucinaba con los coloridos moteles repletos de neones que me encontraba en los buscadores. Habitaciones de colores chillones, leds bajo la cama, fachadas de hoteles multicolor, WC con el chorrito… Vamos, que sólo faltaba el espejo en el techo. Eso sí, en los que más a gusto dormí fue en los más horteras.
Hotel de colores en Corea del Sur
Motel de lujo por el aspecto

8- ¡Comen pulpos vivos! (visto en Jeju y más sitios)

Que la gastronomía coreana me iba a sorprender ya me lo imaginaba, pero no me esperaba que llegasen hasta el punto de comerse pulpos y calamares vivos. Lo más cercano que se me ocurre que haya probado es el sashimi, que me encanta, pero comerse bichos vivos con tentáculos es otro nivel. Hay que tener la sangre muy fría para morder el pulpito nada más meterlo en la boca, ya que si no lo haces, el animal te puede ahogar con sus tentáculos. Me parece más peligroso incluso que comer pez globo.
Cortando un pulpo vivo
Cortando pulpo vivo

9- Las abuelas con viseras (ajummas) son más duras que Terminator

Si hay alguien a quien temer en Corea del Sur, es a las ajummas, las, en apariencia, inofensivas abuelitas ataviadas con su inseparable visera gigante, la blusa de flores y pantalones oscuros. Su fiereza es tal que no dudarán ni un segundo en llevarte por delante si estás en su camino para entrar al metro, al ascensor o en la cola del supermercado. Que su apariencia débil y escasa estatura no te confundan, son pequeñas apisonadoras venidas del futuro para imponer su orden.
Abuela separando piedras
Ajumma separando piedras con las piernas

10 – Los jefes emborrachan a los empleados

Te pongo en situación: Seúl. Lunes por la noche. Montones de empleados de camisa blanca y pantalón negro dando tumbos por los bares en grupos, donde sólo parece que mantiene un poco la compostura el que va de traje. Al principio pensé que estos coreanos eran unos juerguistas ya de lunes, pero después me contaron mejor lo que estaba viendo, y es que en Corea los empleados salen, casi obligados, a beber después del trabajo con el jefe y los compañeros, para aparentar un nivel de colegueo que no tiene por qué existir, y el jefe aprovecha para emborrachar a sus trabajadores y así sonsacarles cualquier información. Maquiavélico y retorcido cuanto menos.
coreanos borrachos
Seúl una noche cualquiera

11- El espejo es su debilidad, o cualquier superficie reflectante

Lo coquetos que son los coreanos, no despediciarán cualquier espejo o cristal que refleje para atusarse el pelo, retocarse el maquillaje o reventarse un grano. O dos. Da igual la gente que haya alrededor, lo importante es tener buena apariencia en todo momento. Las puertas de seguridad de los metros son su debilidad.
coreano mirándose al espejo en Seúl
Espejo del metro

12 – ¡Apetece asustarles!

Llámame malvado, pero tras unas semanas rodeado de coreanos, siempre tan calladitos y atentos a su micromundo del móvil, llega un momento en que apetece darles un buen susto para ver si reaccionan como humanos o son robots que sólo trabajan. Será que uno está acostumbrado a un espíritu más chistoso y a que no te miren como un bicho raro.

13 – Les encanta comer

Es alucinante la devoción que sienten por la comida, y no es para menos con la cantidad de cosas diferentes que se ventilan, como los pulpitos que comentaba más arriba. Como un coreano conozca un buen restaurante, ten por seguro que intentará llevarte para que goces de su gastronomía tanto como él. A mí incluso me llegó a pasar que estando esperando por la comida que había pedido en un restaurante, los señores de la mesa de al lado me invitaran a probar un trocito de ballena que estaban degustando, para que me llevase más sabores de recuerdo. Lo dicho, comer y Corea son todo uno.
Coreanos a la mesa
Brindis tras la comida

14 – El inglés coreano o korenglish mete miedo

Que en Corea del Sur no hablan mucho inglés ya lo había leído, pero al llegar allí me asusté con las patadas que meten al idioma, incluso en la televisión y en los carteles gubernamentales, con el llamado korenglish, una mezcla extraña que cuesta entenderla. Es tal su desconocimiento del idioma, a pesar de tener tantas similitudes con Estados Unidos, que en los hoteles me daban una hoja con las indicaciones escritas en inglés, para no tener que hablar. Menos mal que los jóvenes le ponen un poco más de ganas a estudiar inglés, y no dudarán en intentar hablar contigo en el metro o donde coincidas. Un consejo: di sólo la palabra clave de lo que quieras preguntar (breakfast, lunch, parking, toilet…), y no hagas frases, porque no te van a entender en la mayoría de las ocasiones.
Ejemplo de Korenglish
¿Alguien entiende lo que pone?

15 – Las iglesias parecen venidas del infierno

No sé por qué razón, cuando pienso en un país avanzado, me lo imagino poco religioso. Será porque el creer en cosas sin fundamento científico no es muy avanzado, pero ahí está Corea del Sur para llevarme la contraria. Tanta tecnología para que al final la mitad de la población esté deprimida y busque en la religión un poco de felicidad. Andando por el centro de Seúl te puedes encontrar con muchos “evangelizadores” que intentan conseguir nuevos feligreses para su congregación. Menos mal que al notarse claramente que eres extranjero, ni te miran. De noche, las cruces rojas de la mayoría de iglesias, harán que parezcan otra cosa.
Iglesia con cruz roja
Cruz de iglesia

16 – MegaCORP se llama LG o Samsung

Quién iba a pensar que la inmensa MegaCorp y sucedáneos de todos esos futuros distópicos ya estaban aquí, y en Corea del Sur se llaman LG o Samsung. Fuera de Corea las conocemos por hacer aparatos electrónicos, pero dentro del país LG fabrica  de todo, desde ventanas, puertas, televisores o paredes, hasta pasta de dientes y detergente. El grupo Samsung incluye bancos, industria pesada, seguros de vida e incluso hospitales. Ríete tú del monopolio que decían que era Microsoft.

17 – Hay cámaras por todos lados

No me refiero a las de los móviles, que esas sólo valen para hacer selfies, sino a las de vigilancia. ¡Están por todos lados! Ya sea en la ciudad o en los pueblos, siempre hay cámaras de CCTV grabando todo lo que pasa para velar por la seguridad. Así es que Corea del Sur es uno de los países más seguros del mundo, aunque mejor que no te pongas a hacer nada poco decoroso. A nadie se le ocurre empañar los cristales del coche en un descampado, que después salen en alguno de los programas de televisión que hay de “pillados por la CCTV”.
cámara de videovigilancia en Corea del Sur
Torre de cámaras en el palacio
Estas fueron algunas de las cosas que más me sorprendieron de Corea del Sur, mi primer destino asiático visitado, y que no disfruté tanto como habría querido. Algunas seguro que me son más chocantes de lo normal por mi mirada occidental…y otras muchas cosas peculiares de Corea del Sur se deben haber perdido en la traducción.

 https://machbel.com/17-cosas-que-seguro-no-sabias-de-corea-del-sur-y-de-los-coreanos/

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