Decálogo para los padres de buenos estudiantes
Cuide la forma física de su hijo: alimentación equilibradada, dormir como mínimo ocho horas (se recomienda nueve) y realizar alguna actividad física o deporte.
Acondicione un lugar de estudio alejado de ruidos, ventilado (cada hora y media abrir la ventana para oxigenar el cerebro, facilita la concentración), en un ambiente tranquilo. Si no es posible este espacio individual, siempre puede estudiar en el salón pero sin la televisión y con las menores molestias posibles.
Hay que planificarse y no dejarlo todo para el final. Tampoco estudiar todos los días porque los más pequeños se cansan. Déjeles cierta independencia para que se organicen.
Descansar cada hora diez minutos o un cuarto de hora, saliendo de la habitación donde estudia.
No estudiar después de una comida abundante.
Fomente la lectura desde pequeño contando cuentos o que los cuente él, animándole cuando lea algo. Enséñele palabras nuevas y enriquezca su vocabulario con juegos. Habléle mucho y con propiedad.
No le sobrecargue con extraescolares.
Limite el uso de televisión, videojuegos, ordenador...
Lo peor para un niño ante el fracaso escolar es hacerle sentirse fracasado.
No le considere inútil, por el contrario celebre y valore sus éxitos.
Permítale que tome decisiones y asuma responsabilidades acordes a su edad.
Jamás le compare desfavorablemente con sus hermanos o amigos.
Anímele a confiar en sí mismo y a valorarse.
Enséñele que no hay que desanimarse ante los primeros fracasos. Póngale ejemplos de otras ocasiones en las que haya superado obstáculos.
Cultive el ocio con sus hijos.?
Demuéstrele que le quiere por encima de todo, no por sus éxitos o fracasos sino por él mismo. Muchos niños piensan que sus padres no les quieren porque suspenden.http://www.abc.es/20120322/familia-educacion/abci-consejos-201203221619.html
“Dios es amor mejor con humor” trata de acercar El Antiguo Testamento a todos. La dosis de humor intenta facilitar la comprensión del Libro Santo. Siempre con respeto y con matices didácticos nunca pierde la parte espiritual y sensible de un conjunto de textos tan antiguos como actuales. Para traernos a un Dios que sigue con nosotros. Que nos perdona a pesar de las torpezas y debilidad del hombre. Que sigue con el pueblo elegido. Porque los elegidos somos los que nos dejamos elegir.
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