Los autores del trabajo, liderado por Joan Lee, preguntaron a un grupo de universitarios sobre sus hábitos de lectura, incluyendo de lectura de mensajes de texto, y les mostraron un amplio conjunto de palabras, tanto reales como ficticias. "Nuestra suposición sobre los mensajes de texto era que animaba a utilizar el lenguaje sin restricciones. Sin embargo, demostramos que era un mito", asegura Lee.
"Las personas que aceptan más palabras lo hacen porque son mejores interpretando el significado de las palabras o tolerándolas, incluso si no las reconocen. Los estudiantes que reconocieron escribir más mensajes de texto rechazaban más palabras, en lugar de reconocerlas como posibles palabras", asevera. Lee sugiere que leer textos en el formato impreso tradicional expone a los sujetos a un lenguaje variado y creativo que no se encuentra en el lenguaje coloquial de los mensajes de texto que se usa entre los jóvenes. A su juicio, leer propicia la flexibilidad en el uso del lenguaje y la tolerancia hacia palabras nuevas. Además, ayuda a los lectores a desarrollar habilidades que les permiten generar lecturas de interpretación de palabras nuevas o poco usuales.
"Por contra, los mensajes de texto están asociados con rígidas restricciones del lenguaje que hacen que los estudiantes rechacen muchas de las palabras en este estudio", dice Lee, quien reconoce que este descubrimiento "fue sorprendente porque hay muchas palabras abreviadas o en sus siglas que se utilizan en estos textos. Para los lectores de mensajes de texto, la frecuencia con la que aparece una palabra es un factor importante en su capacidad de aceptar palabras nuevas. "Los mensajes de texto representan palabras reales que son utilizadas con frecuencia entre las personas que envían y reciben estos mensajes", dice la investigadora.
"Las personas que aceptan más palabras lo hacen porque son mejores interpretando el significado de las palabras o tolerándolas, incluso si no las reconocen. Los estudiantes que reconocieron escribir más mensajes de texto rechazaban más palabras, en lugar de reconocerlas como posibles palabras", asevera. Lee sugiere que leer textos en el formato impreso tradicional expone a los sujetos a un lenguaje variado y creativo que no se encuentra en el lenguaje coloquial de los mensajes de texto que se usa entre los jóvenes. A su juicio, leer propicia la flexibilidad en el uso del lenguaje y la tolerancia hacia palabras nuevas. Además, ayuda a los lectores a desarrollar habilidades que les permiten generar lecturas de interpretación de palabras nuevas o poco usuales.
"Por contra, los mensajes de texto están asociados con rígidas restricciones del lenguaje que hacen que los estudiantes rechacen muchas de las palabras en este estudio", dice Lee, quien reconoce que este descubrimiento "fue sorprendente porque hay muchas palabras abreviadas o en sus siglas que se utilizan en estos textos. Para los lectores de mensajes de texto, la frecuencia con la que aparece una palabra es un factor importante en su capacidad de aceptar palabras nuevas. "Los mensajes de texto representan palabras reales que son utilizadas con frecuencia entre las personas que envían y reciben estos mensajes", dice la investigadora.
http://www.larazon.es/noticia/4315-los-mensajes-de-texto-pueden-atrofiar-las-capacidades-de-lectura
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