En la piel de la serpiente
En el estudio de la fotógrafa Lennette Newell se gesto ‘Anti-Human’. Un proyecto que intenta devolvernos a nuestros orígenes salvajes
Imagen aérea de un desierto.
Eso es lo que parece su piel. “Paquidermo” significa “de piel gruesa”, aunque es muy sensible y necesitan de baños diarios que les libren de garrapatas y piojos.
Los modelos humanos solo llevaban encima maquillaje corporal, sabiamente repartido para imitar rayas y colores de sus parejas salvajes. El conjunto animal se componía de Susie, una elefanta; Tabitha, un babuino; Tango, un guepardo; Ace, una cebra; Daisy, una pitón birmana; y Bombay y Cachemira, dos espectaculares tigres. Todos ellos pertenecen al mundo del espectáculo en Hollywood. Están acostumbrados a los destellos de los flashes. El factor humano tenía una dificultad añadida. Los modelos tuvieron que pasar por siete horas de maquillaje corporal, durante cuatro días. Lo más complejo fue tomar las fotos con el guepardo y los tigres: “Teníamos que asegurarnos de que se sentían cómodos en el estudio y que podíamos proteger a la modelo”, explica Newell. “Se acercaban todo el rato a ella. Solo querían jugar, pero con sus garras y el hecho de que la modelo estaba desnuda, las cosas se complicaban.”
Acerca de la intención de la fotógrafa con esta serie de imágenes, ella responde: “Creo que nos olvidamos de nuestros orígenes como animales. Tenemos que volver a conectar con la naturaleza y debemos estar más cerca de ellos. Mi intención es mostrar nuestras similitudes”. Lennette bautizó este proyecto como Anti-Human, y en su desarrollo hubo otro sueño cumplido: “Tocarlos”, dice Lennette, “poder acariciar a un animal así, una pitón, un elefante... son sensaciones que jamás se olvidan”.
http://www.quo.es/ciencia/hombre
Acerca de la intención de la fotógrafa con esta serie de imágenes, ella responde: “Creo que nos olvidamos de nuestros orígenes como animales. Tenemos que volver a conectar con la naturaleza y debemos estar más cerca de ellos. Mi intención es mostrar nuestras similitudes”. Lennette bautizó este proyecto como Anti-Human, y en su desarrollo hubo otro sueño cumplido: “Tocarlos”, dice Lennette, “poder acariciar a un animal así, una pitón, un elefante... son sensaciones que jamás se olvidan”.
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