¿Salvadora, cautivadora o afrodita? 9 tipos de seductoras, 9 formas de seducir…

 

Si crees que el rótulo no te calza, estás muy equivocada. El arte de la seducción la ponemos en práctica desde que nacemos, cuando seducimos a nuestros padres para que nos cuiden y nos den su atención. Primero lo hacemos con llanto y luego con sonrisas. También lo hacemos a diario con los amigos, las amigas, los jefes, los compañeros de trabajo, el taxista, y un incontable etcétera ¿Cuál eres tú?

Según la psicóloga Alejandra Vallejo-Nájera, autora del libro Sicología de la seducción, hay 9 tipo de seductoras. Lo importante es descubrir QUÉ ES lo que NOS hace más atractivas y PARA QUIÉN, porque para seducir hay que hacer sentir valioso al que está enfrente, saber qué espera de la relación contigo, ya sea personal o laboral. A continuación te detallamos algunos de los tipos de personalidad a los que alude la experta y cuál es la forma más adecuada de lograr una seducción exitosa:
Líder: Para ser líder y seducir hay que tener carisma. Esta personalidad ofrece protección y decisión a personas que necesitan sentirse integradas en un grupo. Para ello muestra una gran seguridad y energía, motivada por el control y el dominio de su espacio y las personas que le rodean. La persona seducida deja la responsabilidad en sus manos y debe evitar el engaño porque es algo que no soporta un líder.
Salvadora: Es el ángel que soluciona todos los problemas, ofreciendo ayuda y generosidad. Buscan personas caóticas, despistadas y con baja autoestima. Le motiva el sentirse indispensable. Para seducirlas hay que admirar su ayuda y motivarla a dedicarse tiempo a sí misma.
Vividora: Busca aventuras y ofrece una pasión desbordante a personas un poco inseguras. Para ello las agasaja con ardor. Es narcisista, pero con problemas de autoestima; por ello necesita admiración. Para conquistarla hay que admirarla y ayudarle a encauzar sus emociones.
Artista: Persona creativa y romántica, busca personas sensibles a la belleza, a las que impacta con su genialidad. Quiere sentirse especial y por ello hay que respetar su idealismo, valorando su autenticidad.
Diva: Es el estilo, el “glamour” sin esfuerzo aparente, con el que atrapa a personas abrumadas por la rutina. Esta persona se muestra etérea, insinuante, distante y busca la perfección. Para atraerla hay que animarla a no tratarse con tanta dureza, hacerle disfrutar con los pequeños placeres de la vida imperfecta.
Cautivadora: Alegre y de verbo ágil, es el centro de la empatía. Busca personas rígidas y autoexigentes que precisan positivismo. Disfruta de la vida y para conquistarla hay que evitar mostrarse infeliz y no criticar a nadie.
Afrodita: Desprende sensualidad, que ofrece a personalidades serias, protectoras. Desea seguridad. Su emotividad fluctúa entre la risa y el llanto. La persona seducida siente que se afianza su imagen sexual. Para seducirla se le debe ofrecer lealtad, seguridad y optimismo.
Intelectual: Ofrece sabiduría a cualquiera que quiera estímulos intelectuales. Son muy selectivas y dan a entender que no necesitan al otro. Para conquistarlas hay que respetar su espacio y soledad y no abrumarla con exigencias emocionales.
Encantadora: Es el oasis de la tranquilidad y la afabilidad, del apoyo y la falta de pretensión, sobre todo con personas con problemas de estrés. Esta personalidad no discute y alimenta la autoestima del contrario. Le motiva sentirse cómoda.
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