El pez que engaña a la hembra para eyacular en su boca
Para fertilizar los huevos de la hembra, los peces cíclidos haplocrominos macho deben eyacular en su boca; y para lograrlo recurren a un astuto truco.
A lo largo de la historia animal, incluida obviamente la del hombre, el sexo se ha consolidad como uno de los principales motores del ingenio. Y lo anterior no solo se debe a que la actividad sexual guarda una íntima relación con el desarrollo evolutivo y la supervivencia de una especie, sino que también representa el estado máximo del placer, dentro de un plano biológico, para cualquiera de sus ejemplares.
Y dentro de las múltiples estrategias sexuales que podemos admirar dentro del reino animal, existen algunas que destacan por su extravagancia o sofisticación, entre ellas la empleada por las gallinas salvajes, cuyas hembras copulan indistintamente con decenas de machos para luego desechar todo el semen excepto el mejor, o los peces cíclidos haplocrominos, cuyos machos han ideado un sagaz truco para eyacular en la boca de sus hembras.
Estos peces, que abundan en los lagos africanos, eyaculan al interior de la boca de las hembras, pues ellas guardan ahí celosamente los huevos que potencialmente podrán fertilizarse. Para ello los machos exhiben unas marcas amarillas en la aleta anal, mismas que imitan los huevos que guarda la hembra. Cuando la hembra descubre las marcas, su instinto le lleva a acercarse para intentar recoger los falsos huevos en su boca, y es precisamente en este momento cuando el astuto macho dispara su esperma dentro de la boca de la hembra y consigue un gol en pro de la supervivencia de su especie (ya que este mecanismo es un requisito para que las hembras den a luz a nuevos pececitos).
http://pijamasurf.com/2011/11/el-pez-que-engana-a-la-hembra-para-eyacular-en-su-boca/
“Dios es amor mejor con humor” trata de acercar El Antiguo Testamento a todos. La dosis de humor intenta facilitar la comprensión del Libro Santo. Siempre con respeto y con matices didácticos nunca pierde la parte espiritual y sensible de un conjunto de textos tan antiguos como actuales. Para traernos a un Dios que sigue con nosotros. Que nos perdona a pesar de las torpezas y debilidad del hombre. Que sigue con el pueblo elegido. Porque los elegidos somos los que nos dejamos elegir.
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