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viernes, 7 de septiembre de 2012

La lidia vuelve a la pantalla pública La retransmisión de la corrida de ayer en Valladolid, con El Juli, Talavante y Manzanares abre un nuevo ciclo en las relaciones entre la televisión y la fiesta

La lidia vuelve a la pantalla pública La retransmisión de la corrida de ayer en Valladolid, con El Juli, Talavante y Manzanares abre un nuevo ciclo en las relaciones entre la televisión y la fiesta
Los cursis, malvados y pendencieros personajes de las telenovelas que la televisión pública emite en horario infantil fueron suplantados ayer por una fiesta colorista, cuajada de luz, protagonizada por uno de los animales más bellos de la creación y héroes vestidos con llamativos trajes refulgentes. Y el espectáculo, ayuno de las miserias humanas, encerró motivos para resultar sorprendente y llamativo para los púberes de alma cándida, maleducados por la maltrecha convivencia de las tramas novelescas televisivas.
Los toros volvieron a TVE, y a falta de que se conozca la nota del examinador popular —el índice de audiencia— lo hicieron con un aprobado alto después de seis años de destierro. La plaza de Valladolid casi se llenó —su aforo es de 11.500 personas—, y fueron muchos los espectadores jóvenes, pues no en vano los toreros y la empresa financiaron el 50% del precio de las entradas a los menores de 30 años, y el Foro de la Juventud Taurina fletó autobuses desde Madrid; el cartel, postinero, con El Juli, Manzanares y Talavante, una terna de lujo, y toros de Victoriano del Río, apetecidos por las figuras. Hubo orejas: tres cortó el primero, una el torero alicantino y dos Talavante. Y también diversión en algunos momentos.
Lo mejor, sin embargo, es que los toros volvieron a TVE gracias a la labor de muchos que ayer tenían sobrados motivos para la sonrisa; lo menos bueno es que no fue un corridón, ni siquiera una corrida de las que hacen afición. Fue un festejo más, de los muchos que la modernidad trae debajo del brazo, cómodo y anodino, con unos toros sin poderío, blandos y descastados, a excepción de los dos últimos, muy encastados, que descubrieron que, cuando sale el toro, sobra medio escalafón. El Juli volvió a ser ese torero tan poderoso como frío; Manzanares, que reaparecía tras su lesión en la mano derecha, de la que fue operado el 10 de julio, naufragó con el brioso quinto, y Talavante fue un torero vulgar ante el repetidor sexto. Y los demás toros, birriosos, enfermos de invalidez y sosería, tan moda hoy día. Y los picadores salieron al ruedo, hicieron una caricatura de su oficio y marcháronse.

Es evidente que así no se hace afición, lo que debe ser tenido en cuenta para posteriores ocasiones, que ojalá las haya porque hay toros en el campo y toreros en el escalafón para crear emoción y nuevos aficionados.
Por cierto, buena y austera retransmisión televisiva, con evidente economía de medios. Nada que ver, por tanto, con los años felices en los que TVE se volcaba con la fiesta: 24 corridas retransmitió en el año 2000; 15, en 2001; 17, en 2002; 19, en 2003; 11, en 2004, 9, en 2005, y 12, en 2006, año del cierre hasta ayer. Y el coste total de las retransmisiones de esas 107 corridas fue de 19.830.391 euros. Ayer, lo comido por lo servido, porque nadie cobró.Y otro detalle: debutó como comentarista El Niño de Capea, sabio, didáctico y excesivamente triunfalista y generoso con toros y toreros.

Al final de la corrida, un rictus de felicidad por el derecho recuperado; pero un rictus tristón porque la corrida no respondió a las expectativas. La que respondió fue TVE: en cuanto El Juli y Talavante salieron por la puerta grande, los cursis, malvados y pendencieros personajes de telenovela ocuparon de nuevo la pantalla. ¡Vaya educación para los niños…!

http://cultura.elpais.com/cultura/2012/09/05/actualidad/1346875044_149148.html

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